Entre Sombras y Secretos

Capitulo 1

Kia.

'Torna a casa' de Måneskin suena en mis audífonos mientras miro por la ventanilla del coche, Clarix es un solitario pueblo que se encuentra a las afueras de Inglaterra y es nuestro lugar de destino.

– ¡Kia! – la voz de mi madre, Tasha, me hace voltear a verla – quítate esa cucaracha de la oreja, ya casi llegamos y sabes que tu abuela odia la tecnología.

– Se llaman audífonos – respondo de forma irónica – además a la abuela no le vendría nada mal algo de civilización.

Mi madre me lanza una de sus típicas miradas que me obligan a callar.

Ella y yo somos parecidas físicamente, ambas somos de tez morena, cabello ondulado y ojos marrones, pero respecto a la personalidad...

Ahí sí que no tenemos nada que ver, ella es introvertida y culta mientras que yo prefiero explorar el mundo por mi propia cuenta, no me gustan las ataduras, prefiero sentirme en total libertad.

Madre aparca el coche en un estacionamiento, la miro con incredulidad, pues no hay ni una sola casa cerca.

– Tu abuela odia la tecnología, Kia.

– ¿Es broma? – verdaderamente no puedo creer lo que dice.

¿Quién diablos odia la tecnología?

– No. Es por la salud de tu abuela Gloria, ahora baja del coche, caminaremos hasta la cabaña.

– Genial – el sarcasmo es evidente en mi voz.

Bajo del coche y maldigo internamente cuando lo primero que mis zapatos tocan es excremento de algún animal.

– ¿Qué tan lejos está la cabaña? – sigo a mi madre por un angosto sendero.

El lugar es un pequeño bosque cubierto de vegetación y barro.

– Unos 5 minutos – mamá mira el reloj de muñeca que lleva puesto.

– ¿No que no podía haber tecnología? – inquiero.

– Los relojes se crearon en la época de tu abuela, ella los conoce a la perfección – explica como si fuese algo obvio.

Caminamos por unos minutos hasta toparnos con un arcaica cabaña de madera.

Hago una mueca de disgusto, el lugar parece abandonado.

– Bueno, es muy pintoresco – mamá fuerza una sonrisa y yo ruedo los ojos.

Este lugar es espantoso.

Mi madre se acerca a la cabaña y toca la puerta, nadie responde entonces toca nuevamente.

– A lo mejor nos hemos equivocado de lugar, mamá – ignora mi comentario y toca la puerta una tercera vez.

Esta cruje y se abre, una anciana delgaducha y de baja estatura se asoma para mirarnos como si fuéramos un par de desconocidas.

– Gloria, qué alegría verte – mamá le dedica una radiante sonrisa que la abuela no corresponde.

Se limita a mirar hacia el exterior como si alguien pudiera vernos en medio de este cuchitril.

Gloria se hace un lado permitiéndonos entrar a su hogar, sigo a mi madre.

El interior de la cabaña me sorprende, es todo lo opuesto a su fachada exterior.

Todo se ve como nuevo, la madera de las paredes, el suelo, y techo parecen haber sido barnizadas recientemente, en el aire se mantiene el aroma a pan recién horneado y todo se ve pulcro.

– ¿No tienen ropa? – Gloria rodea el mesón de madera para poner una tetera en el fuego.

– La mudanza vendrá en unos días – explica mamá.

Gloria asiente comprensiva, no me gusta la forma en la que se queda viéndome fijamente.

– Les mostraré sus alcobas.

La abuela sube las escaleras y ambas la seguimos, trato de mirar cada esquina en busca de algo de tecnología, no puedo creer que sea posible que alguien aún viva en la ignorancia.

Mi búsqueda falla ya que lo único que logró ver son más de cinco relojes ¿Quién necesita tantos relojes?.

Gloria se detiene frente a una puerta al final del pasillo, la abre revelando una pequeña habitación que consta con una cama y un ropero simple cerca de una ventana.

La anciana me mira y entiendo que esta será mi habitación, fuerzo una sonrisa tratando de ocultar mi disgusto.

– ¿Puedo ir a explorar el bosque? – Miró a mi madre con ojos suplicantes pero la que responde es mi abuela.

– No te acerques a los cuervos...

No entiendo a qué se refiere, vuelvo a mirar a mi madre y ella me da un leve asentimiento de cabeza.

No lo pienso mucho, salgo de la cabaña y el cambio de ambiente me golpea de inmediato, el bosque es tétrico, casi melancólico.

Ajusto mi campera de abrigo y me escabullo entre los árboles, camino por unos minutos mientras recojo algunas peculiares piedritas, hasta que escucho un suave 'cra-cra'.

Giro mi cabeza hacia la derecha y veo un cuervo posado en una pequeña rama.

Este me mira y toma vuelo hacia una rama más lejana.

Quiero seguirlo, ya que de dónde vengo es difícil ver animales que no estén dentro de un zoológico, pero recuerdo las palabras de la abuela...

Aunque, ella está demente.

¿Qué más da lo que diga?

Un ave no me hará daño.

Lentamente sigo al cuervo, este se mueve de una rama a otra como si quisiera que lo atrapara.

No sé cuánto camino pero llego una pequeña laguna de aguas cristalinas, la visión me tiene aturdida, es el lugar más hermoso que alguna vez pude ver.

En la orilla hay varios tipos de flores de colores, rodeando el agua en un círculo perfecto, las rocas son pequeños cristales brillantes.

Me acerco para ver mejor pero justo en ese momento oigo unos pasos, miro en todas direcciones pero no hay nadie cerca.

– ¿Hola?...¿mamá? – hablo en voz alta, nadie responde.

Quizá lo imaginé.

Me inclino para tocar el agua con mis dedos y me los quemo, está hirviendo.

– ¿Qué...? – dejo la oración a medio terminar cuando noto como dos puntos rojos que me observan del otro lado de la laguna.

Paso saliva por mi garganta y retrocedo lentamente, mi corazón se acelera cuando los dos ojos rojos desaparecen de donde estaban pero ahora se encuentran entre los árboles más cercanos a mí.

Genial, ya me volví loca como mi abuela.

Ya no trato de ser sigilosa, me giro sobre mis talones y comienzo a correr por donde venía.



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En el texto hay: #misterio, #suspenso, #fantasía

Editado: 28.05.2024

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