Cap 21: Nervios

De pronto me encuentro en el comedor de mi casa muriéndome de nervios ya que pronto llegara Maikel con sus padres, hoy es sábado, eso quiere decir que es la cena para que ellos se enteren que estamos en una relación, no se por qué el hecho de que nuestros padres lo sepan me pone tan nerviosa, hace casi ocho años que conozco a Isabel y David pero eso no hace que me sienta mejor. 

Cuando hace dos o tres días atrás le dije a mi padre que había invitado a la Sra y el Sr Muller a cenar se vio sorprendido, no es que sea la primera vez que cenemos todos juntos pero si la primera vez que lo hagamos sin un motivo en específico -aunque si lo hay, pero ellos aún no lo saben-, Félix me miró confundido durante unos largos minutos, por mientras que yo solo esperaba a que no pregunte nada, y para mi suerte no lo hizo, solo asintió. 

Alex es el único que sabe la verdadera razón y no ayuda mucho que lo haga, ya que en ves de relajarme hace que me ponga mas nerviosa, ahora por suerte subió a darse una ducha, mi padre está en el living mirando TV y Clara en la cocina haciendo la cena, se supone que ella en realidad no sabe el motivo por el cual es la cena, pero hace unos minutos cuando se acercó a mi y me dijo en el odio "Relajate, ellos te aman", me hizo dudar mucho acerca de lo que sabe y lo que no. 

Pero en cierta forma su comentario me ayudó bastante, es decir, son Isabel y David ¿por qué tanto nervios?, ellos me quieren, lo sé, pero ese es el tema, siempre me han querido como la mejor amiga de su hijo, una casi hija para ellos también, pero como novia... Tal vez quieran a otra chica mas linda, inteligente, encantadora o simpática y no a la desastrosa Francesca Bonnet. 

Salgo de mis pensamientos cuando el timbre de mi casa suena, como si fuera una alarma de levanto automáticamente de la silla, aliso con mis manos el vestido que me llega hasta las rodilla, color rojo vino, con finas tiras sujetándolo y un escote V, ¿será demasiado?, trate de ponerme lo mejor que encontré y para eso tuve que ir de compras ya que en mi armario no hay muchas cosas lindas que digamos, como una de las gracias del señor me puse unos tacones negros no muy altos y mi pelo lo deje suelto, ahora cae sobre mis hombros.

Camino con pasos vacilantes a la puerta, cuando estoy enfrente doy una gran exhalación y abro la puerta. Lo primero que veo es el rostro sonriente de Isabel, sus cabellos sueltos, lleva un vestido azul ajustado a su envidiable figura, es casi hasta las rodillas con un cuello discreto -lo que me hace volver a preguntarme si no he exagerado con mi atuendo- y tacones, en sus manos sostiene una tarta que se ve muy apetecible; David está a su lado, este viste con un traje azul oscuro, se ve muy guapo. 

-¡Te ves fabulosa!- exclama Isabel examinándome de arriba a bajo 

-Gracias- respondo sonrojándome -Pasen- me hago a un lado para que ingresen, Isabel me saluda con un beso en la mejilla antes de caminar al interior de la casa 

-Buenas noches Francesca- me dice David repitiendo la acción de su esposa 

-Buenas noches- respondo. 

Entonces lo veo a él, Maikel lleva un traje negro, que lo hace ver extremadamente sexy, sus cabellos por algún razón extraña están muy bien peinados hacia un lado de su cabeza, la chaqueta está abierta para dejar ver la camisa blanca que hay debajo ¿ya dije que se ve muy sexy?, él recorre mi cuerpo con sus ojos castaños, casi negros desde las sombras. Cuando da un paso hacia delante lo veo sonreír. 

-Dios mio- se muerde el labio -Eres preciosa- sus palabras salen con total honestidad que hacen que dese besarlo allí mismo 

-Tú te ves extremadamente caliente con ese traje- muerdo mi labio y no puedo evitar que mi rostro quede como un tomate

-No digas eso- se acerca tanto que siento su aliento sobre mis labios -Por que juro que te besaría aquí, ahora...y no creo que pueda detenerme cuando lo haga- me mira con tal intensidad que quedó desconcertada. 

Quiero decirle que me bese, que me bese y que no pare, que me bese aquí y ahora, deseo tanto sentir sus labios contras los míos, su toque en mi piel desnuda... Sin embargo, estamos acá por algo y no creo que esa sea la mejor forma en la que nuestros padres se enteren de la verdadera razón de esta cena, así que juntando todo mi valor doy un paso atrás, ya habar tiempo de hacer todo lo que deseo, lo que deseamos. 

-Que encantaría- sonrió -pero...

-Si- me interrumpe -No es el momento- yo solo asiento, él da un paso hacia mí haciendo que volvamos a quedar muy cerca, demasiado -Pero prometo que lo cumpliré eso- para dejarme totalmente con la boca cerrada deja un pequeño beso en mis labios para después seguir su camino. 

Tardo unos minutos en procesar sus palabras, y sonrió como una tonta, cierro la puerta tras de mí, respiro y empiezo a caminar al interior de mi casa, en el living me encuentro con mi padre platicando con Isabel y David de algo que no le presto mucha atención, Maikel habla con Clara, a ellos si les presto atención, Maik le dice lo rica que están sus galletitas de chocolate y ella agradece complacida. 

-Ya han llegado- escucho hablar a Alex en mi oído, doy un pequeño saltito antes de mirarlo mal

-Casi me matas de un susto- le digo tocando mi pecho del lado izquierdo 

-Te mató yo de un susto o tus suegros de los nervios- se encoje de hombros claramente divertido por la situación 

-Cállate, que tu me debes muchas explicaciones- advierto, él me ve confundido 

-¿Que hice?- pregunta inocentemente

-Connor ¿te suena?... O mejor aun, ¿Oliver?- sueno un poco más dura de lo que me gustaría. 

Pronostico actual, Connor y Oliver se han reconciliado aunque todavía no se cual fue la causa de esa discusión que estoy segura de que mi hermano tubo algo que ver, Alex tampoco me ha dicho absolutamente nada, ya sea por que no recuerda que estando ebrio me confesó que esta enamorado o por que tampoco desea decirme nada, lo que me ofende mucho ya que yo siempre le cuento todo acerca de mi relación con Maikel.