_Sarah Michellson, aceptas a Marcus King, como tu legítimo esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe_ decía el padre Lorenzo, pero Sarah se encontraba ida de este mundo. Un apretón de manos de Marcus la devolvió a la realidad, parpadeante y limpiando su garganta.
_A.. Acepto_ dijo finalmente, dándose a entender a sí misma que acababa de cavar su propia tumba, al unirse a ese hombre en contra de su voluntad.
_Por el poder que me confieren estas sagradas escrituras, los declaro marido y mujer, unidos en santo matrimonio, puede besar a la novia_ Sarah se negó rotundamente a corresponder el beso, si es que él lo hacía, rogandole a todos los dioses que desistiera esa idea, pero ¿Qué pareja de recien casados no sella su union matrimonial con un beso?.
Sus súplicas fueron en vano, puesto a que Marcus la tomó de la barbilla, acercándose lentamente hacia ella, y sin pensarlo dos veces unió sus labios con los suyos, pero Sarah siguió firme, con los ojos abiertos y con lágrimas que amenazaban con salir. Marcus al no recibir respuesta, se separó con un semblante cargado de enojo, sabía que Sarah deseaba con todas sus fuerzas cancelar ese matrimonio, pero este mismo debía ser creíble a los ojos de los demás.
_Recuerda que mientras más te reniegas a cumplir tu palabra, más vas a sufrir querida y ella también, ahora solo disimula un poco, que eres una mujer felizmente casada con el hombre que amas, además de ser el dueño del control de esta ciudad, serás respetada por todos, a excepción de mí, claro está_ susurró Marcus al oído de Sarah, quién quería desgarrar su garganta en llantos, pero esto lo hacía por ella, venganza por aquel que fue el amor de su vida, que fue capaz de dar su vida por ellas. Ella hubiese querido morir junto a él, pero tenía a alguien por quien velar y mostrarse fuerte ante esta batalla.
En medio de los aplausos lograron salir de la iglesia para dirigirse al gran salón, en donde una celebración sacada de un cuento de hadas les esperaba. Marcus tampoco tenía en planes casarse con Sarah, pero circunstancias de la vida lo llevaron a tomar esa decisión.
Sarah Michellson hija de Cipriano Michellson, quien murió hace un año, dejó toda su fortuna a nombre de su única nieta conocida como Salahya Michellson, este hombre durante toda su vida mediante esfuerzos logró convertirse en uno de los empresarios más codiciados de los Estados Unidos, pero todos esos esfuerzos no fueron realmente legales.
_Hemos llegado querida, recuerda, si la quieres volver a ver, solo debes seguir las reglas del juego, si te portas bien, al regreso de nuestra luna de miel, la podrás ver por unas horas_ Sarah solo se limitó a asentir, Marcus salió primero para tenderle su mano y que ella pudiese salir cómodamente.
Los periodistas empezaron a tomar infinidades de fotografías, los flashes por poco y ciegan a Sarah, los guardaespaldas por parte de Marcus les abrieron el paso al gran salón, los invitados comenzaron a aplaudir, ella puso su mejor sonrisa fingida, a la luz de los demás tanto amigos de su familia, su hermana, mejor amiga, familiares y amigos, de ahora su supuesto amado esposo, creían que esa unión era por amor verdadero.
La verdadera razón de ese matrimonio era para pagar una deuda, su padre el señor Cipriano, al ver que su imperio estaba decayendo, quiso buscar una manera de poder mantenerlo a flote, su solución fue Marcus KING, al escuchar mucho de él. Marcus sin represalias le ofreció todo lo que este necesitase, con la condición de que le pagara hasta el último centavo. Cipriano logró reponerse de la crisis por la que estaba pasando, gracias al préstamo facilitado por KING.
Al cumplirse el plazo de saldar la fuerte suma de dinero y Cipriano percatarse de que su hija, Sarah, estaba embarazada de Arthur Fisher, hijo del gran amigo de la familia cambió de planes dejando todo a nombre de la pequeña, bajo el respaldo de sus fieles abogados, aunque en ese tiempo faltaran seis meses para que naciese la pequeña.
Marcus, al enterarse de los planes de Cipriano, buscó una manera que le resultara beneficiosa, se deshizo de él, e iba a cometer la misma acción con Sarah, en cambio uno de sus hombres, el más fiel de todos, encontró la información que faltaba para completar el rompecabezas, así que decidió dejarla con vida, le dio un giro a su planteamiento, y optó por matar a su supuesto novio, padre de la criatura que venía en camino, para que no interfiriera en su futuro y este hacerse pasar por él ante la pequeña, pero al parecer alguien se le había adelantado.
_Felicitaciones hermanita, te gastas todo un hombronaso_ habló Selena en cuanto Marcus le dio rienda suelta, para saludar a unos amigos.
_Gracias Selena, ¿Cómo va todo en casa?, ¿Cómo sigue mamá? _
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Editado: 24.10.2018