—El mundo ya sabe que tenemos a Ruthless necklace lejos de William, ¿Qué haremos ahora? La guerra se aproxima, los humanos son estúpidos por naturaleza, querrán de vuelta tener el poder.
Allen dejó una taza de café frente mío, puse las manos en mi cabeza y con las yemas de los dedos hice pequeños masajes, el dolor me estaba matando.
—Ya llevan décadas con William al poder, ¿Aún no se acostumbran?—Solté bruscamente, la guerra que nunca tenía fin me molestaba demasiado, en simple hecho que otra guerra venga era devastadora pero que la familia se rompa me satisface demasiado.
—Los príncipes causaron muchas molestias, sin el maldito collar en el cuello del Rey el mundo querrá cobrarles todo lo que hizo. Estas ciega por la desesperación que tuviste de casi perderme, pero... ¿Esa desesperación es tan fuerte como para ver a los humanos torturar a Matthew y Dylan?
Lo miré de mala manera ¿Encerio? ¿Iba a practicar un chantaje emocional justo conmigo? Sé que se muere de ganas de ver a los Mclaren Williams gritar misericordia.
—Katherine busca el bien para ella y su familia, dañando a los demás.—Recalco—No le interesa el daño que me puede hacer al mundo, no le importa los humanos o los seres mitológicos, solo ella y las personas de su eje. Eso me molesta de sobremanera, con tal de simplemente tenerme bajo su dominio iba a matarte, ¡Dios, ni siquiera le importó mi futuro! No entiendo cómo los gemelos pueden estar con ella, o mi padre.
—Alexander es peor que Katherine, Amelie, simplemente tiene dos caras y tú solo conoces la más bonita. Los gemelos son figuras atormentadas, son tan inocentes como tú pero tan manipuladas como... Tú, también. Ósea, sin ofender, pero hasta yo te manipulo.
<Al menos lo admite> otra voz sonó en mi cabeza, cerré los ojos y gruñi fuertemente. Era la tercera voz que escuchaba en mi mente hasta ahora y me estaba desesperando demasiado
—¿Figuras atormentadas?—Pregunté
—Si. Los niños crecieron en un ambiente de guerra, donde si ellos no eran fuertes podían hasta morir. Crecieron con la obligación de ser suficientemente maduros como para recibir cualquier cosa de parte del mundo apartir de sus cinco años. No han tenido una infancia o adolescencia normal, a los diez años Matthew asumió su cargo de Príncipe del mundo y Dylan a los once torturó por primera vez a un individuo en busca de información para su padre.—Suelta un suspiro—Son personas atormentadas deseando cada día tener más y más poder.
—¿Cómo Katherine y Alexander pudieron permitir eso?
—Para ellos, todo aquello es normal. —Le da un trago a su café—Para nosotros es horripilante, por qué tenemos humanidad de humano, una perspectiva de víctima, sabemos que detrás de un acto heroico de Katherine hay una docena de muertes inocentes.
—Tengo a Ruthless necklace.—Apoyo al collar en la mesa, frente a él, sus ojos estaban clavados en los míos ni siquiera miró el collar por un segundo—Y dejé a la familia real inconsciente en mi casa. ¿Es un inicio para una rebeldía?
—¿Quieres hacer una rebeldía?—Suelta el aire contenido de sus pulmones
—Quiero que ya no haya privilegios. Quiero a la familia real sin corona.
(...)
Camino abrazándome por las calles de Amsterdam, vestida totalmente de negro y con mi pelo atado y cubierto por un gorro de lana, estoy casi irreconocible para cualquier persona y eso es una ventaja. Mi mirada viaja a todos lados con paranoia, agradezco que las calles estén semi vacías.
—Como una perra asustada que se esconde bajo la nieve.—Escucho una carcajada detrás mío, su voz hace que me tense al completo—Vamos, Amelie, caiste bajo.
Giro lentamente, encontrándome con su penetrante mirada.
—Zaira.—Me cruzo de brazos, intentando tomar una postura tranquila e indiferente a su presencia—Ya veo, los reyes querían buscarme pero sin ensuciar sus botas en la nieve, entonces mandaron a la embarazada.
Se ríe—A mi no manda nadie. Matthew me contó que lo dejaste sin vista por veinticuatro horas, literalmente. Tuve la necesidad de irte a buscar, de hecho, me das curiosidad, mi magia nunca puede afectar la mentalidad de mi comprometido.
—¿Que quieres Zaira? Ve directo al grano.
—Quiero que te corras del camino. Alexander explicó a la perfección que pronto se irá de su comando, hasta la fecha de tu cumpleaños el heredero iba a ser Matthew pero ya todos sabemos que Alexander tiene la corona imaginaria sobre ti. Quiero que te hagas aún lado por qué no seré la mujer de un inservible príncipe, seré la mujer de un poderoso Rey.
Fantástico. Lo que me faltaba.
—Mira cariño, lo único que quiero hacer con la corona es metérsela por lugares donde no llega al sol a toda la familia real, si no quieres entrar en esa categoría sería perfecto que te corras de mi camino.
—No le harías daño a una embarazada—Carcajea girandose, con la intención de irse
—tu no me conoces. Zaira, sé que mientes en algo y voy a descubrirlo—Gritó mientras la veo querer irse. Ella aún sin girarse me regala una veloz mirada sobre el hombro acompañada con una sonrisa.