Capítulo 1
Hoy es un día lluvioso de otoño, me encanta el otoño, podría decir que es mi estación preferida del año. Y está de más decir que la ciudad es hermosa en esta estación. Londres es una ciudad donde llueve mucho, yo adoro los días lluviosos, no sé si será porque estoy acostumbrada a que llueva o porque sencillamente me gusta. Al llegar a la escuela, veo a Kim, mi mejor amiga. Ella es alta, delgada, con un pelo negro envidiable y unos ojos azules como el mar, unas pestañas largas que hacen que resalten aún más. Me dirijo a saludarla y de paso buscaba los libros que necesitaba en mi loker que se encuentra justo al lado del suyo.
-Hola- Le digo mientras abro mi locker.
-Hola. ¿Qué tal tu fin de semana?
-Bien, tranquila en casa, ya sabes. ¿Y tú?
-Muy bien. Este fin de semana salí con mi madre de compras.
-¡Qué bien!- Digo sonriendo -¿Y a que tiendas fueron?
-Visitamos la nueva tienda de Harrods de la marca Christian Dior. Es lo máximo.
-¡Wow!- Digo con cara de asombro- ¿Qué compraron?
-Cuando terminemos las clases vamos a mi casa y te enseño.
-Está bien- Asiento.
Termino de coger mis libros y suena el timbre indicando que debemos entrar a las aulas. Kim y yo nos dirigimos al laboratorio de Química ya que de eso era nuestra primera clase. La Química me gusta pero no tanto, no soy mucho de Ciencias, soy más de letras, amo leer y también me gusta la Historia. No seré la mejor alumna pero si soy bastante buena, y sobre todo me esfuerzo bastante quiero terminar la preparatoria con buenas notas y no porque esté en el último año eso debe cambiar.
Hoy el día se me ha pasado más rápido de lo normal. Ya son las cinco de la tarde y el timbre suena para indicar la hora de salida. Ya no llovía, había salido el sol, el suelo de la calle estaba mojado, y lleno de hojas, era el típico y bello paisaje de otoño. Al salir veo a Kim, a Rachel y a Robert. Ellos dos son amigos nuestros desde que empezamos la preparatoria. Al verme me hacen señas para que vaya hacia allá. Me dirijo a ellos y saludo cordialmente.
-Hola. ¿Qué tal?
-Todo bien Kate- Responde Robert.
-Te estábamos esperando para ir a casa de Kim- Agrega Rachel.
-Oh, qué bien que me esperaron- Dije- Me retrase un poco para salir pues le estaba preguntando unas dudas a la profesora de Matemáticas- Añadí.
-No hay problema- Dijo Kim con una sonrisa de oreja a oreja- Ya vamos.
Y nos fuimos para casa de Kim. Por el camino íbamos hablando de muchas cosas, temas de la escuela, libros, películas, series, moda, hasta que por fin llegamos. Kim tiene una casa muy linda y lujosa. Ella vive sola con su madre, la cual es Bioquímica, y dirige uno de los centros de investigación más importantes de Inglaterra. Por lo cual tiene muy buena posición económica. Al entrar nos recibe Carmen, la empleada doméstica de la casa, ella es cubana, pero la trajeron desde muy pequeña para Inglaterra. Nos hace pasar por aquellos pisos de mármol blanco y brilloso, la sala es enorme, con muebles y adornos preciosos y seguramente de mucho valor. Kim nos dice que vayamos para su cuarto para enseñarnos lo que se compró. Subimos las escaleras que conducen a las habitaciones y entramos. Su cuarto es precioso, está tapizado de un rosado muy claro, tiene una cama enorme con muchos cojines y almohadas a juego con el tapiz de las paredes. En frente de la cama, a unos cuantos metros de distancia, tiene una mesa con un espejo lleno de luces (como los que usan los artistas en los camerinos) donde tiene sus maquillajes. Y al lado tiene otra mesa donde hay libros, lápices y algunos apuntes que es donde estudia. A un lado del cuarto hay una puerta que es la que dirige al baño y al otro lado se encuentra su closet que es muy grande, yo creo que se podría hacer otro cuarto. Alrededor está colgada la ropa, debajo de esta están los zapatos, a un lado los de sport y al otro los más elegantes y finos, y en el medio tiene una especie de cómoda de cristal donde guarda sus joyas. Al instante vemos que agarra un vestido, unos zapatos de tacón y una cartera, y nos pide que salgamos un momento para poder cambiarse. A los quince minutos nos llama para que entremos, al entrar vemos que se había puesto lo que había comprado. Es un vestido blanco de flores azules que moldea perfectamente su figura, con un juego de cartera y zapatos negros.
-¿Cómo me veo?- Pregunta.
-Hermosa- Afirma Robert.
Rachel se queda mirándola y yo asiento al comentario de Robert.
-Bueno, esta es la ropa que voy a estrenar el día de mi cumpleaños, que como ya saben es el domingo, mi madre está organizando una fiesta aquí en la casa, la cual comienza a las nueve, a la que por supuesto ustedes están invitados.
-¡Qué bien!- Gritamos todos a coro.
-Sí, y para esta fiesta van a poder conocer a mi hermano.
-¿Pero él no está en una beca haciendo un master en los Estados Unidos?- Pregunto intrigada.
-Si- Kim asiente –Pero ya ayer se graduó, o sea que ya es oficialmente master, y el viernes en la noche ya está aquí. Miren una foto que me envió ayer, yo sé que lo vieron hace mucho tiempo y ya tiene 26 años.
Enseguida nos muestra la foto en su celular. Se ve bastante alto, es de pelo negro y ojos azules al igual que Kim, parece que hace ejercicio pues se ve fuerte. Sus rasgos no son perfectos pero tampoco está mal.
-¿Cómo es que se llama?- Pregunto, porque realmente no me acuerdo de su nombre cuando lo vi tenía apenas diez años y ya voy a cumplir 18, o sea que hace un buen tiempo de eso.
-Richard- Responde Kim.
-Oh, verdad que si- Digo.
-Es súper buena onda, y no lo digo porque sea mi hermano, pero estoy segura que les va a caer muy bien- Dice Kim con mucha seguridad.
-¿Deben haberlo extrañado mucho?- Pregunta Rachel.
-Sí, la verdad es que mi madre y yo lo hemos extrañado muchísimos, él es el alma de esta casa.
Los tres le damos una sonrisa de boca cerrada a Kim y bajamos a la sala para que se cambiara. Al sentarnos Carmen, la empleada, que al entrar no le puse mucha atención pero va vestida con el típico uniforme negro con delantal blanco, su pelo rubio recogido en una coleta, y sus ojos claros nos miraban fijamente al preguntarnos si queríamos algo de tomar. Le pedimos que nos trajera un jugo de naranja a cada uno y en eso llega Kim, que se había puesto un pantalón, unos tenis, una blusa rosada con un estampado floreado muy bonito con una chaqueta negra. Nos sonríe y se sienta. Carmen trae los jugos y nos ponemos a charlar sobre el cumpleaños de Kim. El tiempo pasaba muy rápido cuando nos dimos cuenta ya eran las siete de la noche y nos teníamos que ir. Nos despedimos de Kim y de su madre que estaba llegando en ese momento y nos fuimos, al llegar a casa me encuentro con mi madre, que desde el momento en el que me vio llegar me empezó a cuestionar por la hora en la que había llegado.
-¿Crees que estas son horas de llegar?
-Estaba en casa de Kim con mis amigos y se nos pasó el tiempo.
-Pero me podías haber avisado porque para algo existe el celular.
-Lo siento, no me di cuenta, de verdad.
-¿Tu pidiéndome disculpas? ¿Qué quieres?
Mi madre me conocía mejor de lo que me gustaría. No suelo decir ¨lo siento¨ al contrario siempre termino discutiendo. Pero en esta ocasión sabía que no me convenía discutir porque entonces no me dejaría ir a la fiesta de cumpleaños de Kim, y yo no quiero perdérmela por nada del mundo.
-¿Me das permiso para ir el domingo a la fiesta de cumpleaños de Kim? Comienza a las nueve, es en su casa.
- Está bien. Puedes ir.
-Gracias mami, eres la mejor.
Ella me mira con una cara como diciendo ¨si claro¨ y yo me voy a mi cuarto.
Mi madre es una mujer muy buena, y como madre siempre ha sido excelente, solo es un poco estricta, pero creo que como la mayoría de las madres preocupadas. Al igual que la mamá de Kim es una mujer importante y muy profesional, ella es la abogada Katherine Johnson, se podría decir que la abogada con más prestigio a nivel nacional. Con su trabajo fue capaz de levantar su propio imperio, ya que es la dueña del despacho de abogados más importante de Inglaterra llamado ¨Los Defensores¨, por lo que también llevamos un nivel de vida muy alto, la verdad es que no me puedo quejar. Mi casa es un ¨poquito¨ más pequeña que la de Kim pues somos nosotras dos solas, y Kim vive con sus padres y su hermano. Mi padre murió unos días antes que yo naciera, hizo una parada respiratoria muy larga y no resistió, yo no lo pude conocer, y ni tan siquiera llevo su apellido por lo que me llamo Kate Underwood. Cuando pienso en eso me entristece no haber podido conocer a mi padre, mi madre siempre me ha dicho que fue un hombre muy bueno, era ingeniero industrial y se destacaba mucho en su trabajo por su sabiduría.
Kim
-¿Cómo van los preparativos de la fiesta mami?- Pregunto con una sonrisa.
-Muy bien. Va a estar genial, con todo lo que me pediste.
-Que bien. Estoy ansiosa porque llegue el domingo.
-Y yo mi amor. Ya cumples 18 años. ¿Por fin tienes decidido lo que quieres estudiar cuando termines la preparatoria? ¿Quieres ser médico como tu hermano?
-No. Quiero ser periodista.
-Me parece bien. ¿Y eso a que se debe?
-No sé. Solo me gusta.
-Bueno, si es lo que te gusta vas a tener todo mi apoyo.
-Gracias- Le dije con una sonrisa- ¿Vamos a comer? Me muero de hambre.
-Sí, voy a tomar un baño mientras tanto que Carmen ponga la mesa.
-Okey, ahora le digo, mientras tanto voy a estar en mi cuarto.
Le dije a Carmen y subí corriendo a mi habitación. Vi que mi teléfono estaba sonando, no sabía quién era, el número estaba oculto. Me intriga mucho saber quién era y entonces contesto,
Kim: -Hola
Desconocido: -Hola. ¿Eres Kim Johnson?
Kim: -Sí, soy yo. ¿Quién es usted?
Desconocido: - Tu madre está siendo amenazada, lo cual solo lo sabe ella y si no cumple con lo que le piden te van a matar a ti y a tu hermano…
Kim: -¿Quién la está amenazando? ¿Cómo sabe eso? ¿Quién es usted?... Hola… Hola…
Me colgó. ¿Quién será ese hombre? ¿Será verdad lo que me dijo? No descarto la posibilidad de que sea una broma de muy mal gusto, pero… ¿Y si es verdad? Necesito hablar con mi mamá. Salgo del cuarto y doy un portazo, bajo las escaleras corriendo y veo a mi mamá, mi papá y a mi hermano. De repente se me olvida lo del llamado y voy corriendo a darle un abrazo a Richard.
-¡Oh hermano, cuanto te extrañé!- Digo con lágrimas en los ojos.
-¡Y yo a ti, no tienes idea!- Me dijo entre sollozos.
En ese momento mamá y papá se unieron al abrazo. Fue un momento hermoso, y sobre todo muy tierno. Todos habíamos extrañado mucho a Richard y por lo visto el también a nosotros.
-¿Pero tú no regresabas el sábado?- Le pregunté intrigada.
-Sí, pero adelantaron mi regreso y me avisaron a última hora y no me dio tiempo a decirles.
-No importa, mejor, ya te tenemos aquí con nosotros- Dijo mi padre.
Y ya estaba la familia completa, Erick Johnson, Natalia Gilmore y sus dos hijos, Kim y Richard Johnson. Luego nos sentamos los cuatro a comer. Richard nos contó sobre sus experiencias en los Estados Unidos, y los amigos que había hecho allá.
-¿Y no conociste ninguna muchacha que te gustara?- Pregunta mi padre.
-No papá, no estaba pensando en eso. Estaba concentrado en estudiar para poder hacerme master.
-Me gusta mucho esa respuesta hijo, me alegra que hayas estado tan centrado en estudiar y superarte- Dijo mi madre.
-Gracias mamá. La semana que viene empiezo a buscar trabajo.
-Verás que lo consigues enseguida- Le dije con una sonrisa.
-¿Y tú hermanita, que quieres estudiar?- Me preguntó con intriga.
-De eso estaba hablando hace un rato con mamá. Quiero ser periodista.
-¡Qué bien!- Me dijo con una sonrisa.-Y serás la mejor, ya verás.
-Qué bueno hija, es una buena profesión- Me dijo mi papá.
-Me hace muy feliz que todos me apoyen- Dije con una sonrisa de oreja a oreja.
-Si tú eres feliz, nosotros somos felices, siempre acuérdate de eso.
Estuvimos un rato hablando, estábamos todos muy felices. Mi hermano ya estaba de vuelta después de un buen tiempo. Con él la semana se pasaba más rápido. Ya era viernes y me había cogido un poco tarde para ir a la escuela.
-Richard, se me ha hecho un poco tarde para la escuela. ¿Crees que me puedas llevar?- Le pregunté con mucho cariño.
-Tengo que pensarlo…- Me dijo en un tono burlón- ¿Tú no tienes chofer?
-Sí, pero hoy dijo que se iba a retrasar pues tiene al hijo enfermo. Por favor hermano, llévame en el carro que te dieron nuestros padres.
-Está bien. Vamos.