—Hola muñeca—Allen se acerca lentamente hacia mi.—¿Cómo te llamas?
—Amalia.—Contesté lamiendo de mi helado—Pero mami me dice que no puedo hablar con extraños.
—Ella no es tu verdadera mamá.—Se encoge de hombros y se sienta en el columpio de alado.—Sabes, Amalia, yo estoy lejos de ser un extraño. Tendré un gran papel en tu historia. Aún que probablemente no lo entiendas, solo tienes seis años.
—¿Por qué?—Lamí mi helado—¿Qué quieres?
—Alas, Amalia, quiero y conseguiré alas.
Despierto sobresaltada, mi pecho latía rápidamente contra mis costillas de forma impresionante. Prendo la luz rápidamente y mi habitación se ilumina, noto que estaba sola pero luego de unos minutos logro ver a la Reina; ella estaba apoyada en una silla mecedora. Parecía dormida.
Pongo las manos en mi frente y las guío hacia atrás haciendo un recorrido por mi cabello. Había tenido el sueño más real de toda mi existencia, sentia que eso en verdad había pasado y mi miedo crecía sin piedad.
La Reina y el Rey se habían quedado en la casa. Querían estar cerca mío por tres razones; la primera era que como Alexander había bebido de mi sangre era recomendable que se quede cerca mío por seguridad. La segunda era que querían asegurarse que la prensa no volviera y la tercera querían pasar tiempo conmigo.
Los príncipes fueron los encargados de ir al castillo y reemplazarlos, aún que me pregunto internamente cómo es que dos chicos tan bromistas pueden reemplazarlos. ¿Jugarían piedra, papel o tijera antes de tomar cada decisión?
Aún que Lucas prometió ayudarles... No sé si eso es recomendable o no, con lo poco que he hablado con él sé que si tuviera que elegir la vida de mil personas o un pote de shampoo o acondicionador tendríamos que preparar un gran velorio.
—Reina.—La llamo.—Psss
Ella abre los ojos lentamente, me mira confundida y luego sonríe.
—Hola Princesa. ¿Qué haces despierta?—Se pone de pie, camina en mi dirección y se sienta en borde de la cama.—Fue un día agotador. ¿No tienes sueño?
—Tuve una pesadilla. Era Allen. Creo que estoy recordando los recuerdos que me borraron.—Tuerzo los labios.—Encerio, necesito saber quién es Allen. Me han evitado contestar como si temieran invocarlo al pronunciar.
—Conocí a Allen dieciocho años atrás, sufríamos un problemita con una dimensión paralela, tu padre me encerró en un calabozo para que no me hagan daño. y bueno, él era un novato en el tema. Me hizo prometerle que no le haría daño apenas asomó la cabeza por la puerta.
Sonríe nostálgica.
>> Estaba muriendo, no tenía agua ni comida. Mi cuerpo se desintegraba lentamente. Él llegó y me dió sopa, en ese momento no toleraba el calor así que fue como darle una galleta de avena a un niño que necesita un dulce. Se quedó distraído hablando conmigo, era bastante curioso a decir verdad. Notó que no podía soportar más y estaba sufriendo mucho y me ofreció su botella de agua. Al principio solo me dijo que descuidara, que él podía soportar unas cuantas horas sin agua. Pero cuando salió le dijieron que tenía doble turno y quedó unas trece o catorce horas sin agua por mi, no recuerdo con exactitud las horas pero me dió una pena horrible.
>> Luego, estaba tan debil como para moverme que tú padre le ordenó que me llevará a una cabaña en el bosque. Estaba sufriendo demasiado y él llevaba horas sin alimentarse. No recuerdo muy bien, lo dejé entrar a mi mente y él pudo ver con sus propios ojos que todo lo que me rodeaba se destruía.—Sonrie mientras alza la cabeza y una ceja también, aún que tenia la mirada perdida en el covertor de la cama—Entonces lo hipnotize para que olvidará a nuestra amistad, que se aleje y planee una vida perfecta, sin el peligro que yo brindaba. Sin embargo, apenas lo hice. Él sin saber que era yo, su amiga, se lanzó sobre mí y comenzó a chupar de mi sangre.
No...
>>Lo empujé lejos con mi magia, y salí tan rápido como pude. Al día siguiente, estaba con tu tío Lucas. Me dijo que se enteró que Allen al drenar mi sangre, consumió una dosis de sangre demoníaca y al alejarlo lo maté sin querer. Él murió con mi sangre dentro, lo cual, se convirtió en híbrido.
«–Siempre he sido el apartado. Una sola vez tuve una amiga y me transformó en esta mierda demoníaca. No creo en amistades, amor, cariño y esas cosas de telenovelas. Me agrada la soledad.» Recuerdo cuando dijo eso, en verdad se refería a...
—Lo convertiste en Demonio.—Asombrada la miré a los ojos, me gustaba hacerlo. Me gustaba el intimidar cuando miro directamente a las pupilas. Mike solía decirme que era intimidante y hasta aterrorizante.
—Me culpo cada horrizante segundo, de cada maldita hora, de cada infierno día, de cada aterrorizante año qué pasa. Por defenderme lo convertí en un ser sin humanidad, frío, manipulador, que busca venganza.—Toma mis manos y las envuelve con las suyas.—Se quiere acercar a ti en busca de venganza, Li. Por favor no dejes que lo haga.