En una escuela de princesas “accidentalmente”

IVX - Pequeño regalo

- ¿Y es genial ser príncipe y eso? - es la tercera estupidez que me sale de la boca después de aquel incomodo momento. El rápidamente se había alejado de mi guardando un silencio que me puso a pensar "Quizás no me bañe bien"

El que se haya quedado un tiempo perplejo por la cercanía, para luego prácticamente ni hablarme, no crean ideas bonitas en mi mente. Ni si quiera ha sonreído ni un poco, ni aun cuando estuve a punto de tropezarme después de tenerlo tan cerca ¿Y si digo que hoy quiero liderar para volver a acercarme a él? Me da pena, mejor no.

-Hemos llegado- me asusto cuando lo escucho decir otras palabras que no sean "si" y "no".

- ¿Y adonde se supone que hemos llegado? - Chris empuja una puerta de madera, automáticamente estamos en la biblioteca de la escuela. ¿Cómo? Solo Dios sabe como llegue hasta aquí- Oh, interesante.

Me estoy preparando para pasar cerca del adonis que tengo al lado, pero me decepciono un poco al verlo salir, frustrando mis ideas lujuriosas que no son del cielo. El sigue con un semblante ceñudo y formal. No se si simplemente irme o atreverme a darle un beso en la mejilla e irme corriendo, para ver que sucede, un experimento social.

-Fue un placer, debo de irme, señorita Blake- me tiende su mano esperando a que yo le de la mía, no les mentiré, tarde unos segundos en captar eso, pero al final le di mi mano para que seguido el se inclinara y me diera un beso en mis nudillos.

- ¿Solo eso? - me atrevo a decir, digo que yo recuerde pidió tiempo conmigo por algo ¿no?

- ¿Quieres más? - puedo notar que esta desconcertado y yo con miedo por no saber lo que estoy diciendo

-Yo, eh- ayuda hada madrina- Me refiero a que, ¿sabes qué? ¡Olvídalo! - su mano aun sostenía la mía, cuando me doy cuenta de eso, me sonrojo retirándola velozmente y buscando ya mi salida- Fue un placer, igual y no olvides tu palabra, Chris Dareh y lo que sigue después.

-Espera- me detengo al escucharlo, vuelve a tomar mi mano desprevenidamente, poniendo algo en ella y cerrándola ¿Ahora me acusara de robo? - Volveré por esto- me guiña un ojo y desaparece por el pasadizo secreto.

- ¡Como así, Christian! - le grito a la pared que hace unos segundos era una puerta.

- ¡Shhh! - exclaman desde atrás de un gran estante de libros- ¿Puedes guardar respeto? - rodeo el estante con mi mano hecha un puño, con quizá droga o algo dentro de ella y encaro a la chica con unos cuantos libros en la mano. Me parece conocida pero no puedo recordar adonde la he visto exactamente.

-Lo siento, me he perdido ¿Dónde está la salida? - después de unas cuantas palabras de cortesía, ella felizmente me saca de biblioteca y yo corro, buscando a Tamira.

Están a punto de iniciar las clases por lo tanto lo más lógico es que estuviera en el salón correspondiente. Que yo recuerde, cosa que no siempre lo hago bien, ella comparte la primera clase de la mañana conmigo. No abriré mi mano hasta que tenga a mi nueva amiga enfrente, siento que es algo duro y pequeño ¿Me abra dado un condón o algo así? Ay no, es que hasta un bicho muerto siento que ando cargando aquí. ¿Y como es eso que volverá? ¿Es una invitación indirecta para infiltrarnos otra vez en el castillo? No lo sé, pero Tamira ira conmigo.

- ¿Raquel? - puedo leer como dicen los labios de Tamira al verla en los casilleros junto a Belmont.

- ¡TAMIRA! - grito yo, quedándome casi sin aliento, me tiro con los brazos abiertos, enroscándolos en el cuello de ella, dándole un abrazo al borde de un ataque de asma- Belmont, rápido dime si huelo mal- el se acerca unos centímetros olfateándome exageradamente.

-Hueles a jabón, sudor y una colonia muy parecida a la mía ¿me la prestas? - no se si aliviarme o preocuparme.

- ¿Qué pasa? – Tamira deshace el abrazo, le da sus cuadernos a Belmont y toma mi rostro examinado me como si huyera de un asesino - ¿Te han hecho algo?

-No, pero... ¿Weber puede escuchar esto? - no creo que el contar a media escuela que tuvimos una mini reunión improvisada con el misterioso príncipe, que no esta muerto y si existe, sea algo beneficioso para nosotras.

-Prácticamente te defendí y ahora me estas ocultando secretos, pensé que comenzábamos a tener algo lindo, Blake- Belmont se hace el ofendido apoyándose en los casilleros- Ya no estas invitada.

- ¿Invitada?

-A una fiesta clandestina que hacemos siempre algunos cuantos, es secreta y será esta noche, pero descuida te contare eso luego- habla Tamira- Ahora dime ¿Por qué has venido así? No me digas que huiste del príncipe, Raquel.

- ¿Príncipe? – Belmont voltea mirando a todas las personas que pasan hacia sus clases correspondientes sin prestar atención a nosotros- Tendrán que ser más especificas porque estamos con muchos príncipes ¿sabían?

-El hijo de la reina del país donde estamos, Weber.

-Miren esto- interrumpo a mi amiga, alzando la mano y abriéndola enfrente de ellos. Cierro los ojos enseñándoles cualquier cosa que tenga en ella. No quiero voltear y ver, siento como la brisa enfría mi palma por el sudor en ella y mi alma, al no saber que maldad andaba cargando- ¿Qué tan malo es? ¿Iré a la cárcel? ¿Me creerían si les digo que no me lo he robado?

-No puede ser cierto- susurra Tamira incrementando las posibilidades de que enserio es algo muy, muy malo.

-Dime por favor que no lo noqueaste y lo robaste, Raquel porque capaz yo si te veo- ¡Genial, estoy muerta!

- ¡Oh, muchas gracias, Weber por confiar tanto en mí! - le incrimino abriendo sin querer mis parpados, primero vi los ojos castaños y pecas de Belmont, antes de fijarme en la monstruosidad que tenia en mi mano- Les juro que pensé que iba a ser droga o algo así.

-Con esto podrías comprar tierras e iniciar tu negocio de drogas, Raquel

-Ya dejen de hablar de eso- murmura Tamira exaltada, tratando de asimilar, lo que está viendo en su cabeza. La entiendo, como es posible que una persona me haya confiado tremenda responsabilidad- No lo pierdas por nada del mundo




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