Aria sentía cómo su piel ardía mientras luchaba por respirar, sintiéndose ahogada en las profundidades del lago. Desesperada por salir, se dio cuenta de una fuerza implacable que la sujetaba, impidiéndole escapar. La oscuridad la envolvía por completo, y la idea de morir de esa manera era insoportable. Sin embargo, de repente, una luz azul brillante la envolvió, liberando una poderosa energía que recorrió su cuerpo. Su piel se transformó en escamas doradas y azules, otorgándole una mística armadura en las piernas y cintura. Flores doradas con detalles azules adornaron su pecho y brazos, mientras delicadas algas marinas se entrelazaban en ellas. Su cabello negro se volvió dorado y ondulado en las puntas. Y finalmente, sus piernas se convirtieron en una hermosa cola de sirena que brillaba con resplandor.
El agua a su alrededor se volvió brillante y los peces se acercaron formando un remolino de colores resplandecientes. Aria se sentía extraña y asustada, no le gustaba tener una cola de pez en lugar de piernas. Pataleaba de arriba abajo, soltando gritos de terror, sin saber qué hacer. Los peces que se amontonaron a su alrededor comenzaron a hablarle en un idioma desconocido, pero misteriosamente lo entendía.
—No tienes nada que temer, brillante luz — decían los peces en su propio idioma —. Has logrado tu transformación a Sirena desde tu nacimiento. ¡Es increíble! Eres una sirena de luz, una de las más hermosas en el mundo marino.
— ¿Sirena de luz? — preguntó ella confundida —. ¿Qué es una sirena de luz?
— Pensé que ya lo sabías — dijo en tono suave y dulce —. Déjame darte una corta explicación: Las sirenas de luz son aquellas que poseen colas distintas a las normales. Estas colas no se mueven como las de las otras sirenas, sino que se asemejan a las de una cometa, dejando una estela de resplandor dorado mientras nadan. Las sirenas de luz aunque no son tan fuertes como las Sirenas De Fuego o las Sirenas De Ribets, tienen una gran delicadeza y poseen habilidades mágicas únicas, como la capacidad de comunicarse con otros peces, al igual como lo estás haciendo ahora conmigo — Aria pestaño repetidamente, sorprendida —. También tienen poderes que la mayoría de los seres mágicos no pueden controlar. Además, a diferencia de la mayoría de las sirenas, lucen hermosas con su cabello dorado que les da protección para no ser encontradas con facilidad. Sin embargo, tienen una importante obligación, su mayor deber es proteger a todas las criaturas del mar.
— ¿Cómo se supone que tenga que reaccionar ante esta noticia?
— Es una gran noticia. Con el tiempo verás lo maravilloso que es ser una Sirena De Luz.
Los peces desaparecieron cuando sonidos comenzaron a sonar desde los arbustos, segundos después Aiden apareció junto a los gemelos, quienes abrieron la boca al compás sorprendidos por lo que venían. Aria por su parte movió solamente su cola de sirena la cual dejaba un resplandor dorado cada vez que era movida. La chica se sumergió en el agua y podía ver claramente la arena, los peces y todo lo demás. Su percepción estaba fuera de lo normal. Fue la mejor sensación de su vida, pero aún tenía muchas dudas. Cuando volvió a salir, nadó rápidamente hacia la orilla y se sentó en la arena. Poco a poco, su cola de sirena fue desapareciendo, volviendo a tener su aspecto normal, ahora desnudo.
— Aria, ¿qué demonios...? — exclamó sorprendido Aiden acercándose a ella —. ¿Desde cuándo eres una sirena y por qué no lo sabía? ¡Es increíble! ¡Fantástico! ¡Alucinante! ¡Espléndido!
— Soy descendiente de sirena desde siempre. Parece que ya me he transformado —respondió cubriendo su cuerpo, sintiéndose expuesta a todas esas miradas sobre ella —. Soy una sirena de luz, ¿y podrían dejar de verme? Estoy desnuda. ¡Voltéense!
Los chicos rápidamente se giraron, aunque con una sonrisa en sus caras. Aria se puso un vestido de algodón que parecía surgir del agua. Sabía que estaba hecho de agua y se fundiría si se acercaba demasiado a la superficie. Se levantó y se alejó del agua. Ellos comenzaron a caminar. Aiden junto a Hiro preguntaban a Aria acerca de cómo se sentía con la transformación, aunque ella intentaba no responder, al final terminó por hacerlo. Ellos estaban mucho más emocionados que ella.
A Aria le costaba un poco caminar debido a que su tobillo le hacía que su caminata fuera un tanto complicada, ya que no había sanado como se debía. Aria caminaba a pasos cortos, pero ponía todo su empeño en andar lo más rápido que podía. Se dirigió hacia la cabaña de los dormitorios, donde se encontraba Jannie, quien al verla caminar así no dudó en preguntar:
— ¿Debería mal pensar por la situación? — dijo ayudándola a sentarse en un mueble. La casa era compartida por nueve alumnos, entre ellos estaban Han y Elara.
— No, para nada, Jan. Solo me torcí un poco el tobillo hace tiempo y no me ha sanado como se debe, eso es todo. — respondió Aria, sintiéndose incómoda con la pregunta de Jannie.
— Espero que tu tobillo sane. Podrías ponerte hierbas curativas. Están en el salón de botánica y siempre curan todo — dijo, tocando su cabello el cual produjo un fuerte viento que asustó a Aria —. ¡Lo siento mucho! No era mi intención.
— No, tranquila, no sucede nada. Y te haré caso con las hierbas. Ya no soporto caminar como manca.
— Está bien. ¿Quieres comer? Hay Dragon Pan. — Jannie dijo con emoción. El Dragón Pan era sin duda su comida favorita. Consistía en una base de harina de arroz y polvo de caracoles, con un agregado de flores y alimento mágico. Una opción muy típica de Astryl, el pueblo nativo de Jannie. Jannie la preparaba a la perfección. El pan era crujiente por fuera y suave y jugoso por dentro. Un manjar.
#5232 en Fantasía
#1146 en Magia
magia brujas fantasmas vampiros, magia brujas sirenas, amor romance dudas odio misterio
Editado: 17.01.2024