EnamorÁndome De Tu Voz (en Proceso)

TRES: EL AVISTAMIENTO DE UN O(V)NI: OBJETO VOLADOR NO IDENTIFICADO

Lunes, Febrero 27.


«— En la madrugada de este domingo se vio llegar al flamante ex cantante juvenil más exitoso en su momento en un avión privado al aeropuerto de la cuidad. Y es que para tener siete años de ausencia en los escenarios, aún sigue levantando pasiones y sus canciones están entre las cincuenta más escuchadas en las plataformas digitales. Fue escoltado por un escuadrón de seguridad para evitar el ojo de la cámara; si lo que quería era no llamar la atención, tomó todos los caminos equivocados: arrivó en un modelito para nada modesto y a la hora en que los medios de comunicación estarían en el aeropuerto recibiendo al actor James Peterson una semana después del estreno de su exitosa película.
Aunque quiso salir ileso de nuestras cámaras, logramos conseguir un vídeo de él saliendo de su jeep y entrando a una camioneta negra de vidrios polarizados..


En las fotografías se lo ve completamente diferente: porta un estilo sobrio de colores lisos y sólidos de trajes con figura recta; ya no más chaquetas de cuero ni pantalones de jean gastados, ya no más camisas con botones abiertos y collares de cuero. Su cabello peinado a medio lado (Izquierdo) con gel que oscurece una tonalidad más su cabello haciéndolo parecer un castaño oscuro; ya no más su cabello revuelto de color cobre. Su piel, ojos y cabello, son idénticos a como los recuerdo, con la salvedad de que las fotos no se ven nítidas y que oculta sus ojos con lentes de cristal. Se ve alto, atlético y delgado, como un luchador de artes marciales. Es como si estuviera viendo a alguien completamente diferente, claro, la última vez que lo vi retratado en una revista tenía 18 años, ahora es un hombre maduro de 25 años.


Y sin importar que en el vídeo se lo vea caminar rodeado por guardias de seguridad, que apenas dejan ver trozos de su cuerpo, y subir a su auto, no me puedo creer que sea él. Después de tantos años sin saber noticias suyas -y no es que yo no investigará sobre su paradero- y que ahora esté aquí en Londres es como si estuviera durmiendo en la habitación contigua a la mía. Es tan... es... tan... ¡irreal!


¡No me lo puedo creer!

Grito por dentro. Sonrío mostrando mis 32 dientes.


Anoche no pude dormir. El camino a casa conduciendo se me hizo eterno hasta el momento de llegar y ponerme a investigar por Internet si la noticia era real. Varias plataformas de chisme y farándula lo «dan por hecho...» busqué y busqué hasta que llegué a este blog -muy prestigioso- que tiene las mejores fotos y el único sitio con los vídeos de lo acontecido.


Tengo que recordarme más de una vez que no debo hacerme ilusiones, no es la primera vez que «hay un avistamiento» de Robbie Hart. En una ocasión vieron a «Robbie Hart vacacionando con su yate en Ibiza» o «Robbie Hart revoluciona Festival de música emergente en Marsella»; puros bulos, pero esta vez se ve tan tangible que es imposible que no me haga ilusiones, nunca hubo fotos tan claras. Y las fotos se ven tan reales incluso cuando las tomaron apresuradas y sin buenos ángulos: o es él o alguien muy parecido.


Esto sabe mejor que los malvaviscos bañados en chocolate -mi dieta saludable no restringe comer dulces; bueno, son un capricho-. No puedo dejar de reproducir el vídeo una y otra vez ni aún cuando justo ahora debería estar atenta a la clase «La literatura y sus formas de expresarla III» de la señora Jones.


Para mi suerte ella no tiene una vista a largo alcance, oculto mi tablet bajo la mesa y mi cabello cubre mis auriculares inalámbricos. 


Aun en mi ensimismamiento enfermizo, puedo captar por el rabillo del ojo que algo sucede. Le coloco pausa y miro a mi alrededor.


La señora Jones -de 45 años y dos meses, de largas faldas sueltas y suéteres del siglo pasado- está prácticamente cayéndose al suelo. La clase entera se queda en silencio e impactada hasta que un chico de la primera fila sale de la hilera de mesas y corre hacia ella. Jones se mantiene en pie gracias a que se sujeta del filo de su escritorio en la tarima del salón. Todos despertamos como poseídos y caminamos hacia ella a auxiliarla.


Cuando el chico la ayuda a ponerse en pie está tan pálida y sudada que da miedo. No creo que la calefacción esté tan fuerte. Abanico mis manos hacia ella.


— Estoy bien— se esfuerza en decir— Solo fue un mareo propio del embarazo.


El chico la ayuda a sentarse al tiempo que Faye le ofrece del te de su termo y le toma la temperatura; y yo me ofrezco a buscar a una enfermera.


— Denle espacio— pide el chico a mis espaldas.


Todos saben que este es el tercer embarazo de la señora Jones -dos niños, el primero de diez y el segundo de ocho años; en camino viene la niña- y que el médico le dijo que tuviera cuidado porque a su edad podría ser un embarazo riesgoso; lo que todavía nadie entiende es cómo no está en casa descansando en lugar de salir con estos climas fríos y exponerse al estrés del trabajo y la ciudad.


Al final, termino trayendo al salón al Doctor McLaren. Él es el catedrático de natalidad; creo que puede ayudar. El Doctor McLaren decide llevársela a enfermería ya que sufrió una baja de tensión considerable y es mejor que repose bajo vigilancia mientras llega un familiar que venga por ella. Conclusión: se suspenden las dos clases que ella imparte en la Facultad de Literatura por tiempo indefinido, siempre resaltando que no hubo una fatalidad que lamentar.


(...)


— Entonces, ¿volvió de Canadá?— pregunta pagando su bebida cafeínosa. Se vuelve hacia Faye y hacia mí.


Caminamos fuera del establecimiento. Lejos del cobijo de la calefacción, mi cuerpo se eriza en rechazo al gélido invierno. La parte que más detesto del invierno y del clima de Londres, es que casi nunca puedo exhibir mis estupendos atuendos.



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En el texto hay: comedia, musica, romance

Editado: 09.11.2021

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