Caminé a paso lento, Leah me sostenía del brazo con cuidado y me guiaba a la habitación, al entrar me recostó en la cama y me ayudó a taparme con las mantas.
-Me caes bien.- confesé, ella sonrió de lado y Suspiró.
-Tu también, te considero más que una loca humana corriendo sola en el bosque.
-¿Como una amiga? En las buenas y en las malas.-Sonreí a media.
-Nos hemos conocido en las malas, por lo cual creo que no te irás el las malas como las falsas amigas.-Dijo riendo, asentí repetidas veces. La puerta se abre y entra Alexander rápida mente, corre hacia mi dirección.
Genial, ahora me va a regañar por mantenerlo encadenado.
Pero hace otra cosa, sorprendida me encuentro en sus brazos. El me abraza fuertemente contra su pecho, su respiración es agitada y me abraza como si no hubiera un mañana.
-Gracias.-Susurró en mi oído.
-¿Por qué?
-Por sobrevivir, no me imagino una vida sin mi loca personal.
El me seguía abrazándome fuertemente, débil mente puse mis manos alrededor de su cintura y lo abrazo. Apoyo mi cabeza en su pecho relajando mi cuerpo, Veo como Leah sale de la habitación.
-Me iré a ver cómo están las cosas con Leah si se encuentra bien... Cuídate y... Ya sabes hacer princesa.-Dijo la sombra, luego sentí como se alejaba de mi, luego de segundos ya no volví a sentirlo por ningún lado.
Tiene razón, debo hacerlo
Levanto mi rostro y lo miro a los ojos fijamente, ojalá pudiera verlos así siempre. Que se detenga el reloj y que pueda mirar esos ojos negros tan intensos que tanto me gustan, su mirada siempre fue fría pero ahora... Me mira con tanto cariño y amor que es tan ideal.
Acercó mi cara a la de él, nuestras respiraciones se mezclan poco a poco, sin dejar de mirar esos hermosos ojos termino de acercar mi rostro, sentí la mano de Alexander en mi cintura acercándome más a el. Cerré mis ojos y un beso lento fluye en nosotros.
Nuestros labios se movían suavemente, era un beso perfecto; el me tomó con las dos manos de la cintura y me sentó sobre el, rodie mis piernas en su pecho y continué besándolo esta vez con más pasión y brusquedad.
Alexander comenzó a besar mi cuello y luego mi oreja mientras que con sus manos me hacían suaves movimientos en mi espalda baja.
-Te amo, te amo. Estoy completamente perdido por ti.-Dijo Alexander en mi cuello, tire mi cabeza hacia atrás y sentí como Alexander comenzó a hacerme chupones en la piel, cerré mis ojos -Eres perfecta.
Derrepente ya no siento su toque, me veo obligada a abrir los ojos. Alexander se estaba sacando la remera
Hace mucho calor aquí
Apenas se sacó la prenda sentí de vuelta su toque, me tomó de la cintura me acostó en la cama se puso encima mío sin poner todo su peso y me miro unos segundos;-Eres real-susurro para luego volver a atacar mis labios.
Lo detuve poniendo mi mano en su pecho y el me ve confundido,me saco la remera quedándome en sujetador.miro sus labios y vuelvo a besarlos con pasión y mucho deseo
-¿Segura que quieres hacerlo? No te obligare Kath, no te quiero lastimar.-Me miró con pena, sonreí a medias.
-Nunca lo hice en la etapa de celo, espero que tu lobo este de ánimos para estar con migo hoy.-Conteste elevando sus cejas. Sus ojos se tonaron amarillos rápida mente.
-para ti siempre estaré con ánimos.-Contesta, Sonreí y volví a besarlo rápida mente. Una que otra risa se me escapaba entre nuestros labios al ver su torpeza y nerviosismo al quitarme una prenda de mi ropa.
Al estar completamente desnudos el se detiene y me mira a los ojos, acaricia con su pulgar mi mejilla suavemente.
-Estás herida.-Susurra mirando mis marcas con un poco de sangre,nege con la cabeza.
-Las heridas nunca me detuvieron.
Y así pasó nuestra primera noche de amor. Por que no, no fue sexo,ni violación como antes. Fue amor.
Si se preguntan si yo lo quiero contestaría con una gran facilidad."Si, yo Katherine mclaren me veo enamorada de Alexander William"
-Te amo.-Susurró Alexander escondiendo su cara en mi cuello, puse mis manos como puños y abrace su espalda al sentir tan fuerte sus embestidas.
-Y yo a ti.