Dipper había preguntado si su hermana está bien, las lágrimas en los ojos de Mabel claramente indicaban que algo estaba pasando, Dipper no conocía la razón del malestar de su hermana lo único que estaba claro es que algo no andaba bien.
Dipper camino hacia Mabel pero cada paso que el daba hacia adelante ella daba un paso hacia atrás. Mabel seguía sin entender el mal funcionamiento de su cuerpo.
—Mabel por que lloras—pregunto Dipper con preocupación.
Mabel no pudo dar una respuesta ante la pregunta de su hermano, fue como si un gato le hubiera comido la lengua, entonces antes de que pudiera darse cuenta Dipper ya se encontraba junto en frente de ella, su tristeza había bloqueado su mente, por tal razón no se había percatado, en qué momento Dipper se había acercado tanto.
—¡No te acerques más!—regaño Mabel con tono quebrado.
Las lágrimas habían cesado, pero la mirada de Mabel reflejaba una tristeza inmensurable. Desesperadamente Dipper se acercó para abrazar a Mabel.
Aquel acto no fue la mejor idea del castaño, en el momento en que estuvo por rodear a Mabel con sus brazos, está se resistió.
—¡Suéltame déjame ir -hablo Mabel de manera desesperada— ¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡No quiero que me abrases!
Dipper ya conocía a Mabel, la castaña era como una niña pequeña que cuando se enojaba era capaz de armar una enorme rabieta, en tales ocasiones abrazarla gentilmente hacia que su rabia se desvaneciera.
Dipper posó la cabeza de Mabel en su pecho. Mabel sintió los latidos de su corazón.
Casi de inmediato Mabel se tranquilizó, se sintió tranquila al escuchar la melodía que producía los latidos de Dipper.
Descanso tranquilamente su cabeza sobre su pecho, oliendo su aroma, se sintió protegida.
Siempre que Mabel está triste o desanimada, Dipper está hay para animarla, su hermano la protegía tanto que incluso llegaban ocasiones donde el se humillaba así mismo solo para que las burlas que apuntaban había Mabel cesarán y se dirigieran hacia el.
Ese era Dipper, su perfecto y adorado hermano, Dipper pines.
Suavemente Mabel levantó su cabeza para mirar a Dipper. Dipper mantenía sus ojos cerrados, queriendo estar tranquilo, deseaba transmitirle esa tranquilidad a su hermana.
Su plan había funcionado, la tristeza había desaparecido del corazón de Mabel, sus sentimientos fueron remplazados por calma y tranquilidad.
—lo siento mucho —se disculpo Mabel mientras se acurrucaba en el pecho de su hermano—no sé por qué soy así, se que soy una llorona, estoy triste sin ninguna razón, debes pensar que soy patética.
—yo no lo pienso así, cuando estamos tristes es normar que demostremos nuestra tristeza en forma de lágrimas. El llanto nos ayuda a desahogarnos. No pienso que seas patética, ahora solo pienso que si estás triste yo tengo que estar con Tigo para animarte.
Dipper hablaba desde lo más profundo de su corazón. Las lágrimas solo eran una manera en que las personas demostraban sus sentimientos o así era como él lo entendía. Mabel estaba triste y aunque Dipper no pudiera entender la razón de su malestar, siempre estaría hay para curar sus heridas.
—Dipper eres mi hermano, mi único y querido hermano, una chica como yo, tonta y sin nada que dar no sabe que hizo para tener un hermano tan grandioso como tú.
—tú también eres grandiosa, tú eres Mabel. Eres mi hermana, mi única y querida hermana gemela, tú eres linda, hermosa y extraordinaria, así que no quiero que digas esas cosas de ti misma, siempre debes ser positiva. Así es como yo te quiero, quiero que mi Mabel este siempre feliz y alegre.
Las palabras golpeaban más y más el corazón de Mabel, tal vez era por esa manera de hablar, la manera en cómo Dipper la animaba, era como una milagrosa cura que podía eliminar la enfermedad más grave.
Dipper mantenía los ojos cerrados, Mabel, su hermana, abrió los ojos y miró a Dipper, era difícil para ella que el destino le hubiera regalado un hermano tan perfecto y maravilloso.
Tan lindo, amable y gentil todo en el era perfecto. Una idea surgió en la mente de Mabel.
Qué tal si ella y Dipper no fueran hermanos.
No podía creer lo que pasaba por mi mente, en lo más profundo de mi cabeza había surgido una idea retorcida, qué tal si Dipper y yo no fuéramos hermanos.
Dipper es amable, lindo y maravilloso. El me trata como si fuera la única chica que existe en el mundo. Nunca, ningún chico, de todos los que conocí me a tratado como él lo a echo.
Tan solo pensarlo hacia que me odiara a mi misma, como podía desear que Dipper y yo no fuéramos hermanos.
Era una locura, pero que le estaba pasando a mi cabeza. Será el clima, abre cogido alguna enfermedad. A cada momento mi mente y mi corazón juegan con migo.
Mabel no tenía idea, sus sentimientos y su razonamiento luchaban uno contra el otro tratando de tomar el control de ella. Mabel se odiaba, desde que había nacido, Dipper era su hermano, su amigo y compañero.