Entre Romance y Dragones

capítulo 15

Dos días después de la amenaza de los Mattorini a Cocidius, éste puso en marcha su plan para hacer que los mismos dragones sean quienes acaben con aquellos que lo traicionaron. En especial con el joven Nasim, quien había sido una piedra en el zapato de Cocidius desde hacía meses; y muy a su pesar; el chico tenía el mismo talento que su hermano mayor o incluso un talento más prodigioso. Si no quería ser encontrado, no lo sería.

Por esa misma razón es que ahora se encontraba esperando que los reyes dragón respondieran una videoconferencia que había hecho. El líder de los cazadores, a pesar de su corta edad; comparada a la de sus mayores consejeros; era muy listo en opinión de todos quienes lo conocían y lo conocieron. Apenas estaba cerca de sus treinta y contaba con una mente prodigiosa desde muy temprana edad. Aunque esa inteligencia venía de la mano con un fuerte ambición de poder que con el pasar del tiempo, no hacía mas que crecer.

Los reyes respondieron la videoconferencia. A pesar de que sabían que posiblemente Cocidius se trajera algo entre manos para tenderles una trampa o manipularlos, no tenían otra alternativa. Con la posibilidad de que su hija estuviera bajo el poder de su enemigo no podían arriesgarse. Desde su lado de la pantalla, Cocidius no pudo evitar soltar una carcajada repleta de burla hacia los reyes, quienes lo miraban con unos ojos repletos de odio, ira y resentimiento. El líder de los cazadores los tenía exactamente donde quería y lo sabía perfectamente.

-No pongan esas caras, majestades. Hago esta llamada con el único propósito de negociar y que lleguemos a un acuerdo que nos beneficie a todos- dijo Cocidius, sin dejar de lado su ligero tono de burla.

-¿Qué es lo que quieres?- dijo Lucas Mattorini desde el otro lado de la pantalla.

-Seré completamente honesto con ustedes. Tengo a la princesa Danica en mi poder, descuiden ella está completamente sana y salva. Pero antes de entregárselas quiero que busquen y acaben con alguien por mi-

-No haremos tu maldito trabajo sucio, Cocidius. Entréganos a nuestra hija o tendremos que..-dijo el rey dragón pero se vio interrumpido por Cocidius.

-¿O tendrán qué? Como yo lo veo no están en condiciones de exigir absolutamente nada. Tengo a su preciada hija bajo mi poder y si ustedes intentan algo en mi contra no dudaré en entregárselas en pedazos. Sin mencionar que, a pesar de sus amenazas; sus majestades; todos sabemos que a los dragones no les conviene una guerra. Los llevaría a la aniquilación total-

Cocidius decía la verdad y los reyes lo sabían. Así que no tenían de otra alternativa que cumplir con las exigencias de Cocidius si querían a su hija de regreso y si querían proteger a los suyos. Apretaron los dientes y puños con fuerza, se tragaron su orgullo, y ésta vez fue Helena Mattorini quien habló.

-¿Quién es la persona que quiere que busquemos?-

-Sabía que usted si sería más inteligente y sensata que su marido, querida reina. Verán, la persona que quiero que busquen es un joven adolescente de 17 años de nombre Nasim Llianco. Es un traidor que se ha metido en mi camino demasiado tiempo y es una amenaza. Si lo encuentran, les entregaré a su amada hija una vez que me haya desecho de ese inconveniente. Entonces todo quedará arreglado y mantendremos el tratado de paz. ¿Les parece bien? Aunque no es como si tengan otra opción más que aceptar- dijo Cocidius con una enorme  y cínica sonrisa en su rostro.

-De acuerdo Cocidius. Buscaremos al chico y te diremos su ubicación exacta. Luego nos entregarás a nuestra hija y el asunto del ataque quedará olvidado- dijo Lucas Mattorini para luego de eso terminar con la videoconferencia.

Cocidius no pudo evitar soltar una sonora carcajada. Todo estaba acomodándose poco a poco y su plan maestro estaba saliendo a la perfección. Ahora tenía a los reyes de los dragones en la palma de su mano u ellos serían quienes le entregarían al niño traidor. Claro, siempre y cuando mantuviera su farsa de que la dragón dorado estaba en su poder; aunque eso no sería una farsa cuando los dragones le dijeran dónde estaba en traidor.

-Los reyes son tan estúpidos que no saben que son ellos quienes me terminarán entregando a su hija. Después de todo, ese niño es igual a su hermano y probablemente la niña ya esté con él- dijo mientras se servía una copa de vino y veía un imponente cuadro en donde se podía ver a si mismo, algunos años más joven, junto a un hombre de piel oscura, ojos verdes y aparentemente algo mayor que él.

-Todo está saliendo tal y como lo planee. Pronto nuestro sueño se hará realidad...hermano...-

Una semana y media después, el rey de los dragones de dio la localización exacta del lugar donde se encontraba el traidor. No tardó demasiado en descubrir quién era la persona que lo había escondido todo éste tiempo y la sonrisa dibujada en su rostro no hizo más que ensancharse. Ya sabía a quién mandaría a deshacerse de los traidores y a capturar a la chica.

-Luis- dijo, mientras llamaba por teléfono a su leal secretario.

-¿Si señor?- se escuchó la voz de un joven del otro lado de la línea.

-Dile a Cassandra Munua que venga a mi oficina de inmediato. Tengo una tarea muy importante que asignarle-

-Entendido señor. Enseguida le avisaré-

Quince minutos después, una chica de cabello cobrizo y ojos café claro entró a la oficina de Cocidius. Tenía el cabello recogido en una cola de caballo y una cicatriz medianamente grande en su ojo izquierdo. Estaba vestida con un conjunto entero de color negro y unas botas altas que le llegaban por debajo de la rodilla. Al estar frente a Cocidius se arrodilló en una pierna y mantuvo la mirada baja.



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En el texto hay: dragones, magia y amor, cazdores

Editado: 29.05.2022

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