A ella le gustaba disfrutar los placeres de la naturaleza, siempre se escapaba de casa para ir al bosque, sentarse debajo del árbol que ya se había acostumbrado a ella y su libro de poesías que siempre llevaba en mano en ese momento deseaba leer una poesía que ella había creado titulada… AQUELLA TU MIRADA
Aquella era tu mirada, tan fría y penetrante,
que había pasado con tu dulce mirada,
aquella que sanaba mi corazón roto,
aquella que disfrutaba ver al silencio de la cuidad
y que hacia florecer hasta a la más marchita flor de loto...
de pronto escucho pisadas entre las hojas secas de los arboles viejos del bosque, un poco sorprendida se escondió detrás de un árbol ¬- ¿Quién es aquel que vino a parar aquí? - susurro Adela, tratando de ver de quien se trataba, armándose de valor se acercó al árbol donde estaba y lo vio, un joven de pelo castaño, tenía una guitarra a lado suyo y llevaba una chaqueta de cuero – está dormido y no parece una mala persona, creo que debería irme, me parece extraño que alguien venga por aquí, este es un lugar muy solitario – susurró Adela y se fue sin querer hacer el menor ruido, pero aquel chico la escucho – ¿Quien anda ahí? – pregunto extrañado – Me llamo Adela y soy de una cabaña de aquí cerca – exclamo Adela estando de espaldas – das mucha información para ser una extraña, cualquiera podría secuestrarte niña – sonrió Anyer –No soy una niña, puedo defenderme sola y tengo 18 años por si no lo haz notado… – exclamó molesta Adela – me causa algo de risa porque por tu tamaño cualquiera te confundiría con una niña de 11 o 12 años – dijo Anyer, riendo a carcajadas viendo a Adele molesta.
¬—¿Qué es eso que traes ahí en manos? – pregunto Anyer algo curioso, pues lo que traía, tenía un color morado intenso, su color favorito y deseaba ver lo que contenía.
—Es un portafolio que lo tengo desde niña, y en donde escribo poesías – lo dijo algo intrigada.
—Léeme una poesía tuya por favor, tengo curiosidad por los poemas que has escrito, vine aquí para alejarme de todos por unos días, deje los lujos, porque ni con todo el dinero podía conseguir algo de inspiración para crear mi siguiente música que estaré componiendo – Exclamo algo preocupado viendo a Adela acercarse al árbol donde estaba recostado.
—Nunca a nadie Adela le había mostrado lo que había ahí en su portafolio, se sentó a su lado, y se le vino unos pensamientos en la cabeza…
—Porque tendría que mostrarle a un chico que acabo de conocer hace algunos minutos, mi portafolio que lo llevo conmigo ya hace muchos años atrás, porque debería ganarse él mi confianza así de fácil – Pero dentro de ella había algo que la hacía confiar, solo estar a su lado le daba calma, y confianza aquella satisfacción que solo le daba cuando estaba hace 5 años atrás con su padre.
—Te leeré esta poesía ojalá te guste – Se sentó a su lado a su lado y leyó cada verso con gran delicadeza y pronuncio cada palabra como si tratase de algo que ella hubiera vivido en algún momento de su vida.
Editado: 13.08.2021