—Necesito que me presentes a tu madre, te lo ruego. ¿Es tan sexy como en las revistas?
En cuanto Mike piso mi habitación y miró el castillo como todo un fanboy comenzó a preguntarme absolutamente todo "¿Cómo es la reina?" "¿El Rey tiene tatuajes, dónde?" "¿Dylan tiene las manos grandes?" "¿Matthew es más sexy, no?" "¿La Reina tiene botox?" y más cosas al cuales no sabía si responder, reírme o golpearlo.
Fauna, mientras tanto veía como hacía gran fuerza para evitar insultarlos o algo parecido. Ya nos habíamos arreglado pero seguía con inmensas ganas de asesinar a mis hermanos.
—Mike, es mi madre.—Lo miro horrorizada.
—Mike siempre quiere tirarse a las madres.—Fauna carcajea.
—¡No es verdad! —Chilla, golpeando a Fauna—¡Solo que Amelie tiene unas madres especiales!
Abro mi boca aturdida. ¡Maldito! Lo golpeó en el hombro y él se ríe adolorido
—¿Tendrás helado?—Pregunta, sonriendo con inocencia.
—En este lugar puedo pedir lo más extraño del mundo y igual lo tendrán.—Me pongo de pie—¿Gustan acompañarme?
—Nah.—Fauna se cubre hasta la cabeza con mi manta—Tuvimos que viajar demasiado para venir aquí, siento mi trasero tan adolorido.
—Vinimos en auto.—Mike la mira incrédulo. Luego carcajea y me mira—Trae helado, y galletas de chocolate.
—¿Algo más, majestad?—Pregunto poniendo las manos en mi cintura.
—No. Y dime señor, no quiero que tú padre se ponga celoso por decirme majestad.—Lo miró boquiabierta—¡Ve! ¿Para que te pago?
—¡Ni de broma! Vendrán conmigo.—Ellos bufan pero se ponen de pie.
Al salir de la habitación, comenzamos a caminar llendo al salón que era el único lugar al cuál conocía el camino. Al llegar al salón, una señora se nos acerca, le pedimos helado y galletas y ella nos pidió que esperamos que iba a ir a buscarlo.
Nos sentamos en la mesa mientras esperamos a que llegue de vuelta. Pero nos interrumpen dos jóvenes vestidos elegantemente con trajes mientras cargan una caja pesada entre sus manos con una amplia sonrisa maliciosa.
—¿Chicos?—Pregunté, ellos no nos habían notado. Estaban concentrados cargando esa caja. Al vernos, rápidamente Dylan esconde la caja detrás de su cuerpo, puedo ver como algo se mueve dentro suyo. Ponen cara de pánico—Hey.
—¡Hermana!—Dylan nervioso se mueve en su lugar—¿Tienes visita?
Mike se apresuró en contestar.
—Soy Michael Kohler y ella es Fauna Listhom. Fieles amigos de infancia de vuestra hermana, siempre la hemos protegido, en especial yo.—se apunta el pecho— Hasta la muerte. —Se queda en silencio unos segundos—¡Un día cruzó la calle sin ver a los costados, un auto la iba a chocar pero me lance contra ella y el auto únicamente choco conmigo!
¡Mentiroso!
—¿Alguna herida interesante?—Matthew mostró interés en el tema
—Ugh,solo me quedé paralítico por un mes.—Al ver que el interés en el príncipe se esfumaba añadió—¡También me quedé cielo por un año y medio!
Fauna y yo al mismo tiempo chocamos la palma de nuestras manos con nuestra frente. ¡Imbécil!
—¿Que llevan allí?—Pregunté, apuntando con mi índice la caja.
Dylan se tensó.
—Absolutamente nada.—Contestó Matthew, cubriendo el lado izquierdo de Dylan. También tapando completamente la caja.—¿Por qué no invitas a tus amigos a ver las torres?
—¿Torres? Estamos esperando que venga el helado.—Fauna frunce el ceño.
—El helado le dará caries a Amelie.—Dylan la mira, frunciendo las cejas.
Eh... Mejor no lo hagas enojar, Fau. Él es... Temperamental.
—Amelie prácticamente nació con un pote de helado.—Tuerce los labios.
Eh... Mejor no la hagas enojar, Dylan. Tiene tacones, y sabe cómo lanzarlos.
—¿Y acaso tiene que importarme eso?
—Si, y además te lo cuento. Bueno, dado que la abandonaron deben saber mínimamente algo de ella a cuando la acogieron de nuevo.
Miro a Mike, él estaba con su celular disimuladamente grabando. Le doy una patada por debajo de la mesa. Él músita un "¿Qué?" Adolorido.
—La abandonamos por su bien.—Exclamó, le pasa a Matthew la caja y esté al instante estornuda repetidas veces y lo mira suplicante, no queriendo quedarse con lo que hay dentro
—La abandonaron juzgando que era algo que no lo es.—Grita, poniéndose de pie.—Sin ni siquiera dignarse a cuidarla
Creo que voy a hacer lo mismo que los ancestros de Michael y esconder mi cabeza bajo la tierra al estilo ñandú-Kohler.
—¡La abandonamos para que tenga una infancia sana, lejos de las mierdas que hoy en día nos atormentan.—Dylan encaminó hacia ella poniendo sus ojos en negro.