En el amanecer de mi vida deje se ver, todo lo que me rodeaba era una oscuridad dela cual era imposible escapar, solo el miedo me acompañaba. En el amanecer de mi vida deje de escuchar, nunca más sería capaz de oír los trinos de las aves, ni mucho menos la caída de la lluvia, solo el dolor ensordecedor me acompañaba. En el amanecer de vida deje de sentir, ni una sola caricia, tampoco el suave roce de labios, nunca volvería a sentir el cafúne, solo el horrible silencio hacia acto de presencia. En el amanecer de mi vida ya no era capaz de sentir tristeza, nada me desconsolaba, nada me hacía fluir una lágrima, y solo la rutina era capaz de sentir. En el amanecer de mi vida ya no era capaz de ser feliz, ni la mis mejores recuerdos despertaban esa emoción, tampoco mis cosas y personas favoritas. ¿Acaso seguía siendo un humano?