CAPÍTULO 5 El Arma Perfecta

Lena abrió los ojos, por unos segundos se quedó así, mirando a la nada, asimilando si lo que había pasado era un simple sueño, y entonces reparó en la cara de Seren, lo que la trajo a la realidad de golpe, ¿Qué hacía ella en su cama?, volteo a su alrededor y estaba equivocada, esa no era su cama ni su habitación, su mirada se detuvo en los ojos de Sigurd que estaba sentado en un sillón junta a la cama, sus ojos se miraban demasiado abotargados, y se quedaron así, mirándose uno al otro, y entonces lagrimas empezaron a brotar de Sigurd, en seguida Lena se dio cuenta que todo era real y que él ya sabía lo que acontencía en la aldea.

-Sigurd yo…- Quiso decir Lena, pero este la interrumpió- De no haberte seguido, seguramente habría podido alertar a todos, ¡¡Por que yo si estaba despierto!!- Le escupió las palabras el muchacho con rabia – ¡Ni siquiera les dieron oportunidad de defenderse, todos murieron!- Lena cerró los ojos y comenzó a llorar, luego levantó su vista y lo encaró – De haberte quedado seguramente también estarías muerto, y no se como llego Seren aquí, pero ella tampoco habría tenido la oportunidad; yo también muero de dolor, mis padres también estaban ahí ¿recuerdas?, yo no pedí venir aquí, fui llamada, yo no pedí ser quien soy ni lo que represento, pero de una cosa estoy segura, de hoy en adelante, todo lo que amo, no permitiré que caiga en manos de quien sea el responsable de la muerte de nuestro pueblo- Sigurd seguía sosteniendo la mirada, al escuchar decir estas palabras, bajó la mirada y se llevó sus manos a la cara, para sollozar amargamente. Lena bajo de la cama y se acercó a él – Compartimos el mismo dolor y la misma suerte- se arrodillo frente a el -Déjame ser parte del consuelo- Sigurd bajo sus manos y la rodeo del cuello, al mismo tiempo ella lo rodeo con sus brazos, el bajo del sillón quedando también de rodillas, ¿Que más podrían hacer un par de niños ante la pérdida de sus padres?.

Se apartaron tímidamente, limpiándose las lágrimas, Sigurd se levantó y se sentó en el sillón, Lena al borde de la cama -¿Cómo es que Seren está aquí?- Pregunto Lena mirando la cara de la niña que dormía apretando los puños. –Llegó aquí perseguida por demonios, la ninfa, le permitió entrar- contestó Sigurd, y ante la mirada atónita de Lena prosiguió- Despertó cuando yo salí a tomar agua del pozo, al ver que no volvía se levantó, al bajar las escaleras vio como unas sombras… -suspiro fuerte- asesinaban a mis padres, salió despavorida y tras de ella, 3 de estas sobras, corrió sin dirección, hasta que se encontró frente a la puerta por la cual entramos tú y yo, la empezó a golpear suplicando la dejasen entrar; yo que estaba en el cuarto de armas la escuche y corrí, pero estaba cerrada y ahí ya se encontraba la ninfa, intercambie mi vida por la de Seren, pero ella me dijo que Madre tierra  me permitía salir, así lo hice y aun no logro comprender, cómo es que asesine a esas 3 sombras, la ballesta que elegí, me dio un extraño poder, que de un solo disparo, salieron 3 saetas y se clavaron en el corazón de cada una, tome de la mano a Seren y entramos corriendo, inmediatamente se cerró la puerta- hizo una pequeña pausa- Al estar adentro, temí por Seren, estaba aterrorizada, no dejaba de gritar que los habían asesinado a todos, que la aldea estaba envuelta en llamas, al ir corriendo dice que escuchó la voz de tu madre invocando a Isis, que por favor tomará en cuenta el sacrificio de todos y que cumpliera su promesa, luego se me abrazó y se desmayó; en ese momento recordé lo que dijo la ninfa antes de que entraramos, que solo los elegidos por el cielo podrían entrar, así que me asuste, crei que se me arrebataba también a Seren, así que le suplique que tomara mi vida por la de ella, esta se acerco y me dijo, que Madre Isis, dio su consentimiento para que los dos permanecieramos dentro, luego nos condujo a esta recamara, te vi dormida y solo recosté a Seren junto a ti y espere.

-Pobre Seren, debe haber sido horrible presenciarlo todo, pobre de nuestros padres y de los demás-Dijo Lena cerrando el puño con fuerza.

-¿En verdad hablaste con Madre Isis?- Pregunto curioso Sigurd

-Así es- le contesto.

-¿Cómo es?- siguió preguntando

-No habría palabras correctas para describirla, simplemente es hermosa, y cada vez que me hablaba, el corazón se me llenaba de paz, latía suavemente, casi al ritmo de sus palabras.- describió Lena- y cuando la vi llorar…- interrumpiéndola Sigurd exclamó- ¡¿Llorar?!, ¿Madre tierra lloro? -, no podía creerlo con sus ojos bien abiertos –Así es, ella con su inmenso poder, sabía lo que estaba sufriendo afuera la aldea, ella fue quien me dijo, lloro conmigo ¿Sabes?, y me abrazó para consolarme, me dio este sueño reparador, es por eso que me encontraste dormida. Sin embargo, estar en sus brazos, es lo más hermoso que he experimentado. Ella me mandó a la tierra con una misión, y tu, eres parte de ella-

Sigurd se levantó del sillón, llevando su mano a su cabeza para alisarse el cabello hacia atrás, con un gesto de confusión -¿Misión?, ¿Tu y yo?, ¿Por qué nosotros?, bueno de ti ya estaba escrito, ¿Pero yo?-

- No solo tu, hay otros 3 que debemos buscar, no se si son hombres o mujeres, ella dijo que lo sabré cuando estén cercas, los 5 tenemos un propósito,,, aun no está claro, pero hablo del exterminio de la tierra.- y bajo la mirada Lena consternada.

-¿Qué has dicho?, ¿Que madre puede querer exterminar a sus hijos?- exclamó enfurecido.

-¡Calla!, ¿quién eres tú, para cuestionar los deseos de Madre Tierra? , yo lo hice por que no comprendía, pero después de saber que el mal a asesinado de la forma mas cobarde a lo que mas amo, lo único que quiero es terminar con todo, ella ha prometido tener a bien a todas las personas buenas, estoy segura, que nuestros padres y todo nuestro pueblo ahora gozan de su gracia. El mal solo busca hacer daño a los inocentes, pero a veces para arrancar la mala hierba es necesario también terminar con toda la cosecha. –Le reprocho Lena.