ya pasaron dos días desde lo sucedido en la ópera y con eso los pasos para la presentación que le daremos al dios Marcus ¿saben que significa eso?, que hoy es el día, no sé si sea la vida que no me quiere, pero estoy segura que estos últimos dos días que no hice nada más cuidar a Sofia y ir a la ópera fueron demasiado aburridos,
-¡LEYA!-escuche gritar a Heley-¡despierta maldita sea!-Heley empezó a tocar desesperada la puerta lo que provocó que yo me pusiera la almohada alrededor de la cabeza-¡LEYA ES ENCERIO QUE LE PUSISTE LLABE A LA MALDITA PUERTA!-si, si le había puesto llave a la puerta primero porque sabría que hoy sería la presentación y con eso el horror que aria yo, y en según porque me gusta ver enojada a Heley, por fin mi amiga abrió la puerta y con eso entrando con tremendos gritos de señora de la calle-¡ARRIBA!¡ARRIBA!¡HOY ES UN GRAN DIA!
-¿Qué tiene de grande este día?
mi amiga abrió las cortinas blancas mientras que la luz del sol entraba por mi habitación y volteo hacia mi soltando un suspiro al verme aun acostada.
-vamos Leya, esto es importante para los dioses-me dijo Heley mientras me agarra de los brazos para sentarme saco algo de mi cajones-ponte esto-me aventó la ropa en la cara-dijo la maestra que no fuera maquillada ni con tus joyas y me mando esta ropa-yo la vi era sencilla una simple blusa color blanca con escote en corazón, hombros descubierto mangas holgada y unas botas y pantalón de cuero café-te veo abajo.
salió de la habitación serrando la puerta atrás de ella, me pare de la cama mientras me quitaba el camisón para ponerme la blusa y el pantalón para después ponerme las botas, me cepille el pelo mas no me hice nada en el pelo ya que me prepararían en la ópera, mientras salía del cuarto me dirijo al de Sofia.
-pase -me dio el premiso, Sofia se encantaba sentada con la espalda recargada en el respaldo de la cama-¿Leya feliz por hoy?
-¿tu qué crees?
-tranquila todo ira bien ya verás, tienes un don con lo que los dioses solo pueden soñar-me dijo con una sonrisa-lástima que no pueda ir a verte-Sofia no iría ya que un día antes se había desmayado en una clase por lo que el doctor le dijo que necesitaba ya quedarse en la torre non y con eso empezaría que estuviera en cama todo el tiempo -.
-tal vez a la próxima.
-no abra próxima Leya-me dijo ella a lo que yo agache la cabeza-pero mandare a Heley a primera hora para que valla y compre un periódico en el que aparezcas tu.
-que los dioses se apiaden de ti amiga, no me gusta verte así.
-que así sea, ya vete o se te hará tarde-yo asentí me acerque a ella para dejar un beso en su frente-.
salí de su cuarto y baje las escaleras, Heley ya me esperaba a fuera, camine hacia ella mientras entrábamos por un callejón que estaba iluminado por la luz del sol de la mañana, no quería comentarle a Heley que fui con Sofia porque eso significaría que Heley lloraría, así que decidí guardármelo.
-debes de ver tu vestido-me dijo Heley mientras salíamos del callejón viendo a las personas del pueblo en la calle muy feliz por este día-pero será más hermoso porque lo estarás luciendo...tu...¿Qué es todo ese ruido-me asome por arriba de las cabezas de las multitud de gente del pueblo y al final de la calle en seis filas acomodadas con más de sesenta soldados con las banderas del logo del dios Marcus caminaba derecho mientras cantaban moviendo de arriba abajo las banderas-.
las pisadas de las botas de los soldado y piratas acompañadas de los instrumentos se escuchaban en toda la calle y de seguro en todo el pueblo yo y Heley esquivamos personas para llegar a la orilla de la calle para ver mejor.
Con dos botellas del vaso de ron, el barco a toda vela ¡¿Qué hogar y sitio mejor?! ¡Que en Sarez mi nación!, con nuestro dios como capitán, y el barco como nuestro hogar, ¡¿Qué lugar y sitio mejor?! ¡que en Sarez mi nación!
Por los mares a navegar, mi alma se allá en soledad, las sirenas con su canto están, nuestro barco se hundirá, ¡me hace cantar este himno de honor!, con valentía y valor, nuestras muertes marcan el valor, ¡al cantar nuestro himno de amor!, ¡buscaremos otro puerto!, ¡aunque haya que morir!
a lo lejos una persona en caballo avanzaba a un paso tranquilo con un semblante serio las chicas del pueblo gritaron como locas al ver al dios Marcus con una antifaz cubriéndole la cara por la calle y detrás de él venían soldados igual montados en un caballo, todos los soldados voltearon a vernos a nosotras, sabía que nos veían porque éramos las únicas mujeres de ese lado y las otra se encontraban al otro lado de la calle, ellos no miraban a Heley si no a mí y mientras avanzaban seguían cantando.
¡Mi tesoro tu corazón!, ¡tus ojos son mi mapa!, ¡tu sonrisa mi maldición!, mi condena fu tu voz, Marcus es nuestro patrón, su dama es su perdición, por sus venas solo corren ron, por culpa de un amor, buscara otro barco amor, donde nadie los pueda encontrar, donde puedan avivar su calor y disfrutar su amor.
me miro Marcus cuando llego donde nosotras pero siguió no paro su caminata.
Esa isla donde te encontró a ti, tu condena fue su amor, la luna los iluminará, ¡hasta dar su acto y conquistar!, ¡ese barco que ay dentro de ti se hundirá si lo vez morir!
Las mujeres nuestra perdición, sortilegios por un gran timón el océano este hecho de alcohol
lo vi a legarse poco a poco
por culpa de su amor.
-van hacia el Naro-me dijo Heley-se quedaran ahí hasta que empiece la presentación y después cuando se termine van al gran salón del pueblo donde será la fiesta.
-¿por qué no llegan como personas normales?
-Leya se te olvida que ellos no son normales-Heley y yo seguimos por la calle olvidando que los soldados seguían por la calle en su caballo, cuando llegamos al otro lado de la banqueta seguimos-.