Promesas

Atrapada en densa niebla, sofocante,
mi mente, una jungla, me mantiene presa.
Me siento encerrada en mi refugio seguro, pero que también me puede atacar.
Te dije que te amaba, aunque a menudo mentía.
Prometí llevarte al cielo, pero solo rompí tus sueños.
Prometí cambiar, pero solo te traje dolor.
Quiero amarte, pero solo puedo odiarte.
Nunca aprendí a amarme a mí misma y desearía que eso fuese mentira.
Anhelo amarme y poder llevarte al cielo que soñamos, pero cada día que pasa, el deseo se hace más imposible.

Desearía que todas las mentiras se volvieran verdad,
quisiera que nuestras promesas rotas se hicieran realidad
y cumplir los sueños que de niña soñamos.

En cercanía con mi alma, me doy cuenta de que este dolor no es solo mío,
entonces, ¿a quién le pertenece tanto dolor y tanto desvelo?
Tantas noches sin dormir y el abuso de mi corazón,
¿dónde queda mi amor y mis sueños por cumplir?
Nunca aprendí a amarme a mí misma y desearía que fuese mentira,
anhelo amarme y poder llevarte al cielo que soñamos, pero cada día que pasa, el deseo se hace más imposible.

Que todas mis promesas y mentiras sean solo fantasía,
que los sueños de esa niña dejen de ser solo fantasía.
Quiero que vuelva a reír, a soñar, sin que yo le vuelva a romper el corazón,
que salga de la prisión dorada que le creé, temiendo cortarle las alas.
Siendo yo al final quien le cortó las alas, dejándola sola y abandonada,
sin alas, con una puerta abierta pero con miedo de ser lastimada,
si ya fue lastimada miles de veces por su supuesto confidente, ¿por qué no volvería a ser lastimada?