Un pequeño niño de cabello castaño estaba llorando, unos niños un poco más grandes se habían encargado de lastimarlo, el pequeño Dipper era demasiado inocente, en su pequeño corazón no había ni una pizca de maldad como para poder defenderse.
— tranquilo hermanito — Dijo Mabel acariciando su cabeza — esos niños ya no te molestarán nunca más.
El pequeño Dipper paro de llorar, aquellas palabras lo habían tranquilizado un poco.
Dipper levantó su vista y al ver a su hermana gemela no pudo evitar reír.
— ¿De qué te ríes tontito? — pregunto Mabel cariñosamente.
La risa de su hermano fue provocado por ella, ya que su vestimenta no era normal, Mabel llevaba unos pantalones cortos, camisa roja con una chaqueta azul, su cabello estaba escondido debajo de una gorra.
Con esta vestimenta Mabel era idéntica a Dipper, como eran gemelos y siendo pequeños su vestimenta y el largo de sus cabellos era lo único que los podía diferenciar, sin embargo, ahora Mabel con su cabello recogido y vistiendo las mismas ropas que su hermano acostumbraba ahora no parecía una niña.
Todo había sido parte del plan de Mabel.
Cuando Mabel encontró a su hermano llorando solo en el parque, con su ropa sucia y lleno de moretones la sangre le subió a la cabeza.
Tenía que encontrar a esos chicos que lo habían molestado, tenía que darles una buena lección y enseñarles por qué no podían meterse con su Dipper.
Mabel tomo algunas ropas de su hermano, y recogiendo su cabello con una gorra era idéntica a el.
Con esa apariencia había intimidado a los bravucones que se habían metido con Dipper.
Los chicos malos quedaron desconcertados, nunca pensaron que Dipper pudiera ser un chico rudo e intimidante, gracias a la actuación de Mabel ya no se meterían con su hermano.
Dipper seguía riendo, ver a su hermana vestida como un chico no era algo que se pudiera ver todos los días.
—te ves linda hermana pero no me gusta — replicó con molestia — no quiero tener un gemelo.
Al escuchar que su hermano la llamo linda Mabel cubrió su rostro por la vergüenza.
Con un movimiento de su mano Dipper tomo la gorra de su hermana, gracias a esto su cabello castaño de Mabel fue liberado.
— ahora te ves mejor — Dijo Dipper sonriéndole — me gusta como eres, linda y hermosa, te adoro hermana.
Rápidamente Mabel atrapó a su hermano en un gran abrazo, Dipper no tubo problema en corresponder el acto de amor y cariño que su hermana había echo.
— ¿Por que lloras hermana? — pregunto Dipper al acuchar que su hermano lloraba.
— No estoy llorando — respondió mientras las lágrimas corrían por sus mejillas — estoy muy feliz.
La felicidad que Mabel sentía en ese momento era imposible describir, su pequeño hermanito podía ser tonto en ocasiones, aún así su hermanito era muy adorable y dulce, era muy difícil para Mabel resistir la tentación de comercio a besos.
Mabel profundizó aún mar el abrazo, puso la cabeza de su hermano sobre su pecho, y dio un pequeño beso sobre su cabeza.
— hermanito te quiero tanto, prometo que siempre te protegeré.
El día que Mabel había defendido a Dipper de esos chicos malos, ella había echo esa promesa, siempre potajería a su hermanito, su pequeño Dipper, a pesar de que los dos tenían la misma edad siempre parecía que Mabel era la hermana mayor.
Ahora el dolor dentro de Mabel era inmenso, había faltado a su palabra, había roto su promesa.
Se suponía que siempre protegería a Dipper del dolor, y la tristeza, esta ves ningún bravucón lo había lastimado.
Ningún desconocido se había atrevido a lastimar a su Dipper. La chica mala, la villana era ella, ella y solo ella había lastimado al chico que había prometido proteger.