Al día siguiente me levanté temprano, me organicé y bajé a la cocina, le dije mi idea a María y le pedí su ayuda, ella se sorprendió cundo le dije para que era, y cualquiera puede sorprenderse, la verdad es que es muy extraño que la víctima se preocupe por sanar una herida de su verdugo, cuando este solo sabe herir, es algo que ni yo misma lograba comprender; María, aun así me apoyo en mi idea, y pasamos toda la mañana haciendo la comida para el almuerzo.
Cuando el señor Francisco llegó a almorzar, yo lo recibí.
- ¿Y por qué estás tú en la cocina? Me preguntó al verme con un delantal puesto.
- Esta es mi idea para reparar lo que le dije ayer. Contesté con una sonrisa mientras nos dirigíamos al comedor.
- ¿Y qué hiciste? Volvió a preguntarme.
En ese momento llegó María y le sirvió, él volteó a mirarme.
- Siéntate, si hiciste este almuerzo entonces comeremos juntos. Me dijo con voz tranquila.
Me senté a la mesa y María me sirvió; entonces comenzamos a comer, Selene estaba cerca, en ese momento se escuchó una algarabía en la cocina.
- ¿Qué es ese ruido? Preguntó el señor.
- Hicimos almuerzo para todos, los guardaespaldas están celebrando el almuerzo; fue idea de Ana. Contestó María con una sonrisa.
- Sí, los comprendo, esta comida esta deliciosa. Respondió el señor con una sonrisa que no se veía muy a menudo.
- Waooo, hay que hacer una raya, es un cumplido. Gracias. Dije sonriéndome con asombró.
- ¿Y qué significa eso? Me preguntó.
- Es un dicho de mi país, se dice cuando una persona hace algo que nunca había hecho.
Él se rio y siguió comiendo. Luego miré a Selene.
- Para ti también hay una porción, ¿por qué no vas a comer? Le dije.
- No tengo hambre. Me respondió muy fríamente.
Bajé la mirada con seriedad, entonces el señor Francisco me observó y luego la miró a ella, entonces ella se fue a la cocina.
- No le agrado. Dije
- Es algo dura, la vida la puso así, pero es fiel. Respondió
- Con usted es mantequilla. Susurré
- Escuche eso. Dijo tomando una copa de vino.
Ambos sonreímos, y luego me preguntó:
- ¿Quién te enseñó a cocinar?
- Mi madre, es una receta que ella me enseñó cuando celebraban un aniversario de su matrimonio con mi papá. Contesté
- ¿Tus padres se querían mucho? Me preguntó.
- Si, sabían cómo conservar su matrimonio intacto. Le respondí
- Suerte para ti. Replicó.
- ¿Sus padres no eran así?
- No, peleaban mucho y mi padre en varias ocasiones traicionó a mi madre.
- Sí, es algo trágico, yo sé lo que se siente ser traicionada.
- ¿Lo dices por Camilo, o por qué tu viste un novio que te traicionó?
- Lo digo por Camilo. Contesté - ¿Y cuál es la historia de Selene? Le pregunté para cambiar de tema.
- Su esposo la traicionó y ella lo asesinó, estuvo un tiempo en prisión, cuando salió comenzó a trabajar conmigo, sabe defenderse muy bien, me ha salvado la vida en dos ocasiones y es la que administra mis negocios. Me respondió
- ¿Cuáles negocios?
- Los de la compañía
- ¿El lavado de dólares?
- ¿Y tú como sabes eso? Me preguntó dejando de comer.
- No hay que ser adivino para saber su trabajo, es obvio que su compañía solo es una fachada; aquí en España se maneja el euro, pero el dólar es mucho más fácil lavarlo, empacarlo y mandarlo por una compañía transportadora. ¿O me equivoco?
- No, no te equivocas. Eres muy inteligente. Dijo como con satisfacción.
- Gracias. Otra pregunta, ¿no le da miedo estar cerca de Selene?
- ¿Y por qué tendría que tener miedo?
- Ella asesinó a su esposo porque la traicionó, o sea… ella está enamorada de usted; es normal que sienta celos, de pronto en un momento de celos puede atacarlo.
- Ella sabe que yo no me enamoro de nadie, y siempre he sido muy claro con ella.
- Eso quiere decir que usted solo utiliza las mujeres como un objeto para su satisfacción personal incluyéndome; y lo peor es que Selene se presta a su jueguito, a recibir solo migajas.
En ese momento ella iba entrando a sentarse a la mesa, entonces lo miró a él y luego bajó el rostro; cuando el señor terminó de comer se levantó y fue al despacho, fue la primera cena en que pudimos hablar como personas civilizadas; después de la comida le ayudé a María y a su sobrina a lavar los platos, luego salí al jardín; todos los guardias me saludaban donde me veían y me daban las gracias por la comida.
Me acerqué a los perros y los acaricié por un momento, pero después de unos minutos me senté en una de las sillas del jardín, y de repente llegó el señor Francisco.
- ¿Por qué estas triste? Me preguntó.
- No estoy triste, es solo que no tengo con quien hablar, ni quien me haga compañía. Respondí
Entonces regresó a dentro de la casa y en un par de minutos volvió con su computador portátil y se sentó conmigo.
- Se lo que se siente estar solo. Me dijo
- Sí, supongo que esa es la razón por la que aún me tiene aquí.
- No entiendo. Replicó
- Usted solo me tiene aquí porque quiere mi compañía, pero lo que no entiendo es ¿Por qué yo? ¿Por qué me escogió a mí? Una mujer cristiana que jamás se estregara a usted por su voluntad; usted tiene a Selene, y con lo que me compró a mí, puede comprar diez mujeres que se entregaran a usted con todo gusto. Y no me diga que es porque me parezco a Esmeralda, porque usted mismo me dijo que soy muy diferente a ella.