Enamorada de los libros

Capítulo 10

«La confianza en los demás da estabilidad, en la vida y en nuestra persona pero cuando está cae quedamos a la deriva; para darnos cuenta de que primero debemos confiar en si mismos»

'Es sorprendente como una persona hace lo que sea para que sus secretos no salgan a la luz, no es por nada, pero me siento mal por ti; vives con unos completos desconocidos'.

Sus palabras resuenan en mi cabeza una y otra vez después de haber salido corriendo de ese lugar, de esas personas...

Parezco un alma en pena bajo la lluvia, que cliché.

No se a donde ir pero no pienso volver a esa casa hoy.

Mis ojos están rojos de tanto llorar pero eso no evita que un auto negro demasiado elegante se detenga a mi lado.

Lo peor es que no huyó, ser secuestrada es mejor que volver a esa casa.

Exagero, lo se.

— Te llevo a mi casa Ayla —propone Edell al bajar la ventanilla, no lo dudo, no tengo a donde ir; rodeo el auto para sentarme en el asiento de copiloto.

— Lamento mojar tu auto —comentó después de que él se haya puesto en marcha, se ve relajado— Tu lo sabías ¿verdad? —el asiente y me da una mirada de disculpa.

— Cuando las personas a tu alrededor tienen secretos será inevitable que eso te haga daño —permanecí en silencio y el coloca su mano sobre la mía en modo de apoyo.

— Personas como yo se aprovechan de eso y es inevitable, lamento recurrir a eso para que aceptaras —su voz denota sinceridad y yo intento comprender.

— He pasado mi vida angustiado para que mi padre no se entere que su hijo mayor y heredero de sus empresas es gay —suelta un suspiro ahogado— suena feo, lo se, pero mi padre es un hombre culto y tu me caíste como Ángel del cielo —asiento y presionó su mano.

— Me gustaría decirte que lo entiendo pero no he pasado por eso, creo que lo más difícil de mi vida es haber crecido sin madre y escapar de puros idiotas —lo último nos hace reír y me siento cómoda por primera vez en su presencia.

— Me ayudaste a abrir los ojos —agregó después de ese cómodo silencio y llegamos a una mansión — Esto significa que debo conocer a tu padre —me escucho preocupada y el suelta una carcajada.

— Mi padre esta de viaje y dudo que mi herm ano este —observo todo el lujoso lugar, hasta el aparcamiento sirve como cuarto de lo elegante que es.

Bajamos y entramos a la casa, la escalera principal se encuentra enfrente al momento de entrar y no puedo detallar lo demás cuando baja un chico sin camisa y comiendo unos nachos, miro confundida a donde estaba Edell y este ya no está.

Raioz...

El chico se detiene al darse cuenta de mi presencia y sus preciosos ojos azul cielo me escanean de arriba a bajo.

— ¿Eres la nueva sirvienta? —su voz un poco gruesa suena un poco engreída— Estas mojando toda la estancia — no se que decir, estoy tiesa, siento unas manos en mi cintura.

— Es mi chica, hermano —Este deja caer el nacho que iba a su boca y suelta una gran carcajada.

— Eres más gay que la divaza, hermano —deja su pose de yo mando y me sonríe amable, suelto una pequeña risa.

Que mentira, Edell Blair no se ve nada gay...

— Pensé que no estabas en casa —el chico se acerca para observarme mejor y luego mira a su hermano.

— Papá esta de viaje, no pienso perder la oportunidad para comportarme como un chico de mi edad, comer comida chatarra y estar sin camisa —eructa y yo no puedo evitar soltar una carcajada.

— Que asco, ya tu habitación la mande a preparar y una ropa de cambio igual —me informa Edell antes de darle una mirada de asco a su hermano.

— Soy Eider Blair, un gusto —me hace chocar el puño y suelto una risa.

Este chico es gracioso y despreocupado.

— Ayla Walsh, el gusto es mío —se acerca una sirvienta para indicarme mi habitación y antes de irme este me detiene.

— Veré una película, ¿te unes? —sonríe encantador y ya así me convence.

***

Al bajar ya lista, con una camisa grande de hombre y unos shorts los chicos se encuentran preparando la película y al yo carraspear los dos se voltean por inercia.

— Vaya... Yo que tú dejó de ser gay por esta hermosa pelirroja —suelta un silbido, Edell y yo volteamos los ojos a la vez.

Nos sentamos y Eider sigue con los nachos, parece un ogro comiendo, no entiendo como tiene ese cuerpo, sonríe relajado y Edell esta serio.

— Entonces Ayla, serás novia de mi hermano —sus ojos azul me estremecen, este chico sabe lo que provoca— este año definitivamente será interesante.

No lo dudo...

***




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