Ellos se quedaron sin palabras mientras que Andrés se tomaba la copa de vino de un solo trago, se les acerca y les dice: “¡No se preocupen por el postre, ese es un regalo de mi parte para que le den un poco de dulzura a su amor!”, luego se dio media vuelta y se dispone a salir del lugar cuando ella sujeta a Andrés de la mano, Andrés con su corazón destrozado y desilusionado hala bruscamente su propio brazo luego le paga al mesero y se retira rápidamente del lugar, estando afuera escucha la siguiente palabra: “¡Espera!”, Andrés se da la vuelta y observa a esos dos traidores, el que era su amigo le dijo: “¡Amigo espera, lo lamento mucho, no es lo que parecé!”, cuando dijo esto Andrés no pudo seguir conteniéndose y le propina un fuerte golpe en la cara mientras que ella le dice: “¡Detente! De veras que lo lamento mucho, perdonadme por favor, no lo quise hacer!”, mientras dijo eso se inclinó ante Andrés suplicándole perdón y Andrés le dice con una lágrima en el rostro las siguientes palabras: “¡Olvidalo, esto ya se acabo y has sido tú la que lo a arruinado todo lo que creamos , olvida mi existencia ya que en éstos momentos ya tú no existes para mí! ¡En cuanto a ti José olvida a éste hombre que alguna vez fue tu amigo, olvida que alguna vez compartí mi comida contigo, o que compartí mi dinero contigo, que te brinde mi hogar cuando no tenias a donde ir, que ayude a tu madre cuando estuvo al borde de la muerte, o cuando te brinde mi apoyo la vez que tu novia te engaño con otro hombre ¿Como has podido hacerle esto a alguien que es como tu hermano? De hecho te pido que olvides éstos 20 años de amistad que hemos forjado!”, Andrés se dio media vuelta y se marcho del lugar.
Luego de unos cuantos minutos de caminata Andrés llega a su lugar favorito de la ciudad un parque al aire libre, se sentó en una de las bancas del parque para posteriormente llorar.
La noche era fría y nostálgica, Andrés aún seguía en la banca llorando, una lágrima broto de sus ojos y comenzó a rodar por su mejilla pero alguien se sentó a su lado y quitó de su mejilla la inocente lágrima, él observó a esta persona y pudo ver lo bella que era, ésta persona era una chica de piel blanca...tan blanca como la nieve de las cordilleras más altas del mundo, cabello ondulado y negro oscuro...tan oscuro como la noche dentro de una cueva, delgada, con una estatura aproximada de 1,75 metros de altura, cuerpo delicado, cara pequeña, ojos pequeños y de color marrón intenso, piel suave y delgada al contacto, labios pequeños y con un color rosado, manos pequeñas y delicadas, pero la sorpresa de Andrés era que esta chica era... la que conoció en el restaurante, él no dijo ni una palabra y ella solamente le ofreció un pañuelo él lo acepta con gusto y seca sus lágrimas, luego le dijo: “¿Sabés? ¡Las mujeres son unas imbéciles e ineptas! ¡Ellas piensan que los hombres somos mascotas y que siempre haremos lo que ellas decidan y que a pesar de eso siempre las amaremos así nos lastimen el corazón, pero no es así ya que nosotros también tenemos sentimientos!”, hubo un silenció de diez segundos y Andrés le golpeó sutil y suavemente el hombro y le preguntó: “¿No piensas decir nada, acaso no eres mujer?”, a lo que ella respondió con las siguientes palabras: “¡Ésta noche solo soy una confidente al servició de un hermoso caballero lastimado en el campo de batalla del amor por una estúpida persona del bando contrarió!”, y luego de eso le ofreció otra bella sonrisa, fue esa noche fría cuando se encendió la llama de su ardiente y cálido amor.
Durante un rato estuvieron platicando sobre muchos temas pero ella detiene la conversación con la siguiente pregunta: “Por cierto ¿Cómo te llamas?”, a lo que él responde gustosamente de la siguiente manera: “¡Mi nombre es Andrés, Andrés Amadeus!, ¿Y cuál es tu nombre?”, y ella responde: “¡Tienes un apellido bastante peculiar y muy poco común, mi nombre es Claudia Rustanis es para mí un placer conocerte!”, Andrés quedó sorprendido y le dice: “¿Dices que tengo un nombre raro? ¡Pero tu apellido no es raro solo es único creo que más nadie tiene ese ese apellido en este mundo!”,luego que dice esto se ríe a carcajadas y ella también continúa con las carcajadas, luego ella le pregunta la hora él le responde: “¡Son las 02:23 am, la hora paso bastante rápido! ”, ella le responde sorprendida: “¡Si, bastante rápido, me encantó conocerte pero tengo que marcharme, adiós!”, luego que dijo esto se marcha corriendo a toda velocidad mientras que Andrés le gritó: “¡Espera! ¿Dónde te puedo encontrar?”, a lo que ella responde un poco agitada por la marcha: “¡No te preocupes yo te buscare cuando tenga tiempo!”, así terminó su noche de reencuentro y curiosamente Andrés olvidó la desilusión que había recibido unas horas antes y se sentía un poco contentó.