El frío golpea mi piel morena, mis ojos marrones observan el inmenso y oscuro salón frente a mí.
No tengo control, mis pies se mueven por sí mismos hacia el trono plateado que se encuentra en medio del salón.
Me detengo frente a este, estoy confundida, no sé dónde me encuentro pero mi instinto me mantiene alerta. Algo no anda bien, estoy segura.
Inevitablemente bajo mi mirada hacia mis manos, un jadeo asustado sale de mi boca; las puntas de mis dedos se están tornando negras.
Trato de retroceder pero cuando doy un paso atrás mi espalda choca con algo helado.
Me volteo para ver de qué se trata y comprendo que me encuentro en una especie de caja de cristal ¿qué está pasando?...
Siento mis pies humedecerse. La caja se está llenando de agua que no sé de dónde proviene.
El pánico comienza a invadirme, intento romper el cristal con puños y patadas pero es inútil, las lágrimas inundan mis ojos -no quiero morir- me digo a mí misma.
Dirijo mi mirada hacia abajo, el agua ya llega hasta mi cadera, pero no es eso lo que me aterra, sino que ya no posee un color normal, es un negro intenso como la noche misma.
- ¡Ayuda! ¿¡Alguien puede oírme!? - grito presa del pánico.
El agua oscura llena la caja de cristal, no puedo ver nada y lucho por contener el aire en mis pulmones pero finalmente este me abandona dejándome sumergida en la oscuridad.
Editado: 28.05.2024