Jane Relish Daft, esa soy yo, una chica de 18 años con baja autoestima o lo era antes de comenzar una relación con Jackson Morris, es verdad que me la paso la mayor parte del tiempo a solas, en algunas ocasiones mi compañía son mis dos mejores amigos y mi único hermano, el alocado Ryan; mis problemas no salían de mi mente, a menos de que me encontrara a las 2 de la mañana viendo una película con mi hermano (eso lo hacia porque cuando me vence el sueño comienzo a decir mis verdades), en fin, la vida dio un giro que me ayudo demasiado.
El día en que coincidimos muchas veces comenzamos a hablar, mejor dicho el comenzó a hablarme, parecía que el destino nos quería juntos (eso creía yo), los días pasaron y hablábamos más, era fácil para mi hablar con él, logro cautivarme en muchos sentidos, nuestras conversaciones no eran para nada aburridas y cada que nos veíamos era un bello recuerdo que guarde en mi corazón, al paso de casi una semana salimos en una cita... Mi primera cita, fue una de mis mejores experiencias, las luces tenues que rodeaban un gran árbol, una pequeña mesa a orillas de un bello lago y la noche hacían una combinación única... Ese día que no olvidare comenzó de una historia con él...
En el instituto es común verlo con Jade puesto que son primos, él un chico alto, cabello negro, una sonrisa blanca que no me había llamado la atención como a las demás, ambos son unidos si fuesen hermanospor lo que es difícil pensar lo contrario a simple vista. Mi relación con Jade no siempre fue mala, en un lugar de nuestra historia era con una de las personas que hablaba, comenzó a distanciarse al paso del tiempo y un odio que no es mutuo salio a flote, y como es sabido, "nunca terminas de conocer a las personas" tan cierto porque solo conocemos aquello que nos muestran, y vemos solo lo que queremos ver sin darnos la oportunidad de ir más allá.
En los últimos días Jackson se comportaba de manera extraña es decir distante, se quedaba sumido en sus pensamientos y cuando le preguntaba del porque de su comportamiento simplemente cambiaba de tema hasta el día de hoy...
Me encontraba en mi habitación, esa que de un instante a otro paso a ser triste, observaba por el ventanal como la lluvia había mojado todo a su paso, estaba sentada en el sofá blanco de dos plazas situado al frente del ventanal, diría que el clima entendía mis sentimientos si no fuera por que este es uno de los lugares en donde más llueve.
Mis sentimientos... Esos sentimientos que habían crecido poco a poco quien solo había jugado. El paso del tiempo no fue suficiente para que los rencores del pasado se borraran, esos que sin darme cuenta alimente sin saber como.
¿cómo es que olvidas a la persona que juro quererte?, ¿cómo es que olvidas a la persona que te mintió si lo hizo tan bien?
Tratando de contener mi llanto, me levante del pequeño sofá, tome mi buzo gris, me coloque mis auriculares y mi teléfono para luego salir de la habitación. Camine por el gran pasillo hasta llegar a las escaleras para bajar lo más rápido y así salir de ahí. Salí de casa y la lluvia a penas y mojaba, camine un rato por las calles vacías de Londres hasta llegar al parque y me senté en una de las mojadas bancas junto al lago mientras escuchaba Impossible de James Arthur, esa canción me hace en este momento estar más triste, sin más levante la vista y contemple un poco el lugar y al parecer no estaba sola, a dos bancas de donde estaba yo había una persona con un paraguas negro con la vista hacia el lago, no le di importancia y deje que las lágrimas cayeran al compás de la lluvia que comenzaba a intensificarse y las gotas bajaban por mi cabello y rostro al descubierto y la lista de reproducción inundaba mi mente con más canciones tristes.
Yo estaba llorando por un corazón roto, por no aceptar la realidad y ahora me estaba destruyendo con cada segundo que pasaba. Recordar a mi primer amor, sus ojos verdes, su sonrisa y su cabello negro, sus palabras... Jackson me había roto.
Jackson y yo caminábamos por el parque cerca del instituto, caminábamos despacio por entre los grandes árboles, el cielo gris y una brisa suave anunciaban que llovería, pero él me detuvo cuando no había nadie a su alrededor... No a simple vista.
—Jane... Tenemos que hablar —dijo Jackson con cierta seriedad en su rostro y en casi un susurro.
—Claro ¿qué pasa? —dije con una sonrisa sin mostrar mi angustia por el tono que había utilizado.
—Fuiste un juego —vi la decepción en su mirada al dejar salir esas palabras de su boca. -La diversión de una persona cruel .
—¿A qué te refieres? ¿Dime a qué te refieres Jackson? —Estaba demasiado confundida.
—Eres tan ilusa que no tienes idea —dijo con tristeza— era todo un juego y no te diste cuenta, te cegaste ante el primer hombre que estuvo frente a ti... —estaba confundida, pero al mismo tiempo estaba tratando de asimilar lo más rápido sus palabras— Nunca he estado enamorado de ti, eres una chica frágil que confía en las personas equivocadas y no se da cuenta de nada... Lo lamento, lamento haber perdido mi tiempo en algo tan ridiculo.
—Lo lamento más yo aquí... Puse mi confianza en tus manos, te quise y te quiero, porque un sentimiento tan fuerte como el que tengo por ti no no pasará así como si nada, fue mi culpa el quererte, baje la guardia pero ya no importa.— dije con notorio enojo en cada palabra
—Tienes razón, ya no importa —dijo dándose la vuelta, lo observe irse y me di la vuelta para seguir con mi camino mientras me derrumbaba y sus palabras seguían en mi cabeza y sentía como el se había llevado una parte de mi sin darse cuenta...
Tratando de no llorar, camine hacia casa, todo estaba normal, nada había cambiado, solo yo, camine por la acera hasta llegar al pórtico de la gran casa, entre sin prestar atención subí cada escalón con la mirada perdida hasta mi habitación, estaba divagando en mis pensamientos, que, sin sin darme cuenta ya estaba derramando lágrimas y estaba sentada en el pequeño sofá blanco al frente del ventanal.