Sin saber por qué-Manuel Medrano (no queda con exactitud, pero fue de inspiración para esta parte)
https://www.youtube.com/watch?v=CfGY8PP6G7w
La idea de que pudo ser peor es lo único que me reconforta, pero, también esta la otra parte que dice que pudo ser mejor, ¿por qué negarme a eso?
Lo que me temía, aunque en realidad no sé porque razón, sería una simple compañera de trabajo más que al darse cuenta del tipo de lugar al que se fue a meter trataría de escabullirse lo más pronto posible, pero por ahora estará aquí, a unos cuantos pasos de mi.
Tal vez podría acercarme, tal vez debería de decirle algo, es decir ¿en realidad debería? No soy capaz, dicen que la valentía consiste en enfrentar nuestros miedos, ¿debería ser valiente y enfrentarme a la lucha en mi interior que sucede cada que ella pasa delante mío? No, no lo haré.
O tal vez sí...Allí esta de nuevo, sonriendo como si no existieran preocupaciones...esperaría una oportunidad, el momento justo en donde todo pareciera natural y espontáneo, el momento justo en el cual no pareciera que llevaba rato planeandolo y debatiendome sobre ello.
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Ya es hora de irse, creí que a la hora del almuerzo podría pasar pero me di cuenta que había demasiadas personas alrededor como para atreverme, ahora sólo me quedaba esperar el autobus y aterrizar en mi realidad por milésima vez consecutiva.
-Esta lluvia es horrible ¿cierto?, y yo que olvide traer una sombrilla.
-¿Perdón?
-Oh, lo siento, esta lluvia...¡Dios!- Pensando que acababa de cometer una imprudencia.
-Eh, si, si, lo siento, es...si.
-Hombre de pocas palabras ¿eh? Trabajas aquí también ¿cierto?
-Si, yo...
-¿También esperas el autobus?- Dijo, sin dejarme terminar.
-Eh, si, si lo estoy esperando...también, si.
-Ujum, o por cierto, soy Melisa, o Meli, algunos me llaman así, puedes usarlo si lo prefieres- Y sonrió, sonrió como siempre lo hacía.
-Oh, yo...un gusto, yo soy Adrián, mi nombre es Adrián- Dije, bajando un poco la cabeza, cómo si fuera un motivo de vergüenza.
Se escucho un ruido fuerte, volteamos a la vez y observamos que el autobus que esperabamos se acercaba, este se detuvo justo en frente tan de repente que incluso nos salpico un poco de agua, a lo que Meli rió y subió apresuradamente, y yo pues me quede en alguna especie de estado de shock, sin tener idea de lo que acababa de pasar.