SAVANNAH
Sigo conduciendo, aunque la verdad no tengo idea hacia dónde.
Veo en asiento de copiloto que Nikki se quedó dormida, no me sorprende tal vez es la primera vez que duerme bien desde hace días.
Pero algo va mal, lo siento en mi estomago un mal presentimiento. Noto atreves de espejo retrovisor hay dos autos grandes de color negro y con los vidrios polarizados.
—Mierda.
Piso el acelerador, pero se van acercando casa vez más rápido. Aun con la m irada en la carretera comienzo a mover a Nikki para despertarla.
—¿Qué pasa? — pregunta con la voz soñolienta.
—Nos siguen Nikki.
—¿Que? — se levanta bruscamente y mira hacia atrás comprobando lo que dije.
—Escúchame, cuando nos alcancen los voy a distraer y tu sales corriendo ¿Okay?
—Ni de broma.
—Nikki por favor.
—No te dejare Savannah- protesta.
—¿Qué tal si son ellos? — pregunta con la mirada puesta hacia atrás.
—Pues más razón para correr.
—Savannah no es gracioso, además no estoy en condiciones para correr.
—Maldición.
Veo que uno de los autos acelera y pasa rápidamente a mi lado, trato desacelerar más pero no fue lo suficiente rápido porque el gran auto negro gira bruscamente enfrente de nosotras, bloqueando el paso obligándome a pisar el acelerador en el volante.
—Nikki sal de aquí — le ordeno cuando por el espejo retrovisor veo a dos hombres salir del auto.
—Te e dicho que no te dejare.
Uno de ellos abre la puerta a mi lado e intento golpearlo en la cara, pero me sujeta de las muñecas y de mala gana me saca del auto. Intento forcejar, aunque ya sé que es en vano. Veo que el otro hombre sujeto a Nikki llevándola hacia su auto negro, aunque esta débil igual intenta forcejear queriendo liberarse de él. No quiero que se la lleven otra vez.
—¡Déjenla en paz!
Quise gritar más, lanzar groserías, pero sentí un fuertísimo golpe impactarme a la cara mareándome por completo, sentí como mi cuerpo se tambaleaba y miraba borroso al tipo ese, y en un segundo. Todo estaba oscuro.
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—¡Joder Savannah!
El dolor en mi cuerpo volvía a hacerse presente. Dolor punzante en la nariz y en la cabeza.
—Vamos despierta.
Esa voz es de Dylan. Arrugo mis ojos y con dificultad los abro.
—Eso es mírame.
Lo primero que miro son esos ojos azulados y pasa lo de siempre cuando los veo, se acelera mi pulso.
—¿Que paso? ¿Y Nikki? — me levante, pero enseguida me arrepiento porque me mareo. El me vuelve a recostar y me doy cuenta que estoy recostada en sus piernas.
—Vamos tras ella — escucho decir a Tyler quien va como piloto.
En este punto me siento muy cansada para hablar y estoy extrañamente cómoda en las piernas de Dylan.
—Lo lamento — tenía que disculparme sé que llevarme a Nikki fue un impulso por querer protegerla, aunque ellos solo me han demostrado que quieren lo mismo.
Escucho a Tyler suspirar, sé que enojado conmigo. Pero en cambio Dylan, el me ve medio sonriente y nostálgico, pero lo que hace provoca que se me corte la respiración es cuando me acaricia el cabello mientras me mira de esa manera.
Me incorporo a su lado, lo bueno es que en los asientos traseros tenemos suficiente espacio para estar cómodos y vernos frente a frente.
—Se que estas todavía enojada que te ocultáramos nuestra verdadera razón de que llegáramos al instituto — comienza Dylan mirándome fijo a un punto entre nosotros, trato de buscar su mirada mientras lo dejo continuar —No era nuestro plan enamorarnos de ustedes — mi mirada viajo hacia a Tyler quien me da una mirada rápida por el espejo retrovisor.
—Pero te lo voy a decir fuerte y claro. Savannah yo me enamore de ti — esta vez sus azulados ojos encontraron los míos mandando electricidad por todo mi cuerpo - entiendo si tu no quieres o no puedes corresponderme lo que hicimos estuvo mal.
—Dylan — intente hablar.
—Déjame terminar — me interrumpió, cerré la boca y lo dejé seguir. —Solo queremos lo mejor para ustedes. Salvaremos a Nikki y luego de eso ustedes tendrán la libertad de elegir su rumbo.
Luego de unos segundos me doy cuenta que ya termino. Mi cerebro piensa a mil por hora, pero en ese momento siento que mi corazón me dice que no es momento para pensar, por primera vez puedo elegir lo que yo quiero y no lo que la vida que mis padres me dieron. Mi corazón me dice que si siento cosas por Dylan.
—También te quiero — digo y una luz sale de sus ojos- pero entiende, que esto es difícil de asimilar tendrás que ser paciente conmigo. Y la verdad, aunque no quería aceptarlo, pero también me enamore de ti.
Sus labios chocando con los míos no me dejaron continuar, tarde unos segundos en corresponderle, pero le respondo con la misma pasión. —No sabes cuánto necesitaba eso — susurra Dylan sobre mis labios.
—No quiero una película porno haya atrás asique por favor controlen sus manos.
Escucho decir a Tyler, pero cuando lo volteo está sonriendo.
—Miren — Dylan apunta hacia enfrente y a lo lejos logramos ver los dos autos negros.
—Acelera — ordeno.