Enredada con Lucifer

Prólogo

PRÓLOGO

Se cuenta que los ángeles fueron creados mucho antes de ser creada la tierra, fueron los primeros en llegar como los eternos sirvientes de Dios… El Padre tenía su fe puesta en aquellos hermosos seres de luz, sus primeros hijos, ¿Quién hubiese predicho que aquel que había amado con tanta fuerza, su hijo mayor, su primera estrella en la mañana… lo traicionaría?

  • ¡No lo entiendes! No entiendes nada… Quiero libertad. Merecemos todos los placeres, merecemos una vida real… una vida que sea nuestra y deje de ser tuya padre – reprochaba su hijo.
  • Luzbel… Hijo mío… aún no lo entiendes, el amor que te tengo, el amor que tengo por esta hermosa creación… ¿No entiendes que todo tiene y tendrá siempre un lugar dentro del equilibrio?
  • No seré tu esclavo nunca más padre.

Luzbel, la estrella de la mañana, hijo de la Aurora… Deseaba con locura aquello, lo único, que su inmortalidad no se lo permitía, libertad… En su atormentada mente ansiaba y codiciaba el poder con locura tal que estaba dispuesto a absolutamente todo. Pero no malinterpretes a Luzbel… Amaba a su padre, pero con desesperación enferma anhelaba lo que su amado padre tenía… Poder.

Fue entonces expulsado Luzbel del firmamento de los ángeles y se le fueron arrebatadas sus poderosas alas, con las que un día tuvo el aire en el rostro, con las que surcó el paraíso y dio a su padre inmensas alegrías. Fue condenado a ser por siempre un demonio, un caído… un triste remedo de rey bajo la tierra que su Padre les había entregado a los hombres, aquellos que gozaban la libertad de la cual él jamás probaría totalmente.

“¡Cómo has caído del cielo, oh lucero de la mañana, hijo de la aurora! Has sido derribado por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Pero tú dijiste en tu corazón: “Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte.” Subiré sobre las alturas de las nubes, me haré semejante al Altísimo.” Sin embargo, has sido derribado al Seol, a lo más remoto del abismo. (Isaías 14:12-15).

El Padre dolido y lastimado en el corazón hubo desterrado a su estrella de la mañana, a su único y más perfecto ángel… para ser por siempre… Lucifer.

Lucifer intentó y probó todos aquellos placeres de los que se dotó a los hombres y así como él jamás mentía… alimentó la codicia de los hombres y desató sus más grandes temores, castigó con furia aquellos que osaron seguir un camino cruel y ¿por qué no? Disfrutó cada uno de esos castigos… pero había algo aún… algo que le faltaba, algo que no había probado nunca, algo que necesitaba sentir así le costase su vida, Padre le había advertido que aventurarse a aquellos sentimientos no era más que un vil suicidio… pues tarde o temprano su inmortalidad sería el precio.

Y es aquí donde me presento, soy Farah, la mujer que terminó enredada con el ángel hijo de La Aurora, enredada con el demonio y con el hombre, soy quien terminó… Enredada con Lucifer.

 




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