KATHERINE
—Dime por favor que no lo enviaras a la otra dimensión—Lucas me mira con advertencia
—No, claro que no. Solo lo hice para que se callara de una maldita vez, además si seguía así iba a arruinar el plan.—Indiferente tomo asiento en el suelo haciendo que todo mi cuerpo descance.
—Él intentó ayudar. ¿Qué fue lo que sucedió cuando terminaste de canalizarla? Digo, actuaste como la puta ama.
Sonreí desganada—Al canalizarla todos los recuerdos de Emily se metieron en mi cabeza, mientras yo estaba muriendo en un calabozo encadenada, él la besó. —Miré el suelo perdiendo la mirada en él—Sabiendo que yo no era.
—¿¡La besó!? —Incredulo pregunta—¡JO-DER QUE CAMPEÓN!
Lo miré amenazante y solo le bastó unos segundos para volverse a callar. Definitivamente él se iba a llevar bien con Allen.
Allen.
—¿Sabes algo de Allen?—Le pregunté, el aceptó con la cabeza.
—Vi cuando te mordió, chupó de tu sangre y luego lo golpeaste en la cabeza, Katherine. —Su voz se volvió a una suave e inestable—Lo mataste. Con sangre híbrida en su sistema
—No...Dime por favor que no lo hice—Tapé mis ojos
—Al morir con tu sangre dentro del él revivió. Aún que siendo demonio. No sé dónde está, lo único que vi antes de venir fue que estaba por apagar su humanidad. Pero tranquila, la hipnosis que le has hecho sigue de pie.
Lágrimas llegan a mis ojos tan rápido que no logro ni siquiera evitarlas.—Todo se destruye, Lucas. Todo a mi alrededor se desmorona, y no puedo hacer nada para evitarlo. Estoy muy cansada, estoy exhausta, ya ni siquiera puedo controlar mi propio poder. Estoy cansada de ser manipulada, que me utilicen. Creí que Alexander iba a ser distinto pero... No lo sé.—Lo miré desesperadamente—Mi pequeña no podrá crecer conmigo, Lucas. No podrá.
—Alexander es distinto. En los siglos a su lado nunca en su puta vida trató a alguien como lo hace contigo—Su tono se elevó a uno más desesperado—Intenta ayudarte pero él también está exhausto. Recuerda, que también es su pequeña y a él también le duele. En ve de juntar fuerzas y reconstruir el reino para que cuando Amelie vuelva, solo se separan causando que cuando ella esté aquí se encuentre con un reino de hielo, un dominante Rey y una testaruda Reina separados luchando entre ellos. Arrastrandola a lo que intentaron salvarla.
—¿Entonces porqué se comporta como un total idiota?—
—¡POR QUE ESTÁ ASUSTADO! Está muy asustado... Las cosas se le van de las manos y al intentar volver a tomar las riendas hace idioteces. La perdida de Li es dolorosa para él.
—¿Li?
—Amelie, Li, Ame-Li-e. ¿Acaso soy el único con originalidad aquí?
—¿Crees en verdad que Li, será destruida por ese amor tóxico?—Pregunté en un susurro casi inaudible, con la esperanza que él niegue.
—Siendo ángel, pude ver su futuro.—contestó—Lo será. Será destruida por un amor tóxico, un amor completamente dañino.
—¿Crees que hicimos bien en separla del reino?-
—Sí. Lejos de aquí podrá vivir en armonía, lo que necesita un ángel. Seguramente sí crece aquí colapsará y se anulará. Hicieron lo mejor, no lo duden.
—Gracias.
Él comenzó a toser con brusquedad, desesperadamente, en su mano pude ver sangre lo cual me alertó. Antes que pudiera exclamar algo él me interrumpe
—Estoy muriendo, la magia de Ashic se acaba si no bebo de tu sangre voy a volver al cielo... Bueno, debo irme, no quiero volver a morir sin conocer a mi hija.
Elevé mi brazo en su dirección haciendo que el me vea confundido pero ilusionado;—Bebe. Pero Lucas, si bebes de mi sangre tendrás que estar de mi lado. Si llega la guerra, el amor, la tristeza o la felicidad; tendrás que estar de mi lado.
—Estar de tu lado implica estar en contra de Leah. No me puedes hacer esto.
—Leah o yo, morir o vivir, no tengo todo el tiempo; decídete.
El se acercó con desconfianza y tomó de mi mano para llevarla a su boca y clavar sus colmillos en mi vena para tomar suficiente sangre. Cerré mis ojos sintiendo el pequeño dolor de mi sangre drenandose.
Él se separa, y yo me pongo de pie. Limpia las desastrosas gotas de sangre en las comisuras de sus labios para luego mirarme con atención.
—¿Qué es lo primero que me pediras?
—Aun nada, Lucas. Solo es muy bueno tener a un peón en una partida preparado y obligado a defender a la Reina. No siempre el Rey puede protegerla —Le guiñó el ojo mientras una sonrisa maliciosa me delata
(...)
—¿Por qué nos ponemos esto? Es incómodo—Matthew señala su brazalete.
—Es un brazalete para el futuro, niños. He aprendido que no puedo siempre estar para protegerlos. Matthew, Dylan, ustedes me enorgullecen y se a la perfección que son responsables y podrán con este brazalete. Es un poder celestial de la diosa luna. Cuando sean más grandes y estén en problemas, podrán utilizarlo para ganar poder.