Por un momento pensé que estaba siendo capturado, hasta que las risas de él me hace volver a mi misma, levantó a Victoria, mientras me acerco hacía él, haciendo que Hiro sienta mi presencia, Ethan y Alexander estaban sentados en la fogata. Le doy un golpe en la espada, haciendo que los soldados se queden en silencio.
—Ya apareció la señora — Le dicen mientras los miro feo —. Mi señora, soy friedrich, jefe de los rebeldes del sur. ¿Señorita Victoria?
—Tío Fried — Saluda Victoria, mientras lo abraza, me sentía fuera de lugar, hasta que veo a Caleb riendo con otros caballeros, me acerco a Ethan mientras le quito la cantimplora de licor, sentándome con ellos.
—Gracias por avisarnos — Les digo bebiendo de una, era demasiado.
—Perdón, pero era descortés irnos así nada más Sofía — Me dice en un tono ido Alexander.
—Alexander de Priego padre de familia y borracho — Sonríe, mientras me ofrece sus verduras, pues estaba comiendo, hasta eso le habían dado.
—Mejor a la abandonada Sofía de Clue — Me río para no llorar, porque me había dolido.
—¿Sofía de Clue? ¿La duquesa de hierro? — Pregunta uno de ellos mientras todo el campamento se queda en silencio mirándome, eso me hace recordar al emperador, pensaba que era mentira, mi piel se enchina, mientras Sebastián llega.
—Si, yo soy la duquesa de hierro. Sofía Anahí de Clue, actual duquesa — Remango los pantalones hasta la altura de las rodillas dejando que vean mis cicatrices, habían bajado las marcas, pero aún quedaban heridas, jalo de mi camisa el cuello para que vean la herida de mi hombro, tenía miles de cicatrices que en este momento no me causaron inseguridad eran recuerdos de todo lo que pase, pero ahora no tenían sentido… —. Tenía 16 años cuando mi padre se fue a la guerra, cuando tenía 18 fui yo a la guerra y al cumplir 22 estoy de nuevo en otra.
Caleb me mira atento mientras Victoria solo se queda allí.
—Necesito su ayuda para hacer que el norte sea de nuevo gobernado por la familia real y sea asesorado por la mía — Hecho la bomba mientras ellos se miran entre ellos, el jefe de los caballeros me mira.
—¿Qué ganamos nosotros? — Pregunta el astuto hombre.
—No prometeré que no habrá más guerras porque realmente no puedo prometer eso, pero haré un mejor mundo para ustedes, en lugar de ser un imperio y varios reinos, podemos fusionar todo, y hacer que ustedes también tomen decisiones — Les digo sonando demasiado fantasioso —. No por medio de un noble, si por ustedes.
—¿Estás hablando de destituir la monarquía? — Sebastián me mira, sus ojos estaban blancos.
—Es mi plan para las futuras generaciones, ir quitando responsabilidades de poco a poco. Porque un gran cambio, tiene una responsabilidad enorme que Dios y el tiempo se encargará de hacer — Voltean a ver a Sebastián.
—Si ella me lo dice, puedo jurar que lo haré, más bien lo haremos — Entendía ese significado yo jamas podría huir de la monarquía, veo a Caleb y sus ojos brillaban, no quería decir que el tuviera sentimientos por mí, pero su manera de mirar, me hacía sentir bien.
—Si ambos tomaran las riendas juntos aceptamos — Victoria estaba embarazada con su bebé, él me extiende la mano.
—Juntos, pero la Señorita Victoria será la ejecutora — Ella entra de nuevo a la conversación, no era mi lugar, declinó la mano de Sebastián —. Les pido que confíen en mí. El príncipe y yo hace mucho dejamos de ser una pareja, y la unión de nosotros es nada más por el interés político.
—No tienes que explicar. ¡Chicos! Nos vamos a la guerra — Todos gritan mientras celebran, los había convencido, estoy un rato con ellos para después irme a una de las casas de campaña, me acuesto en una de las camas soltandome el cabello, tenia mucho sin soltarlo varios mechones se caen, estaba sucio y enredado tanto que lo había cuidado, para que terminará así.
Victoria entra con un plato de chocolates y frutas, era difícil de conseguir, se sienta del otro lado de la cama, mientras me ofrece de ambos.
—¿No me odias? — Me pregunta mientras saca de su bolsa un cepillo.
—Al principio sí, ¿No me odiarías si fuera la novia de tu prometido? Pero luego entendí que no lo hiciste por lastimarme, no eres culpable de la manera en la que sobrevives — Empiezo a cepillar mi cabello. Me ofrece los últimos pedazos de fruta —. Comelos tu por el bebé.
—Yo no sabía que quedaría embarazada, para ser sincera no recuerdo mucho de esa noche, el emperador me había advertido que aceptaste ser la emperatriz — La miró mientras ella hacía señas de cepillarme el cabello.
—¿Ese mismo día? — Le pregunto mientras asiento, ese mismo día me había dicho que me amaba y se casaba con Sofía para salvar el estado, vaya manera de salvar el estado, ella se toma el tiempo para cepillarlo, pero unas lágrimas caen.
—Lo siento… — Limpio mi cara —. El me dijo que te hará emperatriz y a mi concubina, por el amor que nos tiene. Aceptará al bebé como suyo, pero el que tenga contigo gobernará.
—¿Por eso te enojaste? — Le pregunto, y ella asiente. Sebastián entra con Caleb —. No tengo intenciones de ser Emperatriz, ni estar en la realeza, de hecho…
Salgo de la casa de campaña dejando la familia, mientras que Sebastián me tomó de la mano, lo empujo molesta, varios soldados pasan mientras guardo la calma, no quería hacer algo que después me causara estragos, respiro un poco antes de que él me hablará.
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Editado: 13.06.2023