En Otra Vida

Capitulo 7: "Confusión: Celos enfermizos"

Ya han pasado 2 semanas desde la llegada del nuevo alumno al aula de Misa. Dos semanas durante las cuales yo he decidido no preguntarle nada a ella, esperando que sea Misa quién me comentará sobre el nuevo alumno, sin embargo, ella hasta este momento no me hablaba de él, y ello me generaba molestia, pues yo por mis espías en el aula de ella, sabía que el nuevo alumno, se había acercado a mi Misa, en más de una oportunidad dentro del aula, ya que fuera de esta, ella lo evitaba, tal vez por mí, por no generarme inquietud, además ella sabía perfectamente que no me gustaba que tenga amigos de ningún sexo, tal vez parezca exagerada mi manera de pensar, pero en nuestro caso amigos a Misa no le harían ningún bien, ya que lo único que estos buscan es destruir nuestro amor, como Bárbara quién con el cuento de la amistad solo busca hacer que mi relación con Misa termine, pero para su mala suerte, hasta ahora no ha podido lograr su objetivo ya que yo siempre procuro estar con Misa, y cuando no estoy junto a ella, mi suegrito me apoya alejándola de las malas amistades como Bárbara, pero hoy me toca a mí protegerla de las malas amistades y de los arribistas irrespetuosos, por ello he decidido acompañarla hasta su aula, y de paso aprovecho para conocer al nuevo alumno.

 

—¡Gracias por acompañarme Valentino! — pronunció Misa, sacándome de mis pensamientos.

—Es un placer para mí hacerlo— respondí, mientras dirigía mi mirada hacia el aula, para tratar de ubicar algún rostro nuevo.

—Nos vemos—agrego Misa, mientras se soltaba de mi mano.

—A la hora de tu receso, paso por ti, para que vayamos al cafetín— dije, abrazándola para acercarla más a mí, y aprovechar ello para darle un apasionado beso.

—¡Valentino! — pronunció Misa, con las mejillas teñidas de carmín, tras romper el beso, y alejarse unos centímetros de mí.

—¿Qué? — le dije.

—Nada— agrego ella, respirando agitadamente.

—No olvides que ¡te amo¡ — dije.

—Claro que no lo olvido, porque yo también ¡te amo¡ —pronunció Misa, y ello basto para sentirme tranquilo, al menos en ese momento.

—Me encanta escucharte decir que me amas— dije, al tiempo que tomaba sus manos, y acercaba mi rostro al de ella para darle un fugaz beso en los labios, luego de ello empecé a caminar en sentido contrario al lugar donde estaba Misa, cuando escuche una voz que hizo mi sangre arder, pues esa voz se está dirigiendo a Misa, a mi Misa, estaba seguro de ello.

—¿Él es tu novio? — pronunció una detestable voz.

—Bruno— respondía Misa, confirmando así mi sospecha.

—Si soy yo belleza, ¡hola¡ — escuché, al tiempo que decidí ir al lugar donde estaba Misa, junto a ese infeliz, pero al girar mis pasos, la imagen que vi, hizo mi sangre arder, un desconocido, que supuse que era el nuevo alumno estaba besando a Misa.

 

En ese momento empecé a acelerar mis pasos, pero tuve que detener mi andar al notar la presencia de un maestro, el cual hizo que Misa y ese infeliz ingresaran al aula.

 

—Maldición— pronuncié, mientras empuñaba mis manos de la rabia que sentía.

—Valentino, ¿qué haces todavía aquí?, ¿es qué no piensas ir al aula? — pronunció una voz.

—¡Dylan! — dije al notar la presencia de mi único amigo, al tiempo que empuñaba mis manos, al recordar aquella maldita imagen que vi minutos antes.

—¿No vas aún al aula? — volvió a pronunciar Dylan, quién al no escuchar una respuesta mía agrego— ¿Te sucede algo?

—No— respondí con firmeza.

—Entonces vamos al aula, hoy tenemos examen práctico, ¿o acaso lo olvidaste por estar con Misa? — pronunció sonriendo Dylan.

—No, no lo he olvidado— respondí con seriedad.

—¡Qué bueno! por un momento pensé que por andar casi todo el tiempo junto a Misa, habías olvidado el examen— agrego Dylan.

 

Ante el comentario de Dylan, no respondí nada, solo guardé silencio, mientras continuaba mi camino junto a mi amigo.

 

—Apresurémonos, ya sabes cómo es el profesor si no llegamos a tiempo— agregaba Dylan, al tiempo que echaba a correr.

—Sí es cierto, ¡Vamos¡ — dije echando a correr junto a él, mientras miles de ideas se cruzaban por mi cabeza.

 

En cuanto llegamos al aula Dylan y yo tomamos nuestras ubicaciones, a los pocos minutos de nuestra llegada, entro el maestro, y tras algunas palabras a las cuales yo no le preste mucha atención, empezó a repartir los exámenes. Mientras mis compañeros resolvían el mismo, yo no podía concentrarme en este, mi mente no dejaba de atormentarme, aquella imagen de aquel beso entre Misa y ese desconocido venían a mi mente, al tiempo que muchas preguntas pasaban también por la misma: ¿Quién es ese infeliz?, ¿será el nuevo alumno?, ¿por qué Misa permite que la bese o ese la beso desprevenida?, ¿acaso solo fingió ser distinta para enamorarme y después de todo es también una cualquiera como las otras?, de ser así yo no permitiré que se burle de mí, nadie se burla de Valentino Duran, nadie, nadie y Misa no será la excepción, la haré saber que nadie juega conmigo.



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En el texto hay: fantasia, romance, drama

Editado: 15.02.2023

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