Enamorándome del lobo

41

   —¿Quién es ella? —preguntó Anne, con cierto desconcierto.

  Ni idea, pero también me gustaría averiguarlo. Apreté las manos y respiré hondo. Kayler se separó de ella, y ella le dio un beso en la mejilla y él no le dijo nada, ni siquiera se apartó.

  Noté que alguien se posicionó a la par mía, me volví a esa persona. Connor estaba a la par mía, mirando la escena. Asintió para él mismo como queriendo decir que estaba sorprendido.

  —Deberíamos irnos a otro lugar. —me dijo él.

  Justo cuando lo iba a perdonar y le iba a dar a entender que quizá nos deberíamos de dar otra oportinidad, que íbamos a estar juntos en esto, luchando contra Paige, pero no, ahora parece que está con otra persona. Sé que llevo menos de dos meses aquí pero a ella no la había visto. ¿Será nueva? Además, nunca había visto a Kayler estar con otra chica del instituto, solo con Paige y... Conmigo.

  Cogí del brazo a Anne y dejé que Connor me llevara a donde sea, caminamos entre los estudiantes que se miraban muy entusiasmados por la llegada de esa extraña chica.

  Nos dirigimos a la biblioteca, no podíamos ir afuera porque seguía lloviendo, no tan recio como al principio pero estaba más o menos.

  Nos sentamos en una de las mesas cerca de la puerta en donde se miraban pasar a los estudiantes y ellos nos miraban a nosotros, hubiera preferido ir al otro extremo.

  —Ayer no pudimos hablar. —me dijo él, sentándose a la par mía. Anne se sentó frente a nosotros, observándonos en silencio.

  Casi no le prestaba mucha atención, mi mente estaba en otro lugar, ¿estaba celosa? Pues claro que lo estaba, verlo abrazado a otra chica es... Duro. Por lo menos para mí lo es. Cerré los ojos, obligándome a no pensar en Kayler, me tendrá que dar una buena explicación, pero porqué si yo terminé con él.

  —Carolina, ¿me oyes?

  Parpadeé varias veces y lo miré.

  —¿Conoces a la chica que estaba con Kayler? —pregunté, de inmediato.

  Qué estúpida me siento estando así. Él me pone en este estado.

  —Creo que él es el que te tiene que decir quién es—respondió.

  —¿Porqué tanto misterio, Connor? —le preguntó Anne.

  Él la miró.

  —No suelo meterme en asuntos de los Brown.

  Las dos nos miramos y nos dimos una mirada cómplice. Era obvio que Connor no nos iba a decir.

  —Bueno, —murmuré—¿Qué me ibas a decir? —le pregunté, cambiando de tema.

  Su mirada tenía una chispa especial, noté que estaba a pocos centímetros de mí, siempre notaba en su mirada eso cada que lo veía, o quizá siempre la tenía y no me daba cuenta.

  —Lo de Paige, —susurró, su aliento chocó en mis labios, de pura casualidad tuvo que ser ahí, pude sentir un olor a menta y a cigarrillo. —No te he podido explicar el porqué somos hermanos y casi nadie lo sabe. —eso me pude dar cuenta porque ni siquiera Kayler lo sabía. Pero él ya me había dado algo de respuesta, su mamá era la mate del papá de Paige y así.

  —Connor, no tienes porqué darme explicaciones, enserio... —lo detuve.

  —Quiero hacerlo, —dijo—. Ella quería que me uniera contra ti. —confesó. Ahí sí tuvo toda mi atención—. Me ha estado persuadiendo todos éstos días, quiere que sea de su manada, eso quiere.

  Mi mirada se cayó. Paige sigue con la idea de hacernos daño a mí y a mamá, está preparándose ¿esto es solo porque supuestamente le quité a Kayler? Definitivamente esa chica necesita un psicólogo.

  —¿Porqué los demás siguen su jueguito? —inquirí.

  —Su papá... Digo, nuestro padre es el dueño de su manada, por lo que ella le sigue. —respondió.

  Hay algo en todo esto que no me cuadra.

  —Si el papá de Paige es tu padre, ¿porqué no formas parte de su manada? —cuestioné, sin entender.

  —Esto es muy confuso. —comentó Anne, poniéndonos atención.

  Concuerdo con ella.

  —Yo no quise, además al padre de Paige no le conviene que se enteren que tuvo un hijo fuera del matrimonio.

  Pobre Connor, rechazado por su padre, su madre muerta, su hermana solo lo busca por beneficio y yo... Quité esos pensamientos de mi cabeza y me limité a atar cabos. La venganza de Paige no es solo porque le he quitado a Kayler, aquí hay algo más.

  También me doy cuenta de que Connor está muy solo.

  Carraspeé y me saqué la llave del bolsillo.

  —Las llaves de tu auto. —le dije, entregándoselas. Las tomó de mi mano, pero no quitó su mano, sino que la dejó ahí y nos miramos a los ojos, él se iba acercando más hacia mí ¿va a besarme?.

  —Connor, —susurré. Nuestras narices se tocaron. Dios, esto no puede ser. Nuestras manos estaban juntas y nuestros labios a punto de rozarse ¡¿porqué no hago nada?! Iba a besarme, hasta que un carraspeo proveniente de la puerta principal hizo que giraramos hacia es persona.

  Kayler. Y amiga.

  Ellos dos nos observaban. Kayler tenía la mandíbula apretada y cruzado de brazos. Me alejé de Connor lo más rápido posible y me acomodé el cabello para disimular.

  —Hola, —les dijo Anne. La chica le sonrió, una sonrisa sincera.

  —Hola, soy Alejandra. —estrechó su mano. Anne la tomó dudosa.

  —Anne,—sonrió ella.

  Le di una mirada de reproche al momento en que me miró. Claro, fraternizando con el enemigo.

  Kayler no me quitaba la vista de encima. Lo ignoré. La que debería de estar enojada soy yo, al parecer le está enseñando las instalaciones a su nueva conquista.

  —¿Cómo estás, Ale? —le preguntó Connor, con mucha tranquilidad.

  Le di una mirada rápida.

  —Bien, pero veo que tú estás mucho mejor. —le dijo ella.

  Connor le sonrió.

  Un silencio incómodo se hizo en ese momento, bueno, parece que ninguna de las dos se quiere presentar, noté como Alejandra le decía algo al oído a Kayler y este se reía, solo ella le pudo quitar la cara de amargado que tenía.

  Odio cuando hablan en secreto estando otras personas alrededor, es de muy mala educación.



#105 en Thriller
#34 en Suspenso
#228 en Fantasía

En el texto hay: hombres lobo, romance, amor

Editado: 27.11.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.