Capítulo 2
–Ya casi llega el alquiler de la casa y con las miserias que me están dejando de propina en el antro, no me alcanza para pagar este mes, asi qué te conseguí un trabajo que vi en el periódico, está a dos horas de aqui, llame ayer para que asistieras a una entrevista, por tu bien y el de Elliot, procura conseguir ese trabajo para que encontremos que comer –me tira el papel al avisarme –el sonido de mi madre hablando se repetía una y otra vez dentro de mi cabeza causándome una especie de pesadilla-remordimiento en mi subconsciente provocando un aceleramiento de mi sistema cardiovascular y de esa forma levantarme desesperada y exaltada.
–Tranquila soy yo –ver los ojos color añil de mi mejor amiga me devolvieron la paz mental –Estaba a nada de llamar a un ambulancia amiga, papá y mamá están aquí se armó un lio súper feo – intento levantar mi cabeza con mis manos, sentía que estallaba mientras miraba a la pálida Charlotte caminar de un lugar a otro del ¿sótano? ¿Que hacíamos en el sótano? –Creo que esta vez sí me expulsaran del instituto –aquellas palabras desesperada de mi amiga me hicieron entrar en recapitulación.
–Expulsarte, pero si la que ha montado todo este embrollo asido yo –le informo parándome del suelo.
–Ni al caso amiga, yo me hizo responsable de ese lio, ni muerta dejaría que te expulsen de aquí –me le quede mirando como si se hubiera vuelto loca, que rayos habia hecho esa niña.
Sin darme tiempo a preguntar me pasa mi mochila y sube las escaleras del sótano de dos en dos, yo la sigo sin pensarlo dejando que el frio aire del interior del colegio, soplara en mi cuerpo dejándome un escalofrió de por medio.
–Charlotte, no te harás responsable de esto, acaso no has pillado lo grabe que es esto –le advierto mientras caminábamos con dirección a la rectoría.
–Bueno ni modo, la que se habia reído de lo ocurrido con la muñeca inflable esa, fui yo, y la que le habia lanzado el jugo a su cara cementada tambien fui yo, ademas, hoy es tu cumpleaños amiga, podrias hacerme el favor de cerrar la boca y dejar que manipule al rector, no pasara nada, con las colaboraciones que hacen mis padres en este mugroso lugar, dudo que me hagan nada –la chica hace un movimiento con su cabello de victoria y preparándose para la actuación emplea una actitud sumisa antes de entrar al directorio.
A quien intentaba engañar, si me expulsaran de este lugar no tendria escuelas que me acogieran, estaba casi a finales del año escolar, y mi madre ni de chiste vendría a pedirle nada al rector, asi que cerré la boca y agache la cabeza, yo no tenía voz ni voto, al fin y al cabo Charlotte era una niña rica con unos padres influyentes, yo… pues yo no tenía nada. Le dedique una mirada de lastima a los padres de mi mejor amiga y me quede en la puerta sin entrar a la charla.
–Lo primero es que esta niña es mala influencia para su hija, señor Campride –escucho decir al rector, que desde que pise este instituto lo unico que ha hecho es odiarme sin razon aparente. Talvez los roles sociales al fin y al cabo si importaban.
Su comentario solo hizo que agachara la cabeza aún más.
–Su hija de unas semanas para aca a empezando a tener comportamientos inadecuados en aula, desde crear charlas durante clases hasta realizar de manera incorrecta ejercicios y examenes –informa el rector –Creo que el verdadero problema de es esta niña –dictamina con voz de desdén.
En parte me dolió ver la cara de examinación que se hicieron los padres de Charlotte, no tenía nadie quien me defendiera, en este lugar y en muchos más yo no valía nada al fin y al cabo.
–Bueno ya no, deje de insultar a mi amiga, cada cosa que ha pasado lo he hecho yo, no sé con qué derecho y pruebas tiene para acusarla falsamente. Mamá, Papá, como pueden creerle –se levanta de su asiento y toma una postura desafiante.
–No aceptare este tipo de comportamientos en mi presencia
–Que comportamiento solo le he dicho la verdad
–Bueno ya Charlotte, estos son temas de adultos y yo no te he dado permiso de hablar señorita, estas castiga esta vez por manera indefinida –esta vez se escuchó el padre de ella hablar –Señor director, por los años que hemos estados firmes en este instituto podria perdonar el actuar equivocado de mi hija y de su mejor amiga, la próxima vez que pase, yo misma me encargo de retirarla a ambas –quede de piedra ante sus palabras.
–Tampoco hay que ser tan drásticos señor Campride –dice debajo de una risita nerviosa dándome a entender que en efecto el problema es conmigo y nadie más –con una semana de retención a su hija pues todo está bien, ya que ella se hace responsable de caso.
–Claro, lo considero perfecto, señor rector, Annetthe no tuvo nada que ver en esto –secunda con seguridad y al notar que me iba a interponer me amenazo con la mirada.
Durante un largo minuto de charla, yo no pude evitar sentirme sumida en la tristeza, y la culpa, si solo hubiera mantenido mi postura de inservible, los padres de Charlotte me dieron una mirada de lastima, me felicitaron por mi cumpleaños y se marcharon llevándose a mi mejor amiga, en ese instante me sentí completamente vacía y sola. Las horas en el instituto pasaron lento y aburridos, ayude a unos empleados sacar la basura y por ello me regalaron unos cuantos centavos que me servirían para pagar el bus que me llevaría a mi nuevo empleo.
Despues de 2 horas en autobús este duraba tanto tiempo por las múltiples paradas que debía de hacer, y media hora de haberme perdido en aquel vecindario lleno de casas grandes sacadas de alguna pelicula de millonarios, al fin llegue a mi destino, aún tenía el uniforme del colegio y me cuestione si debería llegar en ese estado. Aunque en parte si notaban del lugar en que estudiaba serviría de referencia.
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Editado: 23.06.2021