(11)
Taylor:
Cierro los ojos con fuerza al escuchar cómo abren la puerta de golpe y sentir la manada que se aproxima, son los únicos en abrir la puerta de mí oficina sin autorización además de Denzel.
Lucen impecables con sus trajes, pero sus caras dicen todo lo contrario, una resaca a mil tienen, yo a pesar de todo estoy bien ya que cuándo me iba a bañar después de buscar ropa en mí auto le tomé una pastilla a Flor para tomármela.
Ellos buscan algunas sillas para sentarse y otros solo se dejan caer en el sofá, cómo si fuera el de sus casas.
—¿Qué mierda pasó ayer? —Lennox es el primero en preguntar pensativo—.
—Deja esa cara, ni que fueras cometido un crimen —Le digo sin dejar de ver la laptop—.
—¡Phoebe me dijo que estaba cantando hasta la Macarena! —Se altera, Peter no aguanta en reírse—.
—La verdad es que yo no me acuerdo nada —Habla Jeremy—.
—Farrell estaba cantando canciones en español, Andrew llorando mientras le enviaba un mensaje de voz de más de 35 minutos a Jesse, Peter bailaba solo —Empiezo—. Jeremy se creía un psicólogo más un espía en medio de una guerra y Thomas se quedó dormido hasta que despertó uniéndose a cantar con Farrell.
Termino, dejo de ver la pantalla para ver a los hombres que están en mí oficina, sus caras están en shock.
—Qué pena —Balbucea Jeremy—.
—Ayúdame Dios —Se tapa la cara Thomas—.
—¿Por qué se ponen así? —Se les burla Peter—.
—Tú lo dices tranquilo porque solo estabas bailando —A Jeremy se le sale su tono tajante—. ¡No cómo yo creyendo del FBI!.
—Trataste a tú esposa de Chucky cuándo te fué a buscar —Y con ésto que le digo hace un gesto dramático dejándose caer al piso en cámara lenta—.
—Con razón estaba cómo el mismísimo Chucky en ésta mañana —Dice—. Tengo que buscar que comprarle para que se le pase el enojo.
Saca su teléfono.
—¿Y nosotros que hicimos cuándo nos fueron a buscar? —Pregunta Peter—.
—No soy su jodido informador —Les digo volviendo a mí laptop pero ésta se cierra de golpe cuándo Lennox pone su mano en ella—. ¡Qué mierda con ustedes!.
—¡Dinos, que nosotros sí nos preocupamos por lo que hacemos! —Exclama amenazadoramente—.
Respiro hondo, sé que sí no lo digo éstos todo el día van estar atrás de mí cómo un jodido grano en el culo molestándome para que les diga.
—Peter motivaba a Belinda a bailar, tú cantabas una canción de Tito El Bambino —Le digo—. Thomas solamente le decía a Violet que es muy hermosa y que pronto iba a ser más de él, Andrew se largó a llorar de nuevo cuándo vió a Jesse, eso es todo.
—O sea que el más perjudicado soy yo —Se queja Jeremy—. Pero, me vas a decir que tú no hiciste nada.
Se intenta defender metiéndose conmigo, sacudo la cabeza para verlo.
—Yo no me comporto cómo una marica cuándo tomo —Les digo—. Son ustedes que con unas piscas de alcohol hasta se pueden dejar coger de quién sabe quién.
Hablo arisco ignorando el hecho que tuve a un pelo de decirle a Flor que la quería a mí lado, más comportarme cómo un pendejo admirando su hermosura, mí opción fué hacerme el dormido oyendo cómo las dos hablaban de que soy más imbécil borracho, <<La verdad es que sí>>, Con lo que le iba a decir a Flor es más que suficiente.
Y cómo si yo la llamara con la mente atraviesa la puerta ya que está abierta pero ésta la cierra cuándo se adentra.
—Qué caras tienen —Les dice a los muchachos—.
—Ni me lo digas —Le responde Thomas—.
—¿Sucede algo? —Pregunto—.
—Las fotos de los cantantes con la camiseta nueva de la selección Argentina está aquí —Me pasa el pendrive—. Ya todo está listo, solo se está esperando el día para publicarlo.
Asiento.
—El martes todos nos vamos a reunir para hablar sobre ello —Le informo, ella solo asiente—.
—Bueno —Se da la vuelta para irse pero me vé antes de hacerlo—. Selene está aquí conmigo, por sí quiere saber algo sobre ella.
Me da un poco de gracia el hecho que en la empresa me trata de señor, cuándo en otras ocasiones para nada me trata así.
—Dentro de un rato voy para allá.
Vuelve asentir yéndose del lugar y eso basta para que todos los hombres que se encuentran aquí se me acerquen.
—¿Dónde está Taylor? —Peter se hace el tonto—. Sí fueras el Taylor verdadero no la tratarías así, la tratarías con tú humor de mierda.
—Es la hija de Alexander —Le recuerdo—.
—¿Y eso qué? —Ahora es Andrew—. A ti desde cuándo te importan las tallas.
Me terminan hastiando.
—¡Váyanse de mí oficina ahora antes de que los saque a patadas! —Les advierto—.
—No mijo, suficiente tengo con el dolor de cabeza para salir de aquí con un dolor en el culo —Dice Farrell antes de salir y después lo siguen todos—.
—Sí te acuerdas de todo ayer, también te debes acordar sí o sí de las palabras que te dije, es lo único que recuerdo —Me dice Andrew antes de salirse de la oficina—.
Imbéciles todos.
Leo un reporte que me envió Farrell el día de ayer, para luego salir de mí oficina yéndome a la de Flor, encontrándome con ellas dos. Cada vez que veo esa adolescente me da un revolvimiento en el estómago, se parece tanto a nosotros.
Y cada vez que nosotros dos estamos en el mismo sitio todo se vuelve incómodo, ella no dice nada solo vé en un punto fijo del techo, Flor me vé mientras carraspea su garganta intencionalmente.
—¿Y muy bien, Sr. Nobéli? —Pregunta no sabiendo qué hacer—.
Dejo de mirar a la chica para ver los ojos esmeraldas, veo mí reloj mientras me pregunto qué hacer.
—¿Tienen hambre? —No me queda de otra—.
—Yo sí —Responde—. ¿Selene?.
Solamente asiente, levantándose de su lugar para salir primero de la oficina, Flor llega a mí lado viendo a la dirección en dónde se fue.
—Vas a tener qué hablar con ella cómo una persona normal —Empieza con sus reclamos—. No cómo un jodido robot al que le cuesta soltar palabras.