Catraoine
Allí sentada en esa mesa aun en shock me quede replanteando lo que acaba de escuchar, las mentiras de Mariana la habían alcanzado y yo era su efecto colateral. El enterarme que mis tíos no lo eran fue increíblemente desgarrador, pero lo fue mas el saber que siempre tuve un papá, ese que tanto anhelé cuando no podía con mi vida, cuando tenia hambre y buscaba que comer en la calle. Cuando quería que alguien me protegiera y me sacara de aquellos hogares de paso.
No sé qué sentir, si odio o tristeza, pero la realidad es que no siento nada. Solo mil dudas y preguntas. Mariana se fue dispuesta a no dejar que la encuentre ¿Pero por qué?
Después de unas horas donde ni el cappuccino con canela logra pasarme el disgusto decidí ir a caminar, admirar las pequeñas cosas que siempre tuve y fue la naturaleza, el cielo es mi mayor amigo en mis días tristes, soy esa chica que vive enamorada de los atardeceres y se pierde en ellos. Creo que muchas veces admiraba el cielo de niña porque pensaba que mi padre estaba allí cuidándome, pero ahora que se que existe en esta realidad espero poder contarle y decirle las cosas que nunca pude. Y ahí admirando el atardecer me permití llorar, soltar todo eso que siempre guarde dentro de mí, permitir que mi alma se desgarre para darle la oportunidad de volverse a unir. Me permito pasar por el dolor, por la tormenta una vez más, sé que el arcoíris no vendrá si yo misma no lo construyo basado en mi dolor.
El atardecer le da paso a la noche, los grillos alrededor comienzan a cantar, levanto mi rostro y limpio mis lágrimas, tengo la cara hinchada lo puedo sentir, tomo una bocanada de aire para encender mi teléfono, tengo llamadas perdidas y mensajes de Laura y de Elián. Comienzo a llorar una vez más, pero esta vez entre risas, realmente tengo personas maravillosas en mi vida que se preocupan genuinamente por mi, que me quieren y que han sido mi soporte, a veces cuando ni siquiera me di cuenta o me detuve a valorarlas. Justo ahí comprendí que no importa cuánto la vida quiera tirarme al suelo - Demostrare que puedo levantarme una y otra vez cada vez más fuerte – digo en voz alta cuando siento que dos grandes brazos me toman por detrás y acurrucan su rostro en mi hombro- Estoy orgulloso de ti -susurra esa voz que tanto amo-
Elián
Desde la competencia no he sabido nada de Catraoine realmente comienza a preocuparme, solemos hablar todo el tiempo ya sea en la empresa o por el móvil. Cuando alguno de los dos no puede siempre le hacemos saber al otro nuestras ocupaciones. Ricardo me dijo que no esta en la empresa, que tiene día libre. - Ya es demasiado tarde casi va a anochecer -digo mirando el móvil algo no me sienta bien, decidido marco el numero de Laura quien luego del primer pitido me responde angustiada-
- Elián dime que sabes algo de Catraoine -escuchó al otro lado de la linea con una voz temblorosa- no está, esto no es normal, nadie aquí sabe nada de ella. – Mi corazón se quiere salir por mi garganta, pero intento encontrar las palabras- Laura cálmate y dime exactamente que pasó-
- Pues que no está, vine a visitarla y no está en su habitación, dijeron que su mama vino y se llevo algunas cosas, dejo un deposito y se fue, pero que a mi amiga no la han visto, tiene su móvil apagado, la he llamado muchas veces y no responde al igual que la bruja de su madre. -llevo mis manos al puente de la nariz frustrado- Yo la encontrare no te preocupes, quédate ahí. Cualquier cosa te avisó. -colgué la llamada y me dispuse a llamar al director de software de la compañía. Cuando llego lo hice pasar-
Necesito que encuentres a una persona por mí. Este es su numero -le paso el papel- lo quiero ahora. -el asiente y se va, no es la primera vez que tiene que encontrar a alguien por mí- al cabo de dos horas regresa con la información.
- Aquí esta lo que me pidió señor -me da la dirección en un papel- ya solicite también a los guardaespaldas que lo acompañen, me retiro. -doy un leve asentimiento y lo veo retirarse del lugar, le envió un texto a Laura para decirle que ya la encontré y que me dirijo hacia allá.
En 20 minutos me encuentro en el lugar la veo a lo lejos y la opresión en mi pecho se incrementa, pero logro algo de tranquila al ver que se encuentra bien. Me acerco a ella y la rodeo con mis brazos, le susurro en su oído – estoy orgulloso de ti – procedo a darle un beso en la frente.