CAPITULO III- Una huésped bienvenida.

Lo único que puedo hacer es mirarlo horrorizada, ¿Por qué? ¿Por qué me está pasando esto de nuevo?

-¿Te crees qué puedes venir aquí a fingir qué eres una persona importante? ¡Eres una niña triste y patética! ¡¿Cuanto le has pagado a ese actor para qué pretenda ser tu novio?!

Cada una de sus palabras son como una bofetada, llevo mis manos a mis oidos para evitar seguir escuchando. Mis dedos se aferran a mi cabello con fuerza. Cuando esto sucedía antes, yo sencillamente me aislaba en mi propia mente y pretendia que nada pasaba. ¡Pero yo ya no soy así! ¡Ya he tenido bastante!

Levanto la cabeza y lo miro directamente a los ojos, es hora de enfrentar a este monstruo. No puedo pensar en otra cosa, lo único que quiero es verlo destrozado.

-¡Cállate! ¡Cállate! ¿Te crees el dueño del mundo solo por qué tu posición en este antro es un poco más alta que la mia? ¡No! ¡Lo único que tienes que no tengo yo es un ego frágil y patético que intentas retomar torturando a los demás! ¡ASÍ QUE EL ÚNICO PATÉTICO AQUÍ ERES TÚ!

Mi pecho sube y baja rápidamente. De pronto, todo esta en silencio. El monstruo - gerente - me mira en estado de shock. ¡Por fin se lo he dicho en la cara! Una expresión de furia infinita aparece en su rostro. Entonces acerca su feo rostro al mío, su respiración está agitada.

-¡¿Como te atreves a decir que soy patético?! ¡No me importa que tu amiguito esté aquí! ¡Voy a obligarte a que cierres esa boca insolente que tienes!

Como en cámara lenta, veo su mano levantada a punto de golpearme. Levantó mis brazos para protegerme.

Cierro los ojos, preparandome para recibir el golpe. Mis ojos cerrados se llenan de lágrimas.

-¡NO TE ATREVAS A TOCARLA!- Una voz fuete resuena en el baño, abro los ojos y veo la mano de Caden sujetando el brazo del gerente.

-¡Tú! ¡No me importa quién seas! ¡Sueltame ahora mismo!

-¿En serio? ¡Entonces supongo que no te importará que me encargue de que cierren tu restaurante!

-¡Ja! Tus amenazas vacías no me asustan, niño lindo. ¡No tienes pruebas!

Caden levanta el celular, mostrandole una grabación. El video contiene varios minutos de grabación, el gerente se pone completamente pálido. Caden,en cambio, lo mira con una sonrisa desafiante en los labios.

-¿Qué te parece mi pequeña amenaza ahora?

-¡Es...espera un momento! ¿Por qué no hablamos de esto?- Caden empuja al gerente a un lado, se inclina a mi lado y me abraza llevandome a su pecho.

-¿Estas bien?¿Puedes ponerte de pie?-
Hago mi mayor esfuerzo, pero mis piernas tiemblan demasiado.-Tú sujétate de mí. - Me aferro a él. Extrañamente, su calor y voz me hacen sentir a salvo.

-Por favor, sácame de aquí... - Mi voz es suplicante. No puedo ver la expresión de su rostro, pero Caden hace lo que pido. Caden me acerca a él y los dos salimos del restaurante.

-¡Espera...! ¡Te...tenemos que hablar de esto!

Caden mira hacia atras y le da una gélida mirada al gerente. Siento que su mano en mi cintura se tensa y su voz aquiere una frialdad que nunca antes había oido.

-No, ya hemos terminado.

Unos minutos después, estamos en el auto, alejándonos del restaurante. Sin embargo mi cuerpo no deja de temblar... 
El viaje es muy silencioso. Esta vez, estoy muy agradecida por eso.

Miro por la ventana, mis ojos llenos de lágrimas tibias. Al final, no lo pude evitar y deje que las lágrimas corrieran.

-¡¿Por qué ha vuelto a pasarme esto?!-grito frustrada, por mi propia debilidad. No me atrevo a mirar a Caden. No cuando estoy así, hecha un desastre. Sigo mirando por la ventana.-Pase lo que pase. Nunca podré enfrentarme a el... - Después de un momento, oigo una respuesta suave.

-Sé exactamente cómo te sientes.- Su tono es tan tranquilo y suave que es casi imperceptible. Sin embargo, está cargado de dolor. Me pregunto quien lo habra lastimado...

Me desplomó en la cama de inmediato, mi cabeza sigue recordando lo sucedido. Es un error. Cada vez que pienso en eso, mis ojos se llenan de lágrimas.

-¿Por qué demonios tengo qué ser tan débil?

-¡EH! No digas eso, Jane...

-¡AHH! - Una vez más, Noah aparece de la nada. -¡¿Cuántas veces te he dicho que tienes que llamar a la puerta?! - Enojada, le tiro una almohada. Noah la esquiva fácilmente y sonríe.

-Lo siento, es un mal hábito.

-¡Eso no es una excusa! -Le tiro otro almohada.

-¡Esta bien! ¡La próxima vez llamaré!

-¡Eso espero! ¡Oh no volveré a hablar contigo!

-Vamos, no seas así. Soy tu ángel de la guarda, después de todo...

Lo miro con incredulidad.

-¡Ja! ¡Mi ángel de la guarda! ¿Donde estabas cuando más te necesitaba?

Noah se frota la nuca arrepentido.

-Lamentó mucho llegar tarde. Se que no es una buena excusa, pero...

-¡Para esto me habrías dejado muerta cómo estaba! - Lo interrumpo furiosa. Se que no estoy lidiando bien con el tema, y que nada de esto es su culpa... Sin embargo, me estoy desquitando con él.

-Por favor no digas eso, Jane... Tratemos de ver el lado positivo.

-¿Qué lado positivo? ¡Ese maldito hijo de puta a vuelto a tratarme como basura! ¡Y hoy incluso a intentado pegarme! ¿Así qué el lado bueno es que tienes nuevas formas de asustarme? - Se perfectamente que estoy siendo injusta, pero no puedo evitarlo. -¿Y sabes que? ¡Me sentí aún más humillada y patética que nunca antes! Dijistes que debía vivir sin ningún temor, ni arrepentimiento. ¡Apenas llevo un día así y ya me arrepiento de lo que he hecho!- Noah me mira en silencio, aturdido. Mi respiración es agitada. Solo después de calmarme un poco me doy cuenta de las cosas que eh dicho... Oh, no... ¿Qué he hecho? -Noah...yo...

-Esta bien, Jane. - Noah sonríe como siempre, pero puedo verlo... Mis palabras lo han herido. - No es necesario que te disculpes ni que digan nada más... Admito mis errores, así que no te enojes contigo misma.- Noah sonríe amablemente, acariciando mi cabeza suavemente. Pero nada de esto es su culpa... Debería disculparme, pero no lo hago.
-Haz tenido un día muy malo, así que te dejare descansar. Vendre a verte pronto. Cuidate, Jane.