30 CAPÍTULO
Inmediatamente después de la llamada que tuviera Don Álvaro con su hijo, aconteció que le pasababa a marcar a Eloísa su mujer, pues necesitaba ponerla al tanto de las últimas noticias que habían ocurrido, y que se habían dado en el seno familiar, Don Álvaro sabía qué sería una noticia un tanto fuerte para su esposa, pues esta noticia lo que te decía cuando alguien te la comentaba, sobre todo si tú eras mujer, y la madre de la persona con respecto de esa noticia, era que tu hijo en plena edad de la alegría, y de la juventud, se podría encontrar devastado muy seguramente, y sí le iba a compartir tal noticia a la señora Eloísa, Dios solo podría saber cómo es que ella la tomaría, esto le preocupaba sobremanera a Don Álvaro, Don Álvaro estaba preocupado por esta razón, pues él no sabía si dar la noticia, o si no darla, pero a la vez él si sabía que le tenía que dar más tarde que más temprano tal notificación a su esposa, Eloísa.
Doña Eloísa era una mujer con valores y principios morales, qué le había inculcado a estos muy profundamente a su hijo Álvaro, quién había sido feliz en su vida, gracias a que siempre, se había manejado dentro de la senda correcta, dentro del camino de lo correcto, de lo verás, de lo auténtico, de lo único, de lo Real, de lo tangible, y esto era dentro del camino de los valores y de los principios morales, pues sea como fuere estos siempre acompañarán a los estados más hermosos, y perfectos de aquel estado de ánimo, llamado la felicidad, en un ser humano, Y si en un ser humano no existen estos en tu vida, olvídate de ser feliz, pues entonces para ti aquello llamado la felicidad, no podrá tener existencia, al menos no para ti en tu vida, y si qué tendrá presencia la felicidad en la vida de cualquier otro, que haya sido bendecido con este regalo, en sus primeros años de vida, con este maravilloso regalo para la existencia individual de cada quien, y qué no es otro, más que ese regalo de bendición nombrado como los valores y principios morales, por lo tanto Doña Eloísa era toda una doña en eso referente de los valores y principios morales, de esta manera la madre del capitán Álvaro, bien que sabía, la señora sabía muy bien quién era en realidad la joven Monserrat, Y al igual que su marido Don Álvaro no la querían, en la vida de su hijo, y menos que viniera para quedarse ya de por vida con él, y en la vida de su hijo Álvaro.
Y las razones por las que Doña Eloísa no congeniaba con su nuera, bueno con la futura nuera y novia de su hijo Álvaro, la señorita Monserrat, y ahora ya señora, puesto quedé señorita ya no tenía nada Monserrat, era porque Doña Eloísa no le podía ver ni encontrar ninguna maroma nueva, a la mamona de Monserrat, Doña Eloísa así se refería cuando hablaba de Montserrat, puesto que cuando hablaba de ella siempre para hacer referencia de esta, articulaba la palabra mamona, para Doña Eloísa la palabra mamona era igual al nombre de Monserrat.
Doña Eloísa le sabía todo a Monserrat, ella sabía que mentía cada vez que hablaba, qué le gustaba intrigar, en todo momento era toda una malpensada, Montserrat pensaba en todo momento mal de los demás, porque él León pensaba que todos son de su condición, ella le sabía a la novia de su hijo cada cosa, y al lado de su hijo Álvaro, Doña Eloísa le llevaba el historial de toda la relación, que está tenía con su hijo Álvaro, día por día prácticamente, ella, Eloísa fue la primera en darse cuenta de todo, fue quien descubrió a Montserrat enfrente de Montserrat misma, está la había desenmascarado a ella, y muy sabía que eso era así, la novia de su hijo Álvaro bien que lo sabía, Y doña Eloísa cómo sabía cómo estaba parada frente de ella, la novia de Álvaro, era que su suegra no se lo perdonaba.
La señora de Eloísa esposa de Don Álvaro le pasaba a contestar la llamada que este le acababa de hacer :
Así se llevaba Eloísa con su marido Don Álvaro, era una pareja totalmente feliz ,Y con toda la confianza del mundo viviendo entre ambos.
Don Álvaro hacia una pausa y se volvía a preocupar, volví a pensar temeroso si le debía decir eso oh no a Eloísa.
Don Álvaro había soltado la sopa, se quedaba callado y esperaba ver qué le contestaba su esposa Doña Eloísa, solo esperaba que no hubiese regado el tepache
Cuándo Doña Eloísa era que se ponía como una cabra totalmente enojada, y altiva a Don Álvaro le dejaba de decir Don Álvaro, y Don Álvaro para ella pasaba a ser Álvaro, era una muestra Clara de cómo Doña Eloísa le hacía ver a su marido que ella le estaba perdiendo el respeto en esa conversación, pues le quitaba y le dejaba pelón el nombre de Don Álvaro, dejándo a este solo como Álvaro, Don Álvaro sabía que Doña Eloísa estaba enojada, molesta, iracunda, y echa ya toda una cabra!.