Entre tu Vida y mi Vida.

04.✓

Viernes, 17 de marzo.

 

Edward Baker.

Al estar de retorno en la casa de Ciro encuentro todo en silencio, oscuro y desolado. Saco mi chaqueta del cuerpo para mirar a ambos lados eh busca de Lena o Ciro, pero encuentro nada.


—¿Hola? —. Llamé pero nadie atendió.


Me había quedado solo.


Ella se había ido con él a Hawái por lo que veo, ¿no sé preocupó al menos un poco al no verme durante estos días? Bueno que podría esperar, está embelesada con el grandioso de Ciro, es normal.


Cojo las llaves de mi coche para salir nuevamente de la casa, había un sitio que solamente visitaba cuando necesitaba compañía o de alguien que al menos finja soportarme. Aparque en el estacionamiento privado del establecimiento y bajé de mi auto, todas las miradas se posan en mi y los comprendo, llevaba un buen rato sin pasármela por estos lados o con estas juntas.


—Baker. —. Me anuncié en la entrada, el orangután que custodia la entrada me cede el paso.


Lo primero que me recibe es un espiral de luces LED de diferentes colores, los cuales logran marearme. Había una de las chicas entregando pulseras, al identificarme me tiende una roja y me cede el paso. Pude identificar a varios de mis conocidos en la zona VIP bebiendo con chicas sentadas en sus regazos. Era por estás mismas mierdas que dejé de frecuentarlos pero dadas las circunstancias, no quería estar solo en casa sin ella.


—Hasta que te apareces Edward. —. Masón el dueño de la pandilla de amigos de la universidad me recibe, tuvo que apartar un poco a la chica para mirarme.


—Estaba ocupado en mejores cosas. —. Ocupo un puesto desocupado y me sirvo un vaso de whisky, el primer trago hizo arder mi garganta.


—Siempre serás bienvenido y lo sabes. —. Y odiaba saberlo, estas juntas no eran buenas y lo sabía de sobra. Era un cobarde por preferir las malas juntas antes que la soledad.


—Gracias por recordármelo, Masón. —. A mi lado aparece uno de mis amigos; Maxwell.


Maxwell es uno de los socios de Ciro pero no eran muy unidos, todo lo contrario a nosotros,


Maxwell y yo éramos buenos amigos, nos entendemos a la perfección y siempre salíamos juntos cuando no queríamos estar en nuestras casas.

Lo que sucede es que él junto con toda su familia se fueron a Estados Unidos y no vienen mucho a Canadá y menos ahora que tiene pareja; Ely. Entiendo que haya sentado cabeza con la chica que alteró sus emociones durante la adolescencia.


—Edward tenía tiempo sin saber de ti. —. Palmea mi hombro saludándome.


—Lo mismo digo, desde que te fuiste a vivir con Ely no salimos más. —. Maxwell desabrocha su saco para ocupar el asiento vacío a mi lado.


—Han pasado tantas cosas en mi vida desde que abandoné Canadá. Ya sabes, mamá enfermó, me estoy haciendo cargo de Madeleine y Maximiliano que anda un poco rebelde, debo enderezarlo antes de que termine de torcerse. —. Le da un sorbo a su tequila, yo mientras lo observo en silencio.


—¿No estarás planeando casarlo? Sería lo último que hicieras Maxwell. —. Era una locura aunque viniendo de mi mejor amigo, lo creía capaz.


—Maximiliano está fuera de control Edward, necesito que se acomode o sino se arrepentirá de por vida.


—¿El ultimátum verdad? —. Y él, para desgracia de Maximiliano asiente.


—Es la solución a la rebeldía de mi hermano.


Era lo último que yo haría por mi hermano o por mi sobrina, obligar a alguien a contraer matrimonio para que siente cabeza no es la mejor de las opciones y se que Maxwell lo sabe. Y entiendo que quiera ayudar a Maximiliano pero está no es la forma.


Y de pronto aquel estúpido vacío invade mi pecho y es cuando noto la ausencia, ella con poco tiempo se coló en mis pensamientos y no hay manera que salga de ahí en mucho tiempo.


¿Qué podría tener una simple israelí que cualquier otra mujer?


—¿Y tú qué tienes? Si bien sabía que habías dejado toda esta vida de lado por petición de Ciro, y aquí estás.


A Ciro le parece una mala idea que me junte con Masón y Maxwell, asume que son malos amigos que me llevarán a la perdición,


Y probablemente sea así pero necesito desahogar mis penas con alguien de confianza, y pasa que ambos son de mi entera confianza y lealtad.


—La que me gusta aparentemente está interesada en Ciro y él en ella. —. Recordarlo duele, pensarlo duele, y hablarlo mata lentamente. ¿Qué pecado estoy pagando para merecer toda esta mierda? ¿A caso Edward Baker no merece enamorarse jamás?.


—Es lo último que a uno puede pasarle y lo siento Edward. Se que no te has vuelto a enamorar desde hace mucho tiempo y que ahora te guste alguien y que ella esté interesada en tu hermano y no en ti ha de ser horrible.


—Lo siento como una bala en el corazón. —. Con amargura bebo todo mi trago de whisky.— ¿Y sabes que es lo peor? Ella se fue de viaje con él y mi sobrina, como si fueran una familia feliz y tradicional. ¡Bah! Apuesto a que no miraría bien a Ciro si se entera de la verdad.


Y es cuando tuve que detenerme, podría en este momento estar molesto con mi hermano por quitarme la atención de Lena pero si de algo estoy seguro es que nunca revelaría su secreto a nadie.


—Déjala ir Edward, quizás y ella no sea para ti.


¿Entonces por qué sentía una extraña tranquilidad cuando la tenía a mi lado?,


¿Por qué sus abrazos los sentía tan abrigadores?,


¿Por qué cada palabra que salen de sus bellos labios queda fija en mi conciencia?.


Lena James que me has hecho… 


—Es lo mejor, después de todo quien quisiera estar conmigo. —. Amargamente lanzo el vaso a la mesa sin importarme que se rompa.


—Te he dicho que no lo veas de ese modo.  —. Maxwell me da una mirada dura.— Lo hemos hablado Edward.




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