¿enserio podré ser un Dios?

Un gran día parte 3

Esta vez no me salí y ahora me senté en uno de los sillones dentro de la habitación y me puse a leer, en ningún momento vi a Jess para que no pensara que la estaba vigilando y así pasaron tres cuartos de hora rápido.

Miré el reloj que esta en una la de las paredes laterales a la cama y en ella vi que efectivamente habían pasado 45 minutos, pensando que es tarde voltee a ver a Jess, para darme cuenta que se había dormido de nuevo.

Quisiera no despertarla pero no quiero dejarla aquí y que después la regañen y todo el progreso que logre para que ya no fuera una criada normal se fuera por el caño, poco a poco me acerque y le toque la frente suavemente con la paloma de mi mano, mientras quitaba mechones de cabello de su rostro.

Sutilmente ella abrió los ojos y me miro de nuevo, esta vez de inmediato me senté en la cama y me aleje, ella se despertó poco a poco mientras se limpiaba los ojos con sus manos, se sentó en la cama.

Yo la vi y sonreí, después ella vio mi sonrisa y de inmediato pregunto -¿Tengo algo en la cara?- mientras se intentaba arreglar el cabello y demás.

  -No, solo me parecías muy tierna- dije mientras seguía sonriendo.

Ella no dijo nada y en vez de eso se dio la vuelta mientras se sonrojaba tanto que tenía las orejas de color rojizo, yo solo sonreí al ver su actitud y me levante, después ella me miro y yo le dije.

  -Vámonos, faltan 15 minutos para irnos- dije.

  -Si claro- dijo ella.

Después de eso se colocó en el espejo y comenzó a arreglarse rápido, yo solo la observe y después salimos de la habitación, y faltando cinco minutos nos encontrábamos en la puerta del Castillo, poco a poco fue saliendo el resto.

Y justo en la hora que dijo el archiduque comenzamos a montar en carruajes y dirigirnos hacia algún lado, yo estaba en el mismo carruaje que Jess y el archiduque, aunque quería que mi madre estuviera conmigo no se pudo por que comprar se encuentra enferma, debe ir un médico siempre con ella.

Dejando de lado también las cosas que tiene que llevar ella por o mismo, lo que no deja espacio para que estuviera el archiduque, pero el debe ir conmigo obligatoriamente por ser mi ceremonia y yo ser su hijo al que le celebrarán este hecho.

Durante el camino no hablaba nada el archiduque por lo que yo solo ignore eso y me dispuse a mirar fuera del carruaje, sin embargo cuando hice esto, el archiduque me hablo.

  -Cuando estés en la ceremonia no mires a los lados, o mejor debería decir que no veas a nadie, no quiero que entres en francés de recuerdos en ese momento y que todos digan cosas de ti, el oficial que hará todo el trabajo será alguien desconocido para ti, por lo que no te preocupes por mirarlo a el- dijo.

  -Esta bien- respondí.

Después de eso tomamos una conversación alargada acerca de si estaba nervioso y cosas de ese estilo que siendo sincero no tienen importancia, así estuvimos por veinte minutos y después de ello llegamos al lugar.

Se detuvo el carruaje y nos bajamos todos que por cierto el último carruaje era en donde estaba yo, así que todos bajaron y al final entramos el archiduque Jess y yo, pasados los segundos seguíamos caminando hasta entrar en un edificio no tan alto pero si de un gran tamaño.

En el al yo entrar se encontraban ya todos sentados en una especie de banca comunitaria, esto parecía una iglesia de hecho, o al menos donde nos encontrábamos para realizar la ceremonia lo parecía.

Después de un lento el archiduque y Jess se alejaron de mi lado y se sentaron también, yo seguí caminando como me dijo el archiduque sin mirar a nadie y después de eso llegue al frente de todo donde se encontraba un demonio.

Este ya se veía de grande edad por las canas que mantenía en su cabello y también por las arrugas en su rostro, hasta ahora los demonios que he visto todos tienen ojos negros y cabello negro, talvez sea una característica de los demonios.

  -Bienvenido- dijo el señor frente a mi que antes mencioné.

  -Gracias- dije.

  -Con usted aquí presente- dijo refiriéndose a mi -Comenzaremos la ceremonia de mayoría de edad preestablecida de este día- dijo.

Después de eso alguien entró por la parte de atrás con una esfera de cristal tal y como en los recuerdos que tenía, y después la colocó en la mesa frente a mi, el señor comenzó a abrir un libro y después me indicó.

  -Coloca primero tu mano izquierda y encima tu mano derecha de la bola de cristal- asentó e hice lo que me dijo, después continuó -Ahora cierra tus ojos y repite las palabras que te voy a decir- dijo.

  -Si- dije y después cerré los ojos.

  -Yo di tu nombre completo, digno demonio del Reino Demoníaco declaró que hoy que cumplo años dejó de ser un pequeño demonio para ser un adulto, dejó que usted señor eterno Ostia Lothar vea en mi el poder que podré desarrollar por este el Gran Reino Demoníaco- dijo y después de eso repetí las mismas palabras.

  -Yo Aland Astretch , digno demonio del Reino Demoníaco declaró que hoy que cumplo años dejó de ser un pequeño demonio para ser un adulto, dejó que usted señor eterno Ostia Lothar vea en mi el poder que podré desarrollar por este el Gran Reino Demoníaco- dije.

De inmediato comencé a sentir un calor en mi mano izquierda que iba y venía en dirección a la bola de cristal, como dijo el señor cerré los ojos, pero a pesar de eso vi distintos colores pasar frente a mi.

Estos eran los colores Azul, Verde, Rojo, Café, Amarillo, Blanco, Negro, Morado y uno estilo arcoíris, me sorprendí un poco, pero después vi como en mi cuerpo estos se combinaban en un círculo grande pero sin perder su color original, solo se mantenían en completa estabilidad.

Después de eso abrí los ojos por inercia y después en el rostro de el demonio frente a mi vi una cara de asombro, pues la bola de cristal indicaba un número, esto era algo que no preste atención en los recuerdos así que no se que significaba.




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