Entre dos Hogares

¡QUE ESTOY PROBANDO LAS CAMILLAS!

Me encuentro muerta de sueño me quede toda la noche haciendo guardia y esta mañana debería estar de vuelta a casa pero Antonio, mi amigo me dijo que cubriera su guardia, hoy se encontrara con su novia, ella está haciendo su servicio en otro hospital y muy pocas veces se ven. Así que ya que. Estoy muerta, muerta, muy muerta ya ni el café, ni la coca, ni nada me despierta. Me dirijo a revisar a los pacientes de las camillas, que envidia, la camilla #9 está vacía, ya acabe mi revisión, supongo que 15 minutos de descanso no me vendrán mal, me aseguro de que nadie me vea, paso las cortinas, me dispongo a descansar.

-hmm, déjenme 5 min. Zzzzzzzzzz

Siento que alguien me mueve, ay que fastidio.

-por favor, déjenme dormir.

-¡¡¡¡¡¡señorita!!!!!

-¡QUEEEEEEE!

Uy no, no, no, no, no, el doctor Zepeda.

-¿me puede explicar esto señorita Márquez?

-yo eh…, doctor, no piense mal yo solo…yo solo estaba probando las camillas, si eso, yo estaba probando las camillas, que tal si llega un paciente que le duele bastante la espalda, no podemos tenerlo en una camilla tan dura.

Lo miro suplicando que me crea si como no. todas las camillas son iguales, ay tonta.

-mire que conveniente

-sí, eh yo me…… voy a hacer mi ronda.

-no ya que está aquí, atienda este paciente.

No me había dado cuenta que traía paciente, bueno ya ni modo, creo que con el susto se me quito el sueño.

-claro no se preocupe.

El doctor se fue y ya tenía al paciente. Dando mi mejor sonrisa me dirijo a él.

-¡Hola!, yo lo atenderé el día de hoy.

-de hecho ya me atendieron, solo me dijeron que debía reposar unas horas y después me darían mi alta.

-bien, debo pasarlo a la camilla, déjeme hablarle a alguien que me ayude a pasarlo.

-espere.

-¿si?

-la camilla ¿esta cómoda?

Ay menudo tonto, sin perder la sonrisa, le contesto que si

-bien me alegra que este hospital revise las comodidades de los pacientes, con su propio personal.

-sí que maravilla, si me disculpa

-espere, yo solo me lastime el pie. Solo ayúdeme a pararme.

-ok.

Lo tomo del brazo y lo ayudo a sentarse en la camilla, después acomodo sus pies, me dirijo a su cabeza para acomodar la almohada, pero él me toma del brazo.

-¿Qué hace?

-míreme

Y como tonta lo miro

-es hermosa

-sí, la camilla es hermosa.

Sabía a lo que se refería pero que ni crea que caeré ante él, seguro y es casado. Y este solo se ríe.

-me refiero a usted

-lo se, soy hermosa

-qué bueno que lo sepa

-me lo dice mi novio siempre

Su sonrisa se desvanece, jajaja me rio para mí, ni a pretendiente llego.

-gracias señorita.