El agente de campo de OCCET terminó de ponerse de pie, en efecto se encontraba en una especie de supermercado: paredes blancas, luces colgando del techo, estantes con productos del hogar y piso de baldosas blancas y negras.
Pero lo que realmente le importaba a Lautaro ahora no era el lugar donde se encontraba sino con quien se encontraba, en uno de los estantes se encontraba un pequeño gusano negro. Este se movía al lado de los platos y vasos a la venta, tenía un solo ojo en su centro, pelitos grises y su largo era el de la palma de una mano.
–¡Tuuuu! –Le apuntó con el dedo índice Lautaro al recordar la voz que provino del ser. El recuerdo de la primera vez que se lo encontró con el de ahora no coincidía en su cerebro–. ¿Qué te sucedió? Antes eras más alto, intimidante y con tentáculos.
El gusanito ciclope negro trepó por un vaso de vidrio para estar más a la altura del agente. –Me estoy concentrando en mantenernos aquí, no me preocupé por replicar mi cuerpo tal cual, es solo la manifestación de mi conciencia.
Reaccionando sin previo aviso tomó el vaso donde estaba el gusano y agarrando otro los unió dejando al gusano atrapado dentro de ambos. Similar a un castillo de naipes, todo se cayó dentro de la mente de Lautaro. –¿Mantenernos aquí? –Al estar seguro que su objetivo no escaparía se puso a analizar con mayor detenimiento el lugar.
El supermercado donde se encontraba parecía expandirse infinitamente hasta donde llegaba su vista, había algunos carteles colgando del techo que decían “NOCHE” de color azul oscuro. –Tampoco iba a escaparme, esto no hace falta –habló el gusano dentro de los dos vasos.
Recordando sus clases en la academia el agente de OCCET llegó a una conclusión, frunció el ceño mirando a Sirio. –¡¿Me trajiste a un maldito Punto Nexo?! –Él tenía que usar ambas manos, cada una para sostener uno de los vasos y mantenerlos unidos.
Eso era incómodo y un problema, así que se acercó a una repisa y sacó el plástico envuelto en unos platos, dejó uno de los vasos en el estante y se apresuró en tapar la boca del otro con el plástico para evitar que el gusano escapara. Así le quedaba una mano libre y si guardaba el vaso en su bolsillo… él se acaba de dar cuenta de que no tiene pantalones, ni una remera, estaba en ropa interior al igual que cuando se había acostado.
–Te lo dije antes de entrar –dijo el gusano ciclope negro–. Hay formas más fáciles de hacer esto pero tú las arruinaras. Hacer que nuestras conciencias viajen por un Punto Nexo era lo más fácil para evitar que retomes el control del cuerpo y me entregues a tu Oficina.
Esto hizo enfadar bastante a Lautaro quien golpeo con fuerza el vaso de vidrio sobre un estante, el pobre gusano dentro se sacudió como si experimentara un terremoto. –¡Idiota! Los puntos Nexo están habitados por monstruos, nos mataran. –El agente soltó el vaso para dar vueltas alrededor de su propio eje pensando en que podría hacer ahora.
–Los Merodeadores solo atacan a los intrusos.
El joven se detuvo para fulminarlo con la mirada. –¡Lo sé! Solo los Trotamundos, usuarios de Thelema pasan por aquí, y adivina que ¡Yo no uso Thelema! Me van a atacar si me encuentran. Tengo que apresurarme en salir y contactar con la Acronopolis.
–Tranquilo Lauti.
–No me digas así.
–Tu conciencia está vinculada a la mía, si te quedas cerca mío no te atacaran.
La expresión molesta de Lautaro se volvió una más inexpresiva, agarró el vaso con el gusano dentro para colocarlo en el suelo y él se sentó en frente con las piernas cruzadas. –Esta claro que eres un maldito y no tengo muchas opciones ¿Qué tienes en mente hacer?
Rápidamente Sirio empezó a hablar, y sonaba algo preocupado. –Jade no responde los mensajes. Si su relación toxica es el problema entonces quiero ver universos en los que no esté en pareja o esta sea diferente, eso debería cambiar su situación actual.
Los ojos del agente de OCCET se blanquearon y se puso de pie, otra vez molesto. –Oh claro, perfecto ¿Eso es lo que tu especie hace no? Destruir realidades. Veamos cómo es la cosa en otro Volumen de Hubble y cambiemos la situación en el que estamos, descarrilémoslo del Horizonte de Sucesos y destruyámoslo. Perfecto.
La voz del gusano, que llegaba directamente al cerebro de Lautaro, ahora sonaba un poco más seria, como para bajarle un cambio a los nervios del muchacho. –Tranquilízate un poco. Tú eres de la Oficina, deberías saber qué cambios insignificantes no afectan en nada.
El agente agarró el vaso para levantarlo a la altura de su rostro. –Pero pueden generar un efecto mariposa, en miles o decenas de miles de años el Volumen de Hubble se descarrilará. Debo proteger realidades, no destruirlas.
Los pequeños y finos pelos grises del gusano ciclope se endurecieron de repente, Sirio los usó para romper el plástico y salirse del vaso de regreso a la repisa. Lautaro dejó caer el vaso e intento atrapar al gusano entre sus manos, pero no logro reaccionar a tiempo. –No voy a perder más tiempo, haz lo que quieras. Yo buscare otro universo donde Jade sea feliz para ayudar a la nuestra. –Cerrando la conversación allí el gusano comenzó a arrastrarse por las repisas y alejarse por el pasillo.
El joven se quedó perplejo observando la situación unos momentos, nunca antes había estado en un Punto Nexo y aunque conocía la teoría al respecto no sabía cómo salir de ahí. Y aunque lo lograra ¿Cómo contactaría con OCCET? Lo único que podría hacer era regresar al Volumen de Hubble de antes para recuperar sus cosas enterradas, pero solo Sirio podría hacerlo volver, y se estaba alejando de él.
Sumado a eso tampoco tenía ningún tipo de arma para enfrentarse a los seres que habitan este lugar, podría improvisar algunas, tampoco pasaría hambre porque había mucha comida, pero si estaría atrapado por tiempo indefinido. Y al encontrarse en ropa interior se sentía todavía más desprotegido de lo normal, tendría que buscar un conjunto de ropa también.
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Editado: 26.01.2024