4 meses después, todo era perfecto: Ya Loreen, Gabe y William lo conocían más y le caían bien al nuevo chico de la “pandilla”, como Christopher le gustaba decirle. Se comenzó a juntar más con ellos y se ganaba su confianza, pero sobretodo, era feliz estando al lado de Rose. Aún eran amigos, todavía no eran novios. A veces, él se pasaba por la universidad para verla en la salida y charlaban un rato para luego que fueran cada quien a su casa.
Y en esas veces, Ryan los veía.
No lo podía creer, ¿Acaso Rose le había creído todo aquella falsedad de Christopher y ahora eran los mejores amigos? Porque eso sí, Ryan notaba perfectamente que aún eran amigos… y que él aún estaba enamorado de ella.
Un día, decidió buscar información sobre Christopher: Presentía que Rose estaba en peligro. Fue al café y se encontró con, desafortunadamente, con él.
—Hey Ryan, ¿Cómo estás?—le preguntó ocultando su odio en cuanto lo vio entrar.
—Bien, mira, ¿Y Frank?—Ese era el plan A del castaño. Esperaba no tener que recurrir al plan B.
—En su oficina, creo que lo escuché hablar por teléfono, no sé.
—Bueno, gracias.—subió hacia la oficina del jefe.
Tocó la puerta.
—Adelante. –Abrió la puerta lentamente y asomó su cabeza.— Oh, hola Ryan. Tenía tiempo sin verte, pasa.—el chico trancó la puerta y se sentó en frente de él.
—Hey Frank, ¿Cómo estás? Quería preguntarte algo sobre Christopher.
—Dime.
—Como sabrás, ahora él y Rose están muy unidos. Sé que no son novios pero se nota que muy pronto lo serán. Me preocupa que ella tome la decisión incorrecta.
—¿A qué te refieres?—apoyó sus codos en la mesa mirándolo fijamente.
—Presiento que él oculta algo, no me cae bien. Siento que tiene un secreto horrible. No sé. –El chico se comenzó a reír.— ¿Cuál es el chiste, Frank?
—Es que eso es lo más ridículo que he escuchado. –Se calmó un poco.— Chris es la persona más agradable y genial que haya existido en la Tierra. Después de August, claro.—dijo esto en murmuro. Escuchó que alguien tocaba la puerta y al abrirla, el rey de Roma asomó su cabeza.
—Hey Frankie, ¿Ryan?
—Hola, August. –Bien, ahora su plan B había recurrido al lugar.— Em… August, ¿Necesitas hablar con Frank urgente? Necesito preguntarte unas cosas sobre alguien que conoces.—ambos pelinegros, más bien, el novio de Nolan ahora era rubio, se sorprendieron: Todos sabían que los dos ex de Rose se odiaban.
—En realidad, venía por algo pero… No, no tengo problema en hablar contigo.—respondió aún impactado.
—¿Tomamos café mientras hablamos?
—Bueno…—Ryan se paró y se despidió de Frank. August le guiñó un ojo y ambos se fueron de allí.
—Deberíamos hablar en otra parte, tu hermano está cerca y no quiero que se entere de nuestra conversación.—eso fue un balde de agua fría que recibió el rubio.
—¿Cómo sabes q…?
—Vámonos, ¿Sí?—el chico asintió y se fueron de ahí sin antes pasar por todas aquellas miradas curiosas al ver que ellos dos no estaban discutiendo o algo, tuvieron la suerte de que Christopher no los viera.
Se fueron de Starbucks y decidieron ir a otro café, lejos del primero. Al entrar, ambos pidieron unos frapuccinos y se sentaron afuera.
—Ryan, realmente todo esto es raro. No es una broma, ¿verdad?—el mencionado solo rió.
—Raro, ¿no? Tú y yo teniendo una conversación civilizada mientras bebemos unos cafés. –August rió nerviosamente.— Bien, ¿Por dónde empezar?
—Comienza sobre cómo sabes que Christopher es mi hermano.
—Oh, eso, claro. –Le cuenta como Frank, sin querer, le había contado sobre el hecho de que su lindo noviecito tenía un hermano “muerto”. Al finalizar, suspiró.— Cuéntame todo sobre él.
—¿Qué?
—Eso, cuéntame sobre tú hermano. ¿Tienen tiempo sin verse?—le preguntó mientras tomaba un poco de café.
—Pues sí, casi 13 años desde la última vez que lo vi. Desde la muerte de mis padres.
—Vaya, entonces ambos quedaron huérfanos.—August bebió de su café nervioso: Debía actuar con cautela para no relevarle tanta información confidencial a su enemigo.
—En realidad, yo me quedé viviendo con una amiga de mi madre y mi hermano decidió no volver a la ciudad nunca, hacer su propia vida: Él es 5 años mayor que yo.—volvió a beber de su café. Ryan notó que estaba muy perturbado por algo.
—¿Qué pasa si te digo que a lo mejor él y Rose terminan siendo novios?
—Pues… es su vida, que haga lo que quiera, que salga con quién quiera.
—Oh, vamos August, ambos sabemos que él oculta algo pero tú sabes perfectamente lo que es. –Dijo con una sonrisa ingenua.— Desde lo de la fiesta, siempre me he preguntado algo: ¿Tú le diste la droga?
—Él la robó. Me la quitó. –Suspiró.— No sé cómo demonios supo que yo tenía drogas en mi casa pero ese día no estaba.
—¿Cuándo se volvieron a ver?
—No sé, ¿Cómo hace unos 7 meses? Creo que fue antes del aniversario de tus amigos Gabe y William.—se sacudió al recordar ese día.
—August, tú hermano ha hecho muchas cosas malas, ¿Verdad?—el mencionado casi se ahoga bebiendo el café.
—¿De qué carajo hablas, Ryan?
—Él fue el que me drogó, August. Lo hizo para que Rose y yo termináramos y él se quedara con ella. ¿Tú crees que yo hubiera querido lastimar a Rose como lo hice en la fiesta? ¿O no te enteraste de lo que le hice?
—¿De la súper cachetada que le diste? Sí, si me enteré. ¿Y?—se comenzaba a preocupar temiéndose que ya hubiera descubierto el secreto.
—Pues, últimamente lo he visto sin los lentes y yo sabía que lo había visto antes en otra parte. Él le ha mentido a todos sobre su identidad. Él mató a mi abuela que me había criado hace 6 años, yo lo había visto todo. Estaba bañándome cuando había escuchado unos ruidos extraños, pensé que era ella que estaba cocinando e ignoré el ruido. Cuando salí del baño, me asomé por la ventana de mi cuarto y vi a un chico. Jamás olvidaré su rostro. Cuando bajé, vi que mi abuela yacía en el piso, muerta, y con unas marcas. “WAY”. –Tomó algo de café al ver que la cara del rubio estaba dentro de un shock.— Christopher es el maniático Way, ¿No es así…August?—el chico se paró furioso.
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Editado: 07.06.2020