Capitulo 8

—Por suerte no reprobé ninguna materia.—dijo Tere mientras entrábamos a la escuela. Les había contado que yo había reprobado cinco...aún recordaba la bofetada de mamá.

—Pero si es la niña que deja con ganas a los hombres.—escuché decir a alguien detrás de mí, era Alexa, rodé los ojos e intenté ignorarla.—¿Sabes que luego de no conseguir nada contigo fue a buscarme?—dijo con una sonrisa sínica.

Estoy cansada de esta odiosa.—pensé.

—Puedo enseñarte a ser una mujer de verdad.—me dijo mientras se posicionaba al frente de mí.

—¡¿Una mujer o la abre piernas fácil que todos los hombres buscan porque con una simple "hola" ya te bajan las bragas!?—le grité, todos los que pasaban por el pasillo se nos quedaron mirando.—Ya me cansaste. Piensas que me molesta que te hayas metido con Carlos? Por favor, es un patán que no vale la pena, pero tú te conformas con hombres así porque no puedes aspirar a algo mejor. Haz pasado por la cama de cada hombre de esta escuela. No diría que eres una mujer, diría que eres una...

No me dejó terminar cuando se lanzó a golpearme, al momento me defendí y le devolví cada golpe. En segundos prácticamente la escuela entera nos estaba rodeando, algunos gritaban para animarnos y otros intentaban separarnos.

—¡Celina te meterás en problemas!—gritaban mis amigas.

Tenía a Alexa debajo de mi mientras tiraba de su cabello. Estaba lista para darle otra buena bofetada cuando todos se quedaron en silencio.

¡Rayos la directora!

—Celina, Alexa ,a mí oficina y los demás vayan a clase.—ordenó con voz de mando.

¡Otro problema más!—pensé.

—¿Y bien? ¿por qué se estaban peleando?—preguntó, ambas permanecimos calladas.—La escuela no es un campo de batalla señoritas, me temo que tendré que suspenderlas.

—¡No, por favor no!—le supliqué ,pero fue en vano.

—Nos vemos en tres días, se pueden retirar.—fueron sus palabras, intenté hablar pero me lo impidió, derrotada salí de la dirección.

—¿Ves lo que ocasionaste?—le reproché a Alexa, pero a ella pareció no importarle y salió de la escuela como si no nos hubieran acabado de suspender.

Y yo solo pensaba en qué les iba a decir a mis padres.