Sebastian: Blood // Water
— ¡¿Se atrevió a buscarla?! — Mauricio se lleva las manos a su cabello en modo de desesperación.
Limpio la herida de mi brazo con alcohol para después saturarse con la aguja e hilo. Hago una mueca al pasar el algodón, el corte es aproximadamente de 5 cm lo bueno que fue roze y no es tan profundo.
— Tranquilizate.
— ¿Cómo carajos quieres que me tranquilize? Te ha atacado con una navaja cortando tu piel — me señala la herida — ¿Porque no esperaste a que viniera pude haberme salido de la práctica de fútbol?
— No ha llegado a mayores porque….
— ¡Esto no hubiese pasado!
— ¡Lo hecho, hecho está! — me paro para encararlo — Si se te e llamado es porque quería que supieras y llamarás a tu hermana para ver si estaban bien y para decirte que hay alguien que le está informando de todo a ese imbécil. ¡Porque muy bien pude no haberte avisado!
Su respiración es acelerada, se esta comportando como idiota porque los nervios le ganan y el miedo lo esta cagando es eso.
— Esta bien, lo siento — se disculpa palmeando mi brazo bueno.
Esto se está saliendo de control mucho, llegando a tal punto que nos están amenazando de muerte por algo tan insignificante, absurdo y egoísta. Si es obsesión lo que Owen siente y llegue a matarnos solo por conseguir a su ex-novia que en este caso es Ana, pues esta muy mal y loco.
Nadie se puede obsesionar por una persona llegando a eliminar a las personas cercanas, se vuelve una guerra entre él y su subconsciente quien creo que es el que lo maneja.
Estamos en el juego del gato y del ratón, todos vamos por el queso sin saber que alguien ya nos está esperando junto a la trampa.
Si esto no acaba ya, va a haber muchos muertos de por medio y personas cercanas van a pagar por algo que ni siquiera les incumbe o saben. los nervios y la furia nos están ganando pasamos de un shipeo que inventé a un montón de percances y amenazas.
Sabe de mis hermanos que son mi familia, mi mundo, sabe todo de la familia de Mauricio y por parte de Ana. Si algo les pasa es por culpa de ese gilipollas que nos quiere matar por un puto capricho y obsecion que tiene.
Después de esto, me he dado cuenta que es capaz de todo de conseguir lo que se le dé la gana y no le interesa quienes salen dañados en el camino. El que va a terminar muerto es él, ya nos toco los cojones con esto, ahora le va a tocar pagar. Él no se va salvar.
— ¿Le has investigado la familia? — pregunto.
Si el nos quiere joder con familia hay que darle por la misma culata, es la unica manera o puede que alla otra forma pero esto es un alcanze de lo que tengo en mente. ¿Quiere jugar sucio? Pues que comience el juego.
— ¿Qué tienes en mente?
Me quedo en silencio para darle un toque de suspenso a lo que se puede hacer.
— Démosle por el mismo rabo — miro el teléfono — Quiere meterse con la familia, hay que hacer lo mismo, pero sin hacer daño alguno sabe todo lo nuestro pues hay que saber todo de él. Puntos débiles.
Nos quedamos viendo por unos cuantos segundos hasta asentir.
— Hay que ser inteligentes, ya estamos en el juego. Quiere guerra, bien... la tendrá.
Apartó la venda, cojo la aguja y el hilo para empezar a cerrar el corte. Hago una mueca cuando siento traspasar la aguja por mi piel, no hay anestesia que pueda calmar un poco el dolor y la ardencia.
***
— Hola, mamá — entró saludando a mamá quien está cocinando el almuerzo para los dos idiotas pero inteligentes torbellinos de mis hermanos.
— Hola — se limita a decir.
Dejo mis llaves en el mesón de la sala para dirigirse al segundo piso donde se encuentran los gemelos Fox, de mi bolsillo sacó dos sobres blancos que contienen dinero antes de llegar y tocarles la puerta.
Toco dos veces antes de que me haba la puerta Ytalo quien se encuentra con un pijama amarillo sin camiseta sonrie al verme y nos damos un abarazo antes de dejarme entar a mi antigua habitación.
Como extrañaba estar aquí y sentir la agradable sensación de cuando papá dormía aquí conmigo cuando se molestaba con mamá.
Todo ha sido reemplazado las paredes de un color azul con varios posters de varias bandas que no me acuerdo como se llamaban pero logró reconocer una, no es una banda en si solo es un dúo Twenty one Pilots. La cómoda ha sido reemplazada por dos armarios, un ventilador cuelga en el techo y la cama que estaba en la ventana fue cambiada por un camarote.
— ¡Sebastián! — exclama Antoni al verme.
Suelta la consola que les regale para sus cumpleaños para venir abrazarme, palmeo su espalda para después mirarlo, tan solo tienen 15 próximos 16 años y ya van a estar de mi altura siendo todos unos casanovas quienes tienen varias chicas por detrás.
— Tomen — les extiendo el sobre a cada uno cuando se ponen de frente mio.
Frunce el entrecejo mirando detenidamente el sobre y luego a mi. Les hago señas de que los abran y vean su contenido.
— No les va a saltar nada de ese sobre.
— Pues la ultima vez nos dijiste lo mismo y terminamos casi ciegos por tu culpa. — me reclaman los dos.
Sonrió al acordarse de la broma que les hice hace algunos días, en algo tienen razón casi se quedan ciegos por la cantidad de escarcha que salió de los dos sobres que les entregue, fue muy divertido a mi parecer.
Me miran con desconfianza abriendo detenidamente el sobre. Al ver su contenido dentro alza la vista asombrados abren la boca y la cierran rápidamente. tratan de buscar las palabras adecuadas pero parece que no las encuentran.
— ¿500 dolares? ¿Para cada uno? — dicen al unísono.
Asiento.
— Es demasiado, ¿Cómo es que los has conseguido?
— Eso no importa chicos, son mis hermanos.