Aria entró en la habitación y lo primero que vio fue una pequeña caja de música de metal plateado. Estaba llena de polvo, y de ahí salía una canción. Mientras Aria dejaba su bolso encima de la cama, se preguntaba de dónde había salido aquella caja. No creía que Jannie la hubiera dejado ahí pues antes de que salieran para ir al campamento, ella no tenía nada en las manos. Tomó la caja y la revisó por todos lados. Tenía símbolos extraños, en forma de huesos y cruces. Ella limpió el polvo lo que reveló unas letras en dorado: "Taniksa lyia seianlaia".
—Oh, esa es la caja de música de Damerium — pronunció Lumaria —. Según la leyenda, cuando el rey Jeremías creó la caja de música, también creó algo más. Un poder tan inmenso capaz de destruir todo lo que conocemos. Aquellas letras significan “La Leyenda de la Tierra Oscura” — Aria pasó sus dedos por la caja —. Cuenta la leyenda que el rey esperaba que ese artefacto le diera el poder de crear un reino sin oscuridad, otorgándole la sabiduría necesaria. Sin embargo, como todo ser humano, él no era perfecto… La ambición lo cegó por completo y la caja de música, aunque se convirtió en un camino para la luz, también lo fue para la oscuridad. Algo salió terriblemente mal y un poder maligno fue otorgado a la caja musical. Se dice que fue un demonio llamado “Zentyaonario”
— "Zentyaonario" es un nombre desconocido para mí, pero suena a una fuerza maligna. ¿De qué tipo de magia estamos hablando?
— Una magia oscura, poderosa y destructiva. ¿Recuerdas la clase de Historia mágica? — Aria asintió —. En aquella clase, la profesora Mirable habló sobre el poder Zentya. Los Zentya eran un pequeño grupo de personas que en algún momento encontraron la caja y obtuvieron ese poder tan venerado por algunos, pero temidos por otros. Se dice que ya no existe ninguno en la actualidad. Todos fueron misteriosamente asesinados. Nadie sabe quién empezó la cacería, y tampoco se cuenta en los libros de historia. Aquella masacre todavía sigue siendo un misterio total. La última Zentya conocida fue Irina, hace ya diecisiete años. Se dice que el poder de la caja le transfirió un poder tan grande que ella se volvió loca al no saber cómo utilizarlo. Muchas personas a lo largo de los años han intentado encontrar la caja, pero esta no se deja ver ante nadie… pero ahora está en tus… manos.
Aria guardó silencio. Nunca había podido imaginar algo así. Un poder demoníaco se escondía en la caja que ella tenía en sus manos. Pensar en eso le resultaba simplemente aterrador. Todo parecía tan surrealista, muy distante de las aventuras mágicas y los destinos bendecidos por hadas de las leyendas. Era una historia de terror, llena de sangre y muerte.
Aria soltó la caja de música al sentir una mano tocar la suya. Un grito de dolor escapó de su boca cuando su brazo comenzó a arder y ser cortado. Se sentía como si una cuchilla afilada estuviera siendo pasado por su brazo con una velocidad impresionante. Sus piernas las traicionaron y ella cayó al suelo de la habitación. Letras extrañas comenzaban a surgir en su brazos. Luminaria, quien se encontraba flotando, no sabía cómo reaccionar ante lo que sus ojos veían. Estaba completamente paralizada y aterrada.
—¡Luminaria! ¿Podrías decirme qué está sucediendo — grito con miedo —. ¿Qué carajos es esto? ¿Por qué…porque me están apareciendo letras en el brazo?
— Uhm... — ella se movía nerviosamente, buscando las palabras correctas. Después de un momento, finalmente habló: — Según la antigua leyenda, dicen que aquellos que se transformaron en un Zentya tenían una marca en el brazo cuando sus cuerpos fueron descubiertos. Era una especie de tatuaje, pero hecho con su propia piel... Aria, creo que te estás convirtiendo en un Zentya…
— Me estoy convirtiendo en un… ¿Qué? — Ario hizo un gesto y soltó un gemido de dolor. Con el paso de los segundos las letras se hacían más visibles. La sangre que salía de su brazo comenzaba a manchar el suelo. Aria tenía un trauma con la sangre. No la soportaba. Le daba mucho miedo verla después de todo lo que pasó.
—Aria, creo que al tocar la caja musical el demonio… — dijo Luminaria asustada.
Aria dirigió su mirada a la caja que estaba a unos centímetros de ella. La pateó lejos de ella. De repente sintió un profundo dolor en su pecho. Las letras en su brazo ya estaban formadas. Aquello era difícil de creer. Luminaria junto a Aria no podía dejar el brazo ensangrentado. La caja se deshizo en polvo, el cual se convirtió en un humo que llenó toda la habitación. Aria comenzó a toser fuerte. Cuando el humor, la habitación quedó sumida en un profundo silencio solo siendo interrumpido por la fuerte respiración agitada de Aria.
— Aria… ¿cómo te sientes? — preguntó Luminaria con voz preocupada — Eh, ¿quieres que busque ayuda?
— Siento que voy a morir. Es una sensación horrible —cuando estaba por levantarse, la puerta se abrió y de repente Jannie entró seguida por Aiden, Han y Lara quienes quedaron petrificados ante la escena que se desplegaba en sus ojos. Aria intentó hablar, pero no pudo articular palabra. Sólo pudo señalar hacia sus brazos donde las palabras estaban impresas.
Han se acercó a paso lento a ella y se agacho sin importarle que su pantalón se manchara con la sangre. Tomo suavemente el brazo de Aria y lo observo por unos segundos. Aria estaba incómoda con la mirada de todos sobre ella. Han miró a Aria sin comprender lo que había sucedido para que ella tuviera esas letras en su brazo. Han apretó sus labios con fuerza.
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Editado: 17.01.2024