Capítulo 6
Richard
No puedo creer lo que mis ojos están viendo. Robert está besando a Kate, y ella no hace nada para que se aparte. ¿Acaso le estará gustando? ¿Besará mejor que yo?
En ese momento lo único que puede hacer fue acercarme a ellos y apartar a Robert de mi novia.
-¿Acaso estás loco? ¿Qué crees que estás haciendo?- Le dije enfurecido y fuera de control.
-El que estás loco eres tú. ¿Quién eres para hacer eso?
-Yo soy el novio de Kate idiota- Dije a toda voz y le pegué con mucha fuerza en la cara.
Las personas de la fiesta que con el escándalo se agruparon todas a unos dos metros de nosotros se horrorizaron y Rachel trató de detenerme pero el intento fue fallido.
-¿Qué te pasa?- Dijo Robert golpeándome a mí también haciendo que mi boca comenzara a sangrar al igual que su nariz.
-¡Ya basta! ¡No peleen más!- Gritaba Kate desesperada tratando de detenerme.
Las cosas no se iban a quedar así. Sin decir nada le di un rodillazo en el estómago a Robert, luego de eso le volví a tatuar mi puño en su cara acompañado de un empujón. Robert cayó al suelo dándose un fuerte golpe en la cabeza. Al ver que no se movía me asusté un poco pues alrededor de su cabeza se formó un charco de sangre. ¡Lo había matado!
-Robert, respóndeme… Dime algo Robert- Decía Kate con lágrimas en los ojos- Lo mataste idiota, lo mataste- Comenzó a gritarme como loca.
-No, no debe estar muerto- Le dije un poco desesperado.
-¿Cómo que no, si no reacciona? Y mira el charco de sangre que tiene abajo y alrededor de su cabeza. ¡Lo mataste! ¡Asesino!
Al oír que Kate me llamó asesino mis ojos se llenaron de lágrimas, y el pecho se me oprimió, nunca pensé que fuera a oír unas palabras tan crueles de su boca.
-Lo hice por ti, porque vi que te estaba besando, ¿o es que acaso estabas con él y yo soy el cornudo en esta historia?- Le grité con todas mis fuerzas.
-Serás desgraciado, como vas a decir eso yo estaba enamorada de ti, y jamás te hubiera hecho eso.
-¨Estabas¨ enamorada de mí, ¿o sea que ya no lo estás más?
-Claro que no, yo no puedo estar enamorada de un asesino.
-Chicos, por favor, no peleen más, ya yo llamé a una ambulancia y a la policía- Dijo Rachel temblando.
-Yo voy a llamar a mi madre para que cuando venga la policía me saque de aquí- Dijo Kate mirándome con desprecio.
Esto no podía estar pasando. Maté a una persona. Cuando la policía llegue me van a detener, antes que eso suceda debo llamar a mi padre.
Erick: -Hola hijo. ¿Qué pasa?
Richard: -Papá, necesito que vengas con el abogado para casa de Rachel, donde te dije que iba a ser la fiesta, ahora yo te mando la dirección.
Erick: -¿Por qué con el abogado Richard que pasa?
Richard: -Es que sin querer maté a una persona y viene la policía para acá y seguramente me van a detener, por favor ven lo más rápido posible.
Erick: -Está bien. Voy ahora para allá ¡y me explicas todo con lujo de detalles Richard!
Mi padre me colgó al instante de haber dicho esto. Yo estaba muy asustado, me había perjudicado de por vida. De un momento a otro mi vida dio un giro de 180 grados, y no para bien precisamente. Unos minutos después llegaron la ambulancia, la policía y la madre de Kate, la cual se identificó y la dejaron sacar a su hija de aquí. Todos apuntaron hacia mí y la policía me esposó y me llevaron a comisaría. Estaba temblando, mis ojos estaban llenos de lágrimas y mi corazón roto por las palabras de Kate. Nunca me hubiera imaginado en una situación así. Tiré mi vida completamente por la borda por una persona que no me merece.
Kate
Al llegar a casa me senté en el sofá de la sala y puse mis manos sobre mi cabeza. Todavía no podía creer lo que había pasado. Tenía lágrimas rodando por mis mejillas y mi ropa estaba un poco manchada de sangre. Mi madre se sentó a mi lado y me acarició la cabeza.
-Hija cuéntame bien que fue lo que pasó, necesito entender- Dijo ella en voz baja.
-Mamá, Richard, el que mató a Robert, era mi novio, comenzamos a salir hace una semana, él es hermano de Kim.
-¿Y por qué no me habías dicho nada?
-Nadie lo sabía aún, por esto que acaba de pasar fue que todos se enteraron- Dije envuelta en llanto.
-Pero Kate, yo no soy ¨todos¨ yo soy tu madre, la primera que se tiene que enterar de lo que pasa en tu vida. ¿Qué edad tiene?
-Tiene 26 años.
-¿Qué?- Dijo ella muy sorprendida.
-Ves, por eso no te quería decir nada. Sabía cómo te ibas a poner.
-Pero Kate, no es para menos, él ya es un hombre, tu solo tienes 17 años.
-Ya lo sé mamá, y por eso mismo creo que estoy lo suficientemente mayor para saber que hago o no- Le dije alzando un poco la voz.
-¡Claro, sabes tan bien lo que haces que estabas de novia de un asesino!
-Madre, Richard hizo eso porque me vio besándome con Robert. Él me confesó que estaba enamorado de mí y me robó un beso. Richard lo vio y lo apartó de mí. Empezó como una pelea, yo traté de separarlos pero no pude, y bueno, terminó en esta fatalidad.
-¿Tu no lo estarás justificando? ¿O si Kate Underwood?
-No madre, no lo estoy justificando, yo terminé con Richard. Y fui la primera que le grité ¨asesino¨ cuando vi que había matado a Robert- Le dije con lágrimas en los ojos- Si me permites me voy a mi cuarto, que necesito procesar todo lo que acaba de pasar. Así que déjame en paz.
Cuando dijo esto subí las escaleras corriendo y me encerré en mi cuarto. Decidí tomar un baño para relajarme un poco. Al terminar deseché el vestido que tenía puesto pues estaba manchado de sangre. Me tiré de espaldas en la cama y comencé a pensar en todo lo que había pasado. De mi cabeza no salía la imagen de Robert, tirado en el suelo, muerto, con toda esa sangre a su alrededor. Él era mi amigo, me dolía mucho haberlo perdido de un momento a otro, y además, tenía un poco de cargo de consciencia pues su muerte, también fue culpa mía. En ese momento me acordé de Kim. ¿Acaso sabría ya lo que había pasado? ¿O estará aún ajena a este problema? Saber esto le será fatal. Ya estaba sufriendo mucho con la separación de sus padres, y ahora enterarse de que su hermano mató a alguien y está detenido, ya esto será la gota que colme el vaso. Entonces la llamé.
Kim: -Hola Kate.
Kate: -Hola. Te llamaba para preguntarte si ya sabes lo que le pasó a tu hermano.
Kim: -No, ¿Qué pasa?
Al oír que Kim no sabía sentí como si mi corazón se hubiera detenido. Yo le tenía que contar todo lo que había pasado lo cual no era una tarea para nada fácil. Le conté absolutamente todo con la mayor delicadeza posible. Kim no sabía ni que decirme. Se había quedado impávida con la noticia.
Kim: -¿Sabes en que comisaría está?
Kate: -No, pero llama a tu padre. Richard lo llamó para que fuera con el abogado, o sea que él sabe dónde está.
Kim: -Está bien. Pero, Kate, ¿Cómo no me dijiste que estabas saliendo con mi hermano?
Kate: -Amiga, es que no se lo queríamos decir a nadie hasta que la relación no avanzara un poco más.
Kim: -Te entiendo. Te dejo que voy a llamar a mi padre. Adiós.
Kate: -Gracias por entenderme. Adiós.
Al colgar sentí que mi madre estaba tocando la puerta. Pero no le pensaba abrir. Ya había tenido suficiente con la discusión que habíamos tenido hacía un rato, y no quería, ni tenía ganas de seguir peleando.
-Mamá, no te voy a abrir, no quiero seguir peleando- Dije gritando.
-Kate, abre la puerta ahora mismo- Dijo ella alzando la voz aún más que yo.
La ignoré completamente y me puse a oír música, para ver si me olvidaba por un rato de todo lo que estaba pasando. Pero no, no importa la canción que estuviera escuchando, todas me recordaban a Richard, no me lo podía sacar de la cabeza. En este momento él se había vuelto la causa de todos mis problemas, eso era lo único que me daba en estos momentos, cuando hace una semana solo me traía felicidad. Un millón de lágrimas se acumularon en mis ojos al pensar en todo esto. Por más que lo quisiera negar estaba enamorada de él, y aunque lo intentara no podría olvidarlo tan fácil. Le dije cosas feas, no lo voy a negar, pero él también, puso mi fidelidad en duda, y eso me lastimó, pues yo tengo corazón y sentimientos.
El sonido de un mensaje me devolvió a la realidad. Era Kim, diciéndome en qué comisaría está Richard. Se perfectamente en donde es, mañana iré a verlo, necesito tener por lo menos una última conversación con él antes de terminar definitivamente, necesito decirle unas cuantas cosas que tengo atoradas y no me dejan tan siquiera respirar. Me siento como una completa idiota, he estado con alguien que no me valora, que no confía en mí, tanto así que llegó a pensar que le estaba engañando con Robert.
De pronto oigo que mi mamá vuelve a insistir para que le abra la puerta, y lo hago pues ya me tenía harta. Al abrirle entra muy molesta. Me doy la vuelta hacia ella y la miro fijamente a los ojos.
-¿Quién crees que eres para hablarme de esa forma, dejarme con la palabra en la boca y encerrarte en el cuarto y no abrirme la puerta?- Dijo ella muy enfurecida.
-¿Es que acaso no te das cuenta de todo lo que acaba de pasar? Yo estoy muy afectada por esto, y no aguanto más tu maldita persecución como si yo fuera una niña. Parece que eres policía y no abogada- Le dije gritándole lo más que pude.
Cuando mi madre oyó esto me dio una cachetada, lo cual no me lo esperaba, ella nunca había utilizado la violencia conmigo. Podía sentir como mi mejilla se enrojeció y como un montón de lágrimas se acumularon en mis ojos.
-Recuerda que soy tu madre, y me debes respeto- Dijo lo más alto que pudo- Parece que te he dado demasiada confianza y libertad. A partir de ahora estás castigada, por faltarme al respeto y por no contarme las cosas a tiempo. Solo saldrás a la escuela y no usarás más tu celular hasta que yo diga.
Al decir esto agarró mi celular y se fue del cuarto. Esto era lo que me faltaba. Ahora estoy castigada, sin salir y sin celular. Decidí acostarme para ver si lograba dormirme un rato y de esta forma aislarme de mi vida que se había convertido en un completo infierno.
Kim
Al llegar a la comisaría pido ver a mi hermano. Cuando lo vi, mi bolso y mi celular se me cayeron de las manos. Estaba envuelto en llanto y manchado de sangre. Solo atino a darle un abrazo sin importarme que se me manchara el vestido.
-Hermano Kate me contó todo lo que pasó. No puedo creer que hayas hecho eso.
-Pues si Kim. Vi a Robert besando a Kate y perdí los estribos, solo quería darle una lección, no quería llegar a esto. Yo no soy un asesino como ella está pensando ahora mismo- Dijo él muy angustiado.
-Richard, lo sé, fue un accidente. Papá te va a sacar de aquí, su abogado es muy bueno.
-Eso espero pues no voy a aguantar estar preso, además que si eso pasa mi vida va a cambiar, las personas me mirarán como si fuera un asesino, no voy a poder conseguir trabajo, todo va a ser un desastre.
-No pienses así, se positivo, todo va a estar bien- Le dije acariciando su cabello.
-Ojalá todo sea así, es lo que más quiero- Dijo cabizbajo.
-Richard, quería decirte algo- Dije un poco temerosa de su reacción.
-¿Qué pasa?- Me preguntó intrigado.
-Yo le dije a mamá todo lo que pasó antes de venir para acá, o sea que seguramente mañana viene a verte.
-Está bien. Si creías que iba a pelearte no lo voy hacer, no tengo ganas de nada, solo de salir de aquí.
En sus ojos se veía reflejada tanta tristeza con esas palabras que no pude decirle nada. Solo le di una sonrisa triste y lo abracé otra vez. Primero el divorcio de mis padres y todas las desventuras que trajo y ahora pasa esto. Mi familia está completamente devastada, y lo peor es que no sabemos si nos pueden pasar más cosas malas. Yo estoy muy preocupada, porque sé que no aguantaríamos otra fatalidad. Siempre hemos sido fuertes, y hemos sabido darle frente a las adversidades, pero es que esto ha sido demasiado en muy poco tiempo.
-Kim, ve a casa, descansa, yo estaré bien, me alegra mucho que te preocupes por mí- Dijo él después de un rato en silencio.
-Está bien hermano. Pero volveré- Dije con una sonrisa de boca cerrada.
-Por supuesto- Dijo Richard un poquito más animado.
Dicho esto le di un beso en la frente y me fui. Camino a casa decidí que el chofer parara en una librería. Me gustaba leer, pero hacia un tiempo para acá no había podido leer mucho. Al entrar recuerdo una recomendación de Kate. Le pregunto a la vendedora si lo tenían y ella asiente. Era ¨Cumbres Borrascosas¨ de Emily Brontë. Lo compré y me fui.
Cuando llego a casa voy corriendo a mi cuarto, tomo un baño, me acuesto y me pongo a leer. Sé que con todo lo que estaba aconteciendo en mi vida, este no era el momento oportuno para realizar esta actividad, pero la vi como una vía de escapatoria para alejarme de todo lo que estaba viviendo.
-Regreso en este momento de visitar al dueño de mi casa. Sospecho que ese solitario vecino me dará más de un motivo de preocupación…-(Así comienza el libro)
Poco a poco me voy adentrando en la historia, hasta que el sueño me vence y me quedo dormida.