En libertad [#e3]

Capitulo 6

—Alex, hijo, por que no nos cuentas cómo va el reinado—Camille le sonríe ligeramente mientras lleva un trozo de lasaña a su boca rompiendo el incómodo silencio entre nosotros.

Lo único bueno de aquí era la lasaña.

¿Alexander? Nah, la lasaña.

—Las cosas marchan bien, los humanos han estado calmados desde que Katherine es reina. Me enorgullece saber aquello. —Me mira y sonríe, embobada por su sonrisa le sonrió de vuelta—Últimamente es Katherine quien dirige más el reinado, yo prefiero descansar un poco de las órdenes, todo rey necesita un descanso

—Ya debes estar preparando a los gemelos, ¿No? Para que salgan a buscar a sus mates y podés convertirse en tu reemplazo.—Xavier pregunta bebiendo de su copa

—No.—Decidí contestar yo—Estamos intentando hacer esto susesivamente, cuando Alexander termine de descansar, volverá a las órdenes y yo tomaré el descanso. Esto lo hacemos para no poner la responsabilidad del mundo en manos de unos ingenuos y sensibles niños...

Todos aceptando entendiendo nuestra forma de pensar, aún que pude ver una sonrisa maliciosa en el rostro de la madre de Alexander cuando dije aquello.

—Significa que se necesitan mutuamente para sobrellevar el reinado—Su sonrisa no parece tener intenciones de irse—Que romántico.

Quise golpear mi rostro mil veces, ¡Mierda! Nos había mandado al frente dando a entender que si uno de los dos no estaba el reinado caía. ¡Que estúpida! Espero que el cuarto de neuronas que tiene esa mujer no haya entendido lo que quise decir

—Se quieren, lo muestran muy bien.

Xavier elogio mirando como nuestras manos estaban unidas sobre la mesa.

—Se puede decir que la diva se enamoró del simio.—Bromee, todos rieron a carcajadas. "Diva" Dios, si Nick me hubiera escuchado llamarme por su apodo seguramente ahora estaría haciendo todo un drama.

Tanto nerviosismo e incomodidad me había dado calor. Y la champagne ya estaba caliente.

El celular de Alexander comienza a sonar, él saca su móvil y por reojo pude ver el agendado "Imbécil come bolas" ¿A quien coño lo había agendado así?

—Es James, debo atender. Se quedó con Leah y los niños—Se puso de pie y caminó alejándose. El silencio volvió a envolvernos. Seguí concentrada comiendo mi deliciosa lasaña. Luego de minutos llegó Alexander de vuelta —El muy idiota no sabía preparar la leche de Amelie, se lo he explicado mil veces pero no lo entiende

Espera, ¿Tiene agendado a James como "Imbécil come bolas"?

—¿No está Leah con ellos?—Pregunté, él se encogió de hombros

—Se durmió y nadie quiere atreverse a despertarla, tranquila que James lo está sobrellevando bién.

James cuidando a cuatro niños, no quiero imaginarme el caos que debe a ver ahí...

—La pequeña Amelie—Suspira con emoción Camille—¿Cuando podré conocerla? Me muero por ver esos ojos esmeraldas tan hermosos que heredó.

—Cuando quier...—El tacón de mi zapato impacta con su pie dejandolo sin aire—Oh, debemos fijarnos, la bebé tiene muchos planes.

¿¡Encerio!? ¿La bebé tiene muchos planes?  Asombroso, William.

(...)

La cena había finalizado, Xavier se había mostrado muy atento a nosotros, se notaba que quería agradarle a Alexander aún que mi chico no tenía intenciones de establecer una charla con él, cada vez que Xavier le dirigía la palabra se ganaba fulminantes miradas de odio.

¿Y cuando puso la mano en la cintura de Camille? Inmediatamente Alexander lo notó y le pidió que le cambie el lugar, obligadamente su madre tuvo que intercambiar lugares con él

—Gracias por la hermosa cena, ha sido especial que ustedes estuvieran aquí—Xavier miró a Alexander y sonrió con debilidad—Fue un gusto en conocerte, aunque no te caiga bien.

—No me caes bien porque te imagino follandote a mi madre, mientras que mi padre se retuerce en el infierno. Es tanto incómodo para tí como para mí.—La fría voz de Alexander contestó sin trabarse.—Buenas noches, que disfruten la noche.

Estábamos en la puerta, ya despidiendonos, me daba pena Xavier pero no lo demostraba, no quería que Xavier note mi pena dado que sino se podría aprovechar de aquello

Es simplemente pensar con la cabeza y no con el corazón.

—Katherine, como ya te he contado antes doy clases de historia y mis alumnos están estudiandote. Me encantaría y sería todo un honor que vinieras a una de mis clases. Por favor.

Alexander me da una mirada fugaz dando a entender que estaba en desacuerdo con la propuesta, lo mire fijamente y me quise reír. Adoraba que me cuidara, me cele y etcétera pero llevaba a tal punto de cansarme.

«Sos Katherine Mclaren, estás destinada a llevarle la contra a Alexander William—Annabelle dijo con firmeza en mi cabeza.

—Si, Xavier, con gusto iré. Te paso mi número telefónico y me avisas con anticipación el horario y el día. ¿De acuerdo?—




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