—bien, eso está mejor —los elogios de Magnus no son suficientes, me siento frustrada dentro de este terreno.
Es tan amplio, tranquilo y solitario que me frustra.
Junto con Cass y dos de los “Bastardos” Lovelace que llegaron del sur hemos estado trabajando y alertas en el pueblo cercano, por posibles ataques de los lobos o vampiros.
Ninguno ha querido irse del pueblo por su propia seguridad, todos quieren pelear. No he aceptado que alguien más se sacrifique, pero soy su reina (o algo así) y estoy más que frustrada, mi magia apenas la comprendo y la controlo (y eso que soy buena aprendiendo cosas).
Llevamos aquí más de un mes y medio, la tranquilidad me está carcomiendo por dentro y las noches con Walter son mi único soporte. Es como una gran almohada suavecita a la cual puedo arrullarme.
S lobo se ha calmado alrededor de las personas con las que ahora convivimos, incluso parece que ya hizo las paces con Cass, Jared y Bobby ahora parecen más amigos que nunca, pero a mi alrededor se mantienen tan formales y distantes. Se lo pregunte a Bobby y él dijo que podía oler demasiado a Walter en mí y eso de alguna manera hacia que su lobo sintiera cierto respeto por la “luna” de la manada.
Hablando de manadas, la manada de Walter ahora están en el pueblo junto a algunos brujos de las otras familias, poniendo pilares de protección y zonas vigiladas por lobos, siento que los habitantes del valle se sienten en confianza con ello, pero a mí no. Nada de eso me llena de confianza.
—Su alteza ¿algo le incomoda? —me giro a mirar a Lucien quien está más que tranquilo, niego varias veces y suelto un suspiro cuando varios cuervos a lo lejos comienzan a graznar.
Mi mirada va donde Lucien y este se horroriza y comienza a caminar y luego trotar en dirección a las aves.
Los escudos en el cielo se tiñen de azul con algo de rojo. Esta es la señal de que están atacando el pueblo.
Unos segundos después tengo a Walter a mi lado en su forma de lobo. Me subo a su lomo y me sostengo de su pelaje mientras comienza a correr tan rápido que tengo que cerrar los ojos y apagar todo mi torso a su lomo para no golpearme con alguna rama.
Cuando llegamos al valle; el caos, fuego, humo y arena vienen desde el horizonte, sé que Walter lo ha visto y una sensación extraña de la cual Lucien me dijo que era la forma de saber sobre la magia. Este sentimiento es magia, magia de alguien mayor.
La magia de mis familiares se siente como el mismo cosquilleo, pero más sobre mi piel, como cuando flotas en el agua del mar.
Miro a mis costados viendo como llevan a los niños al castillo que es el lugar más seguro y los cuervos se dividen en dos grupos.
—vamos cariño… tenemos que atender a nuestros invitados. —dije con voz seria acariciando el pelaje suave de Walter, me sorprende que sea igual de suave que su cabello.
—sujetate, Evie. Iré sobre los tejados. —lo escuche sorprendida, abrazándolo con rapidez para luego sentir como hundía sus patas en la tierra y daba un gran salto sobre los techos y comenzaba a ir en línea recta.
Mientras nos acercábamos me acostumbre un poco a predecir sus saltos y acomodarme para que no sea tan dura la caída.
Estuvimos así hasta que desde un costado nos atacó una bola de energía que apenas pude bloquear, pero eso nos hizo caer y destrozar la pared de una casa, gracias a la diosa que nadie estaba dentro, esta zona apenas tenía brujos y lobos defendiendo.
Vi la barrera pestañear y supe que no duraría mucho. Me levante como pude, una de mis piernas duele, creo que tal vez me la disloque, pero puedo caminar así que tan grave no es.
—Wally… wally ¿estás bien? —pregunte viendo que no respondía, ha caído un metro lejos de mí y sigue en su forma de lobo, por lo que me acerco lentamente, levantando una barrera que nos rodea a ambos, escucho algunos pasos lejos de nosotros, pero no le tomo importancia, me dejo caer pesadamente sobre mi pierna buena y acaricio el pelaje a Walter y noto debajo de su pecho que aun respira. —vamos cariño… —acaricio más su pelaje hasta que se despierta poco a poco.
—pero miren nada más…si los rumores son ciertos —miro rápidamente al dueño de la voz descubriendo a un hombre pelirojo, pero lo que está detrás de él me deja con la vista pegada a la figura delgada hasta los huesos.
Cuando dijeron que usaban vampiros para rastrear a los Lovelace no pensé que los tenían en esta condición. Mi boca se desfiguro en una mueca de asco y lastima, el pobre sujeto tenía un collar extraño en su cuello y sus ojeras marcadas en rojo sangre me decía demasiado, ellos no pueden estar a la luz del sol, pero algo me dice que ese collar les permite hacerlo, pero ¿a qué precio?
Mi sangre hirvió como el agua en su punto de ebullición y vi en los ojos de ese vampiro decadente las ganas de correr.
—Evie Lo- —no lo deje terminar cuando mi brazo se volvió de un fuego violeta solo con estirarla frente a él, todo el fuego salió de mi mano y lo ataco, vi un destello de un escudo formándose, pero eso no le impidió golpear la pared de piedras detrás de él y perforarla. En cuanto al vampiro apenas se había salvado por los pelos, se acurruco detrás de unas cestas escapando del sol.
—de tu asquerosa boca… no saldrá mi nombre. Ni mi apellido. Ni mi rostro. —hable con dientes apretados mientras movía las manos como su amasara algo circular entre mis manos, no sé de dónde vino el instinto, pero cuando vi al pelirojo este apenas se levantaba aturdido y sin piedad le lance lo que fuera aquello color violeta en mis manos haciendo que le cayera encima como una especie de polvo y el hombre en segundos se quedó sin habla y sus ojos se volvieron grises. Era tal mi ira en este momento que no medí lo que hice y tampoco me quería arrepentir.
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Editado: 12.12.2024