Catraoine
Han pasado ya varios días en los que no me he visto con Elián, mi vida continua su curso entre clases y exámenes, la verdad estuve tan ocupada que no tuve ni tiempo de ir a The Soul como cada mañana. En ese último encuentro me sentí un poco indispuesta, estuve tomando algunas medicinas y hoy me siento mucho mejor, aunque los ataques de ansiedad que me acosan hace años no han vuelto se lo adjudicó a eso.
Hoy mi mejor amiga Laura vino de visita a casa, ella es una amiga de infancia, era vecina de casa de mis tíos, fue el único hogar estable que conocí y sin importar que el servicio social me moviera de casa en casa, con Laura nunca perdí el contacto. Compartíamos el mismo sueño, estudiar literatura y enfoque social. Ella es una fuerza positiva en mi vida. Siempre estaba ahí para escucharme, para ofrecerme palabras de aliento y para recordarme su lo valiente que era en mis momentos más oscuros.
Después desayunar en casa con ella decidimos ir a The Soul ya que hace días no lo hacía, estoy ansiosa y triste, no sé si es por eso o por la idea de no haber visto a Elián, y como si me leyera los pensamientos, Laura expresó su preocupación por mi estado de ánimo y con voz suave me regresa a tierra de mi mente
-Catraoine, te he notado un poco distante últimamente. ¿Cómo has estado? -suspiró, mirando a Laura con gratitud y una sonrisa porque sé que su preocupación es genuina y sincera, casi como la de una hermana-
- La verdad es que he estado lidiando con mi ansiedad más de lo habitual. A veces siento que no puedo controlar mis pensamientos y emociones, y eso me asusta. -Laura asintió comprensivamente como siempre lo hace y procede a tomarme la mano con cariño-
- Quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti. Eres una persona increíblemente fuerte y valiente, y no estás sola en esta lucha. Juntas, encontraremos formas de enfrentar esta situación. Te he extrañado mucho.
Las palabras de Laura resonaron en mi corazón, me recuerdo a mí misma que no tenía que enfrentar estas batallas internas sola, que siempre tendré un sistema de apoyo en el que podía confiar, estaba bien que me diera mi espacio y me permitiera abrazar la soledad, experimentar mis propios sentimientos y emociones, pero sin olvidarme de las personas que me amaban y me animaban a seguir adelante.
Elián me había llamado a decirme que habían surgido problemas en su empresa, no sabía que tenía una, pero me hizo sentir mejor que evito que sobrepensara cosas, digo, pudo simplemente desaparecer de la nada, no es como que yo sea alguien súper importante, pero me ha aprendido a conocer, sabe que la ansiedad me pone a pensar cosas que no son.
Elián
No poder ir a visitar y ver a Catraoine hace días me tenia disgustado y con un genio de los mil demonios, pero estar tan conectado con ella me hizo descuidar por unos momentos la empresa, la cual necesitaba mi atención debido a que mi amigo y mano derecha Ricardo, invirtió un dinero sin consultarme, dinero que se perdió ya que el imbécil por confiado resulto cayendo en una estafa.
Ricardo, se acerca hacia mí con preocupación.
- Hermano te juro que no quería que pasara esto, de verdad te debo una disculpa, te he notado algo distante últimamente. Y si es por el error que cometí créeme que lo estoy solucionando para recuperar el dinero. The Present Company no sufrió daños mayores a no ser una suma grande de dinero.
- Suspiro mirando a mi amigo, no podía desquitarme con él porque sé que la verdadera dueña de mi estado de ánimo es otra persona. Sonrió nada mas de imaginarme el día que la vi leyendo ese menú por varios minutos para terminar pidiendo como siempre su cappuccino con canela-
- Ricardo, sigues aquí debido a que eres un hijo de perra afortunado de buen corazón que siempre estuvo para mí en mis momentos difíciles, que eres un excelente gerente, y que conocí a alguien que me cambia para mejor solo con una sonrisa, y acabar de imaginarla mitigo el que te quiera partir la cara.
-me mira extrañado enarcando una ceja y cruzándose de manos- sé que cometí un error, pero tanto como para que no me contaras ¿Qué estas jodidamente enamorado hasta el culo? –se forme una sonrisa divertida en su rostro-
- Hermano encontré a Catraoine, si la conocieras entonces sabrías que su luz es como un maldito sol, ella fue un faro de luz en mi oscuridad y volverla a encontrar es algo que ni la misma muerte me puede quitar.
16 años atrás
La noche era sombría y fría. Las heridas en mi rostro aún dolían y el miedo se apoderaba de mí mientras escapaba de mi hogar, buscando refugio de los abusos que sufría. Corrí sin rumbo fijo, hasta que llegué al parque cercano. Me dejé caer en una banca solitaria, sintiendo que todo el mundo se desmoronaba a mi alrededor.
Las lágrimas inundaron mis mejillas, mis sollozos se mezclaron con el silencio de la noche. Me sentía perdido y vulnerable en aquel parque el cual en las mañanas estalla en risas y juegos, absorto en mis pensamientos logro percibir que alguien se sentó a mi lado.
Al alzar mi rostro encontré una sonrisa iluminando el ambiente, sus ojos brillaban con una chispa de compasión y bondad que me conmovió al instante. Esa pequeña niña tenía una dulzura abrumadora, con voz dulce, me preguntó qué me pasaba.
- ¿Por qué estás tan triste? Dicen que mi sonrisa puede iluminar incluso la noche más oscura y que mis abrazos pueden curar el peor dolor. Si quieres, puedo intentar sanar tus heridas. –dice pasando su pequeña mano por el moretón cerca de mi ojo-
Me sentí abrumado por la calidez y la compasión que emanaban de ella. Las palabras se atascaron en mi garganta, pero la necesidad de compartir mi dolor y encontrar consuelo me impulsó a hablar.
- Mi madre... me hizo daño. No quiero volver a casa. Me duele mucho. -Esa pequeña niña con un moño en su cabeza me escuchó atentamente, sin juzgarme ni apresurarse a darme soluciones. En un momento me interrumpió solo para preguntarme mi nombre, Su presencia y su disposición a escuchar eran un bálsamo para mi corazón herido-