Entre Ángeles Y Demonios - Las Sociedades Ocultas

La Caverna De Acero

        Cuando por fin se detuvo el ascensor, todos miraron hacia arriba y en lugar de techo había un largo túnel vertical, parecía que tenía unos ciento cincuenta metros de largo. Los chicos volvieron la vista a la sala donde estaban ahora que no era muy distinta que la otra, aunque no tenía ventanas en ninguna de sus paredes hechas de placas metálicas; Rian se levantó de su silla, tomó un cuaderno con una lapicera y caminó por uno de los pasillos que hacían las sillas, todos al seguirlo con la mirada se percataron que detrás de ellos había una puerta también metálica similares a las de un submarino.

        −Muy bien, quiero que se levanten de a uno y hagan una fila sin empujar y a medida que vayan pasando me dirán sus nombres, apellidos y edad así como también su condición, es decir, si son sangre pura cazadora, mestizos, normales o, − y mirando hacia Firiana concluyó − o SEGUNDAS princesas.

        − ¿No era que acá tratan a todos con igualdad? ¿Para qué quieren saber nuestra condición? − Replicó Firiana con la intención que su preguntó generara revuelo en algunos.

        −Es necesario saberlo para ver cuántas cantidades de lentes espectrales se van a necesitar, además los normales tienen que decirnos si van a querer un baño para eliminar el aroma de cazador o no, porque la sustancia para eliminar el aroma tarda un mes en hacerse − Respondió Rian.

        −David Río, veintiún años, normal y vengo para unirme voluntariamente, no tengo ese aroma que usted dijo. − Expuso el primer chico de la fila.

        −Muy bien David. − Contestó Rian finalizando de escribir y poniendo una mano en la puerta para abrirla −. Bienvenido a la Caverna De Acero.

        Cuando la puerta metálica se abrió el rostro de David se iluminó cuando vio afuera del salón, todos trataban de ver moviendo las cabezas pero no podían y menos Álmiro y los demás que estaban a cincuenta chicos más atrás.

        − ¿Dijo Caverna de Acero? − Preguntó Ignacio a Sarah que estaba delante de él.

        −Sí, eso dijo.

        −Ojalá que todavía no nos separen de ustedes − Comentó Clara.

        −Tendríamos que hablar con alguien y explicarles que nos dejen a todos juntos. − Sugirió Sarah.

        −No creo que sea posible, − acotó Álmiro − acuérdense que el señor que vimos en el ómnibus, ese Douglas que es el rey de la comunidad, dijo que era inútil discutir de ese tema.

        −Fausto Douglas no es el rey de ésta sociedad oculta. − Se apresuró a corregirlo Firiana que estaba delante de él escuchando lo que hablaban.

        −Yo no dije que era rey de la sociedad, − le aclaró Álmiro − es rey de ésta comunidad, o sea de acá. Pero igual gracias por la aclaración segunda princesa.

        −Eres un idiotaa... − Firiana lo miró como examinándolo.

        −Álmiro, − se presentó el chico − y no se te ocurra decirme nada de mi nombre porque Firiana...

        −Madura mestizo. − Contesto ella despectivamente.

        −Pero que tono más agresivo Firiana, − respondió rápidamente Álmiro − igual, gracias por el consejo SEGUNDA princesa.

        Los compañeros del chico se rieron y la joven solo se giró ignorándolos por completo.

        −Igual, hablen con quién hablen no los dejarán estar juntos. − Les dijo una voz femenina con acento brasilero detrás de Ignacio.

        Todos se giraron y vieron a una joven de color, con el pelo lacio hasta la media espalda, ojos grises y una figura que cómodamente superaba a Sarah en cuanto a lo estilizado que lucía.

        − ¿Por qué lo dices? − Le preguntó Darío.

        −Por el tipo de enseñanza que deben darnos a cada uno. Las mujeres, sean puras, mestizas o comunes nacen con una energía espiritual diferente al de cualquier hombre, y viceversa, es por eso que necesitamos distinto tipo de entrenamiento en cuanto a lo espiritual, después en lo físico es lo mismo, van a ser muy pocas las horas que no se vean, no se preocupen. Igual, yo prefiero tener un entrenamiento femenino o masculino y no uno como los que tienen los Mixtos, dicen que son los mejores cazadores por su alto nivel espiritual pero también se les exige demasiado en los entrenamientos. Por cierto, me llamo Eshia. − Comenta ella.

        − ¿Mixtos? − Preguntó Clara sin entender, al igual que los demás.

        −Firiana Estela Artíbilia, dieciocho años, sangre pura.



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En el texto hay: angeles, demonios, cazadores

Editado: 04.11.2018

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