Enamorado de un fantasma

Epílogo

“Euforia”

Allison

Cuatro meses después.

Cada día que pasaba me sentía más emocionada, una etapa de mi vida está por cerrarse y las ansias por comenzar la nueva crecen más y más.

No es de extrañar que me sienta nostálgica, a pesar de todo lo que la secundaria ha implicado para mí —refiriéndome a lo malo—, puedo decir que mi último año de secundaria fue el mejor de todos.

Mi mejor amigo de toda la vida terminó convirtiéndose en mi novio. Logré hacerme amiga de la que fue mi rival académicamente, gracias a mi hermano; y nuestro grupo de amistad creció considerablemente.

También perdí a quien consideraba mi amiga, y eso desató un montón de cosas —que no hace falta mencionar—, pero que conllevaron a que todo fuese lo que es hoy.

Todas las experiencias que he vivido con mis amigos y Louis: buenas, malas, sobrenaturales, triviales... son cosas que, en el momento, no noté lo importante que se volverían para mí, ya que son sucesos que quedarán siempre guardados en mi mente y corazón.

¿Logré perdonar a Kate?

A decir verdad, sí. Me llevó un tiempo aceptar todo y seguir adelante sin rencores. Para el día en que llevamos a cabo el plan de Maddie, no estaba tan preparada como creí estarlo, de allí que se me hiciera más complicado todo y... cayera por las escaleras.

En algún momento me dejé llevar por las emociones negativas que aún no había logrado saldar, poniendo en riesgo mi cuerpo, mi alma y la de Kate.

Estuve tres semanas suspendida... Semanas en las que pensé que me volvería loca por no salir de casa, apenas y podía salir de mi habitación sin que alguien estuviese por allí pendiente de lo que yo necesitara.

En el fondo, agradezco muchísimo la atención que todos me dieron para que me recuperara más rápidamente... pero sí debo admitir que llegó un punto en el que me sentí atosigada.

Aunque, ese tiempo me sirvió para reconciliarme conmigo misma; aceptar las cosas como pasaron; hablar al vacío varias noches, confiando en que Kate estaría en algún lado, escuchándome, pues no habíamos tenido señales de ella. Ni siquiera Maddie.

Todo parecía surreal, a pesar de que era la realidad que debíamos haber vivido desde hacía tiempo. Pero se sentía... raro.

Fue entonces cuando logré perdonarla por completo... Pero, una cosa es perdonar, y otra cosa es olvidar.

Quería que ella tuviese un descanso digno, que no sintiera que aún tenía rencor hacia ella o algo así. Y no quería que las cosas relacionadas con su persona siguieran afectándome. Mas no olvidaré todo lo que pasó, no puedo, ni haré como que no hizo nada.

Los exámenes finales han terminado y todos estamos libre de clases de manera oficial... Todo el grupo festejó ese hecho, y me pusieron el apodo de aguafiestas por ser la única que no demostró el mismo entusiasmo que ellos.

Los chicos del equipo de fútbol decidieron hacer una fiesta de celebración para despedir a Louis, a Jedd, y a otros estudiantes de último año que también forman parte del equipo. Por lo que todos nosotros estamos invitados.

Roger ha sido excluido, pues él mismo se buscó una suspensión días atrás por su mala conducta. En estos cuatro meses, no se metió conmigo ni con Anne, pero sí con otras chicas de otros años; lo pillaron y Louis no dudó en aprovechar esa oportunidad para echarle más leña al fuego.

Lo amonestaron verbalmente por habérselo guardado, pero, afortunadamente, le creyeron todas las declaraciones que hizo en mi defensa y la de Anne.

Miro mi cama, específicamente el lugar donde reposa el vestido que me pondré. Suelto un suspiro y me dirijo a la cómoda para sacar mi ropa interior. Mamá hace acto de presencia en mi habitación cuando estoy a punto de pasar el vestido por encima de mi cabeza.

—¿Cabello? —me sonríe con inocencia, mostrándome un peine especial que facilita la división del pelo al tener un extremo demasiado fino. Su expresión cambia a una de gracia al verme con los brazos levantados y la prenda en mis manos—. ¿Te está dando pelea?

Aunque no sé si ese artefacto sea totalmente necesario, pues llevo puesto esos rollos para cabello que son del tamaño de unos Paccheri crudos. Pero con su última pregunta sí tiene razón.

—Un poco —sacudo los brazos para que la tela baje, cubriéndome el rostro—. Recuérdame por qué lo escogí.

—Porque, una vez pasado este proceso, te queda estupendamente bien.

Dejo escapar otro suspiro y continúo con lo mío con ayuda de mamá. El vestido tiene un curioso escote trasero, lo que me dificulta la tarea de ponérmelo. Básicamente, es de color gris plomo, con varias tiras en la espalda que apenas cubren mi piel, y hacen la función de una especie de corset, ajustándose a la figura de mi torso.

La parte delantera es totalmente cubierta, con un sutil cuello redondo que no llama la atención, recayendo ésta en la parte trasera del vestido. La falda es asimétrica y circular, llegándome la parte delantera por encima de las rodillas, mientras que la trasera cae libremente hasta mis pantorrillas.

Al culminar, ambas nos dirigimos a mi peinadora, y me río al ver mi reflejo. Si Louis me viera, también se reiría, diciendo que parezco una anciana o algo parecido.



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En el texto hay: juvenil, romance, paranormal

Editado: 24.08.2024

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